Cuando el matrimonio apremia, la dote es lo de menos
Sucede en ocasiones, pero, el honor de la familia siempre será motivo mas que suficiente. Sin embargo, a veces las razones son otras y la unión, por igual, se hace impostergable. Son casos muy raros, pero no imposibles. Porque el motivo es la sobre sobrevivencia mutua. Simplemente, hay que hacerlo sin demora. Pero también, hay que entenderlo detalladamente y a plenitud.
Lo primero es, tratar de leer el tablero político con la mayor “sinceridad” posible. Digamos que, a fin de cuentas, esa cuasi mitad de la totalidad del partido que votó por Leonel en octubre, se puede ir reduciendo con el tiempo; y no sería nada pesimista asumir que, se podría estabilizar en mas o menos, el 35% de la cartera real de votantes del otrora partido de Juan Bosch.
Pero también, pudiéramos inferir que el desgaste que produce el poder continuado, actúe en función de invertir esas apreciaciones y que, luego de la Navidad y las elecciones de febrero, la LFP, bien podría acaparar -dado el agotamiento del modelo de gobierno instaurado por Medina- hasta el 75% de los antiguos votos peledeístas.
Es que, en realidad, el PLD ya hizo todo lo que podía hacer, lo bueno y lo malo. No hay expectativas -por parte de la población- de que con Medina y su camarilla en el poder, se puedan generar los cambios que demanda el país. La gente quiere otra cosa y al igual que en Bolivia -donde los logros son mil veces mayores que los nuestros- el hastío se apoderó de las calles y ya vimos los resultados.
Como no estamos para hacer predicciones, ni jugar a la lotería, pasemos revista a la situación electoral, analizando los números fríos, a la luz de los resultados de 2016 y de las primarias de octubre 6 pasado. Miremos los tres bloques electorales ya definidos y tratemos de extrapolar el poderío de cada uno de ellos al momento del evento de mayo.
Según publica la JCE en su página web, el PLD obtuvo 2,313,704 votos y el PRM 1,253,462 en la boleta presidencial de 2016. Luego, en octubre 6 de este año, los votantes peledeístas se dividieron -siempre según la JCE- en 50.7% para Gonzalo Castillo (911,324 votos) y 49.3% para Leonel Fernández (884.630 votos) de un total de 1,795,954 sufragios emitidos.
Si tomamos los porcentajes de Castillo y Fernández (50.7 % y 49.3%) cuando se enfrentaron en octubre y los aplicamos a los votos obtenidos por el PLD en el 2016, Gonzalo tendría 1,173,147 mas 427,616 que asumimos aportarán los aliados (según la votación de 2016) para un total estimado de 1,600,673 votos.
En el caso de Leonel, el 49.3% de los mas de 2 millones de votos del PLD en 2016, son 1,140,656 y si sumamos los 363,776 que suponemos que le aportarán los aliados (según la votación de 2016) alcanzaría un total de 1,504,673 votos.
En el caso de Luis Abinader, el asunto es mas sencillo. Asumiendo que la totalidad de votos logrados por el PRM en 2016, le pertenece y sumándole los obtenidos por los aliados que ahora le acompañarán, totalizarán unos 1,394,115 votos.
Como se puede notar, el balotaje es inminente, porque al día de hoy tendrían, el PLD (35.5%), la LFP (34.5%) y el PRM (31.0%). Esta lectura repito, es en este momento, y asumiendo como punto de comparación, el desempeño electoral de mayo de 2016 y de octubre de 2019.
Ahora bien, eso es lo que dicen los numeritos fríos. Los pasados (2016) y los mas recientes (2019). Agreguemos ahora la evaluación personal de cada uno de ustedes, los lectores. Póngase -si se quiere- toda la pasión que pueda generar el sectarismo. Pero, mas allá de lo que uno deseara, hay realidades que demandan una interpretación seria y científica.
Por ejemplo, hay preguntas que contestar. ¿Cuánto habrá subido el techo político de Abinader con este pleito interno del PLD? ¿Qué tanto ha bajado la tasa de rechazo de Leonel, al salir de su viejo partido? ¿Cuál es el peso real del clientelismo, cuando la nación entera clama por un cambio de rumbo? ¿La población se tomará “en serio” al penco candidato de Danilo?
Como éstas, hay decenas de interrogantes; y usted debe responderlas con razonamiento propio, si es que quiere tener una foto que se aproxime a la realidad. Todas, absolutamente todas las opiniones son interesadas, y la mía no es la excepción.
Yo he venido planteando la alianza entre Abinader y Fernández desde el año pasado. Al principio parecía una idea descabellada y yo, desde luego, “un desquiciado que no encuentra de que hablar o escribir”, me decían mis críticos mas acérrimos. Mis amigos, mas indulgentes, solo me susurraban “sueña Pilarín sueña”.
Hoy día, esta alianza ya no es un deseo; es una obligatoriedad. Digo, si es que quieren seguir viviendo políticamente. La ambición y el temor a lo que pudiera venir, han hecho del danilismo un tren sin retorno. Pareciera como si el último vagón, fuera destruyendo los rieles al pasar. Como todos los carteles, “apuestan a todo o nada” y únicamente negocian desde la cárcel.
Fue necesario todo un año, para que se entendiera la realidad. Tan solo espero que no haya sido en vano.
¡Vivimos, seguiremos disparando!
JPM/of-am