Arquitectos en la Era de la T

imagen

La Era de la T se caracterizó por una dinámica extraordinaria de
la construcción, originada en su primera fase por la urgente necesidad de
reconstruir la ciudad de Santo Domingo desde sus escombros, devastada tras el
paso del ciclón de San Zenón en 1930 -motivo escogido por los alabarderos del
nuevo régimen para auspiciar en 1936 el cambio de su denominación por la de
Ciudad Trujillo. Pero además, sus décadas posteriores vieron erigirse múltiples
proyectos de carreteras, caminos vecinales, puentes, puertos, parques,
planteles escolares, hospitales, mercados públicos, mataderos, edificios
administrativos nacionales, provinciales y municipales, hoteles y centros
recreativos, fortalezas militares y recintos policiales. Las mansiones del
“Ilustre Jefe” y su familia, monumentos conmemorativos, la Ciudad
Universitaria, la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, la Feria
Ganadera, así como los emblemáticos locales del “glorioso” Partido Dominicano,
una verdadera maquinaria de control político, socialización ideológica y
movilización popular.

Aparte, funcionó la dinámica privada en el levantamiento de
residencias, comercios, industrias y empresas de servicio, en las cuales
también participaría T y sus asociados con grandes tajadas, en algunos casos
monopolizando sectores de la economía. Junto a la infraestructura que se
multiplicaba por la geografía nacional articulándola, se iban tejiendo las
redes del Estado Benefactor que su pupilo más ilustrado y eficaz ampliaría posteriormente
en sus 22 años de hegemonía política. Durante otro ciclo gubernativo que
abriría las puertas del poder a la imaginación creativa de arquitectos
soñadores y a la efectividad operativa de ingenieros experimentados. En la Era
de T, el arquitecto formado en París Henry Gazon Bona (una personalidad
multifacética que dominaba con gracia la música y las artes plásticas), el
ingeniero industrial mecánico italiano Guido D’Alessandro, el ingeniero
arquitecto Humberto Ruíz Castillo, los hermanos Leo y Marcial Pou Ricart, los
tres últimos egresados de Bélgica, se destacarían en la realización de
importantes edificaciones institucionales.

Henry Gazón –cuyo padre George Louis, galo codueño del Hotel
Francés, lotificó en los años 20 terrenos que bordean la Ave Francia y llegan
hasta la Galván- levantó un conjunto de obras propias en ese sector que marcan
claramente su estética. La sin igual Casa Vapor que mira con su proa hacia el
Este, enclavada sobre el farallón en la Francia con Dr. Delgado, navegando
sobre la silueta de las olas ondulantes que forman la cerca de la marquesina.
Su residencia compartida con Evangelina Cabral Pellerano y su descendencia
Henry y las mellizas Jocelyn y Marcelle, frente a la cual nos situábamos los
muchachos del barrio simplemente a soñar. Contiguo el taller oficina que luego
ocuparían los arquitectos e ingenieros Reid Cabral. Y sobre la Galván un
edificio residencial de concreto armado de dos plantas en el cual vivió la
familia Schotborgh.

De su talento salió el diseño del hermoso Mercado Modelo de la
Mella, el Matadero Industrial, cuarteles policiales, los letreros comerciales
de neón de la calle El Conde en 1940, el Hotel Matum y el Monumento a la Paz de
Trujillo en Santiago. El local principal del Partido Dominicano en el Malecón (junto
al Ing. Rafael Bonnelly, hoy sede del Ministerio de Cultura) y otros recintos
similares en las provincias. Internado Sagrado Corazón, Colegio Musical, Hotel,
Residencia Campestre Borinquen de RLTM, en San Cristóbal. La mansión de T en
Elías Piña, la de Cucusa Álvarez Sánchez en Pasteur con Santiago. Su interés
por la plástica quedó plasmado en tres mulares realizados por él en el Parque
Infantil Ramfis. Como otros profesionales que participaban en las obras del
régimen, fue asimilado al Ejército Nacional con rango de mayor. En los 50,
Gazón cayó en desgracia con T y se radicó en Estados Unidos, continuando su
carrera. Nacido en 1909, falleció en 1983 en Montreal.

Guido D’Alessandro (1895-1954) vino al país en 1927 y casó tres
años más tarde con Carmen Tavárez Mayer – hija de Isabel Mayer, influyente
figura política del régimen, era hermana paterna de Manolo Tavárez Justo y madre
de Armando, Yuyo, Niní, Aldo, Carmen. Había hecho carrera militar en Italia y
fue incorporado al EN como capitán, formando la Compañía de Zapadores, en la
que destacarían oficiales como Ramón A. Caro Brito y Manuel A. Diprés, la cual
tomó a su cargo la ejecución de un programa de edificaciones militares. Así,
D’Alessandro aparece ligado a la construcción de las fortalezas de Monte Cristi
y San Cristóbal, el Hospital Militar Dr. Marión, un Edificio Escolar en San
Cristóbal y a la ejecución de los planos del Mercado Modelo. Diseña, ya con
rango de mayor, la residencia del coronel Héctor B. Trujillo M. en la avenida
George Washington, otra a éste, ya general, en la Dr. Báez 6, en 1940. Asimismo
la del teniente coronel Charles McLaughlin en la Dr. Delgado, quien sería el
suegro de Héctor Bienvenido al éste matrimoniarse con su hija Alma.

