CNY obtiene una "D" por no contratar a minorías
La ciudad de Nueva York ha obtenido una clasificación «D» por no otorgar suficientes contratos a empresas de mujeres y otras minorías para proveer de bienes y servicios a diversas agencias municipales, reveló hoy un informe de la oficina del fiscal de cuentas de la Gran Manzana.
Incluso algunas de las 31 agencias investigadas obtuvieron una «F», de acuerdo con el estudio «Logrando la buena nota» dado a conocer hoy por el fiscal de cuentas de la ciudad, Scott Stringer.
«La ciudad gasta más de 17.000 millones de dólares en contratos por bienes y servicios cada año, pero menos del 4% se destina a empresas pertenecientes a minorías y mujeres», dijo Stringer en conferencia de prensa.
Afirmó que eso es «inaceptable» y aseguró que aumentar las oportunidades para los negocios de minorías «será un arma central en nuestra lucha contra la desigualdad de ingresos, mientras se aumenta la competencia en contratación, minimizando los costos de contribuyentes y creando empleos en los cinco condados».
«Esas agencias no lo están haciendo bien», argumentó Stringer sobre los resultados del primer estudio de ese tipo, que repetirá el próximo año, y que tiene el fin de examinar los gastos actuales de las agencias.
Destacó que sólo dos agencias de la ciudad obtuvieron calificación de «B»: el Departamento de Asuntos Culturales y la Comisión de Lugares Histórico, mientras que otras nueve recibieron una «C», entre éstas la que dirige desde el pasado enero, y 17 agencias obtuvieron «D» y cuatro fueron reprobadas con la clasificación «F».
«¿Por qué no tener contratos con los mejores negocios de afroamericanos, latinos o mujeres?», cuestionó durante la abarrotada conferencia de prensa.
De acuerdo con el estudio, en la ciudad de Nueva York hay 403.000 empresas en manos de minorías y 305.000 regentadas por mujeres, pero sólo 3.800 han sido certificadas para hacer negocios con la ciudad.
El estudio «Logrando la buena nota» muestra además que el dinero que invierte la ciudad en contratos a minorías para proveerles de bienes y servicios se ha reducido de 5% en 2012 a 3,9% en 2014.
En marzo de 2013, cuando Stringer era presidente del condado de Manhattan, dio a conocer un informe que mostró que pese a que había aumentado el número de empresas regentadas por mujeres y otras minorías con certificación para poder obtener contratos con la ciudad, sólo los negocios en manos de blancos se estaban llevando los jugosos contratos con las agencias.
De acuerdo con Frank García, presidente de la Cámara de Comercio Hispana de Nueva York, sólo un 1% de los negocios certificados que tienen contratos con la ciudad son hispanos. También indicó que de las empresas certificadas, sólo 100 pertenecen a latinos y latinas.
Según García, la ciudad «no quiere que los latinos se certifiquen» para poder optar por contratos. El comerciante alega que los comerciantes latinos están enfrentando muchos problemas para lograr esa meta.
Dijo demás a Efe que el informe del fiscal de cuentas otorga una «D» a la ciudad «pero yo le doy una 'F' tanto al alcalde Bill de Blasio como al gobernador Andrew Cuomo porque no están apoyando a los pequeños negocios».
La Cámara de Comercio Hispana ha pedido a De Blasio que cumpla su promesa de campaña y enmiende la ley que redujo del 9 % al 4 % los contratos que se otorgan a los negocios de comerciantes latinos, hombres y mujeres, que afecta igualmente a los afroamericanos.
Esa ley, aprobada bajo la administración del alcalde anterior, Michael Bloomberg, en 2012 y que la Cámara impugnó en una corte, redujo también de 25 % a 9 % el máximo de contratos que se otorgan a los afroamericanos, pero, aumentó a 37 % los que otorga a mujeres blancas.
Los empresarios latinos han pedido además que el alcalde nombre un grupo independiente para que «vele el proceso de la certificaciones» a las minorías porque consideran que se está «discriminando».
Giovani Taveras, un veterano de origen dominicano que nació en EE.UU., aseguró por su parte a Efe que perdió el negocio que tenía de reparación de computadoras -a lo que se había dedicado durante 20 años- por las dificultades que afrontó para tener la certificación.
El exsoldado recordó que había logrado un contrato con el Departamento de la Policía que perdió por no tener la certificación a tiempo.
«Tardaron nueve meses. Tres veces me pidieron los mismos documentos sobre el pago de impuestos y también exigieron el certificado de nacimiento de mi madre, que murió hace 15 años» y que nació en la República Dominicana, indicó.
Stringer aseguró hoy que aumentar la inversión de la ciudad en las empresas regentadas por mujeres o de minorías es un asunto de «justicia económica y social».
Fuente: HOLA CIUDAD
jt/am