En cuanto a instalaciones industriales, figurarían en su haber la
fábrica de aceites de la Sociedad Industrial Dominicana, Sacos y Cordelería, en
la Máximo Gómez, la Fábrica Nacional de Vidrio en San Cristóbal, todas
operaciones que llevaban el sello de la T. Otras edificaciones institucionales
serían la Corte de Apelación de S. Cristóbal y el Palacio Nacional, una pieza
magistral erigida en la colina de San Carlos sobre los cimientos de lo que
fuera Receptoría General y luego Mansión Presidencial. La villa preferida de T,
en su Hacienda Fundación, la Casa de Caoba, es obra en la que concurrió el
ingeniero D’Alessandro.

Como una cruel paradoja que él no vivió para sufrirla –pero sí sus
familiares y los que fuimos sus amigos de barrio-, su hijo Aldo perdió la vida
en el centro de torturas de La 40, mientras Yuyo –concuñado de Ramfis- escapaba
de las garras criminales disfrazado de turista en un crucero italiano que hizo
escala en el puerto del Ozama. Un ser humano extraordinario que quise como a un
hermano mayor, fundador junto a su tío Manolo, Leandro Guzmán y las hermanas
Minerva y María Teresa Mirabal, del movimiento clandestino 14 de Junio, y líder
generoso del socialcristianismo criollo.

Los hermanos Leo (1905-76) y Marcial (1908-65) Pou Ricart, ambos
egresados como arquitectos ingenieros de la Escuela de San Lucas en Bélgica,
formaron una dupla que descolló ya individual o en pareja, ya asociados a otros
profesionales como Samuel Conde e Ignacio Guerra, como sucediera para construir
el Instituto Agrícola Nacional de San Cristóbal. O con ingeniero Virgilio Pérez
Bernal para el Edificio del Congreso en el complejo de la Feria de la Paz, en
cuya conceptualización participaron. Un su bitácora figuran la Facultad de
Odontología de la Ciudad Universitaria, el Hospital Dr. Morgan, el Hospital
Antituberculoso, el Instituto de Señoritas Salomé Ureña de la Padre Billini y
su anexo, la Normal de Varones Presidente Trujillo (Liceo Juan Pablo Duarte) y
el Estadio de Béisbol Profesional adjunto. En Santiago, el rediseño del antiguo
Manicomio para la Escuela Normal y el Palacio de la Gobernación, en asociación
con el ingeniero Mario Penzo.

Diseño urbanístico y ejecución de obras en Jimaní. El Mercado de
San Juan de la Maguana. Las oficinas de Correos, Telégrafo y Obras Públicas de
S. Cristóbal. Remodelación de la Cámara de Diputados y del Parque
Independencia. Edificio de la Secretaría de Agricultura en la México, primera
de tres unidades gemelas, en una de las cuales –haciendo esquina con la 30 de
Marzo- operaría el temible y siniestro SIM en las postrimerías del régimen.

Un amplio inventario de residencias completa su quehacer. Como el
chalet de la señorita Urania Montás en la Dr. Delgado, el de Altagracia Ozema
González en la 30 de Marzo y el de la Sta. Elvira Barletta G. en la José
Contreras. La casa de la familia Saviñón Trujillo en la Calle 7 (hoy Rafael
Augusto Sánchez de Naco), ocupada por el Colegio Luis Muñoz Rivera. Las
residencias del coronel Leyba Pou en la Pasteur y del general Federico Fiallo
en la avenida Independencia, quien fuera jefe del Ejército y de la Policía,
suicidándose allí ante la inminencia de la llegada de una turba vengadora movilizada
tras la salida de los T.

Otros
arquitectos e ingenieros contribuyeron en esta etapa, cuya huella quedó
estampada en Santo Domingo y otras ciudades, como Ruíz Castillo, Trene Pérez
Garrido, Alexis Licairac, motivo de próximas entregas. Antes de cerrar, una fe
de errata registrada en la columna anterior. Por error en la lectura de la
firma del arquitecto Juan Bautista del Toro Andújar (1892-1953), quien se identificaba
en los planos de sus proyectos firmando en cursivas J.B.Toro A., que en su grafía se confunde con las empleadas por el
arquitecto José Antonio Caro Álvarez (J.A. Caro A.), obras del primero fueron
adjudicadas por quien esto escribe al segundo. No así figura en el inventario
de la monumental Arquitectura Dominicana
1906-1950, libro en dos tomos del ingeniero Enrique Penson Paulus, que me
ha servido de fuente. Así, la Farmacia Caridad, el Edificio de Raúl Navarro, la
casa de Abigaíl Coiscou, la de Miguel Ruíz en la Santomé, y el Edificio de
Duarte con Fco. Henríquez C, deben restarse a Caro y sumarse a Toro. Este
último construyó, además, la casa de comercio levantada en 1934 en la Avenida
Capotillo (Mella), propiedad del señor José Bosch, quien traía manteca desde el
Cibao para su venta, empleada entonces en la cocina criolla. Era el padre de
Juan Bosch y sus hermanos. Un hombre de trabajo, como tantos peninsulares que
dejaron sus huesos en esta tierra

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
guest
9 Comments
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios