Aprendiendo a envejecer

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EL AUTOR es empresario. Reside en Santo Domingo.

Ser consciente de la edad que se tiene al parecer no es tan fácil, así como saberlo cuando celebras tus 15 años, o para obtener una cédula o licencia de conducir.

En cierto sentido, me ha sucedido el fenómeno que se da cuando viajas en un tren a gran velocidad y no sientes dicha velocidad, pues estás dentro del tren.

Me ha costado conciliar la edad fisiológica con la del Espíritu, la mente, los gustos y los deseos, pues a veces el primero no se corresponde con lo segundo.

Me ha costado esfuerzos notables el estar consciente de mis años cumplidos cada vez. Ni siquiera mirándome al espejo puedo armonizar la edad real de la carne, con la que siento o simplemente no siento.

Pero el medio me ha ido ayudando poco a poco… por ejemplo, cuando mis hijos se referían, en edad de colegio, a su profesor de 30 años como viejo, teniendo yo 40, me preguntaba, si ese es viejo, no me imagino como me verán.

El primer servicio que tuvimos en la casa, yo entre 25-30, me decía Señor. Lo tomaba como respeto protocolar…pero pensaba, Señor yo?

Avanzando los años, alguien me dice Don, otro punto de inflexión. Ya me dicen Don, algo ven que yo no veo.

Más adelante otro me dice, “mi Don pase y siéntese”. El asunto sigue avanzando.

Y en uno de esos deslices del tránsito, involuntario, alguien me dijo: “viejo del diablo.” Me dije, llegué!
Luego algunos amigos de mis hijos se referían a mi como, “y el viejo cómo está?

Confieso que he cultivado la disciplina y hábito de verme desde arriba en medio de las circunstancias por las que paso. Me abstraigo y me veo desde arriba, me veo y me analizo, evalúo todo desde otro ángulo. Pero nunca lo he hecho con el tema edad, ni se me ha ocurrido si quiera.

Al margen de envejecer físicamente, lo cual es más notable por los de afuera que por uno mismo, o hasta por los que nos rodean (hasta cierta edad claro está, donde ya es imposible dejar de notarlo y vivirlo), el envejecimiento espiritual no representa necesariamente un desgaste.

Desde temprana edad me he querido preparar para que mi envejecimiento físico no afecte el Espíritu.

Así lo he hecho intencionalmente, el evangelio del Señor Jesucristo ha sido vital, y por otro lado, el testimonio de personas que yo las vi envejecer física y espiritualmente, también me sirvieron, pues los observaba y decía:
“como esa persona, así no quiero ser” o “quiero ser así, como esa otra persona”

Al día de hoy, a unos pocos meses de la temprana o la vejez en desarrollo, 65 años, me sigo preparando, sigo sembrando lo que quisiera cosechar,; hasta donde llegue; el carácter del Señor Jesucristo en mi, para desde ahí glorificar a Dios en la vejez, vejez…

Quiero ser un viejo fácil, no difícil.
Tratable no intratable.

Llevadero, no gruñón ni torpe.

Dejar pasar cosas, no recalentar el mismo tema una y otra vez.

Dejar que me lleven, que me traigan, que me suban y que me bajen sin problemas, mientras quiera dejar…si no quiero, pues que me guarden ese espacio.

Vivir con palabras de bendiciones para todos, buenos deseos y encomendar a Dios a todos.

Ser un consejero y predicador, promotor de la Palabra de Dios. Hablar y escribir acerca de lo trascendente del hombre, de la vida y la muerte.

No diré nunca, con Dios delante, me gustaría comenzar de nuevo, o si yo fuera joven, o lo daría todo por comenzar de nuevo. Jamás diré eso o algo similar, mi meta está delante, y es Dios, y El no está en este plano existencial, aquí no hay vuelta atrás…

Todo estará concluido a la hora de mi partida, nada me quedará inconcluso, pues mi lugar no es aquí, si no allá, más allá del Sol. Por tanto, de mi no dirán algo así como: “le faltó tal cosa”…no será cierto.

En las enfermedades ser buen paciente, no complicarle la vida a nadie. Hacer lo que haya que hacer sin estorbarle la vida a nadie.

Quiero pasar las enfermedades con cierto estoicismo, basado en la Palabra de Dios, en las esperanzas que El me da y con las fuerzas y la valentía necesaria para pasar el umbral de la muerte en forma feliz.
Sin quejas ni miedo, solo que Dios me ayude a pasar los dolores bajo Sus pies, si es que viene con dolores.

Quiero acostarme y levantarme como siempre, orando y cantando. Mirando al cielo, lleno de esperanzas y con la alegría infantil que he cultivado íntimamente con Dios.

No quiero ser resabioso, me resisto a pasar una vejez como un gruñón, quiero ser dulce, amable, amoroso y cariñoso, quiero atraer a las personas, no alejarlas por mal temperamento, por intransigente, egoísta y voluntarioso, solo sobre la base y justificación de una edad.

El carácter del Señor Jesús ha de reflejarse en nuestras vidas a cualquier edad, en cualquier lugar y ante cualquier circunstancias: ese es el mandato, y es agradable y virtuoso, que genera buena vida, buen ambiente, que hace historia para los hijos y nietos que te observan, para luego ser imitado o por lo menos bien recordado.

La madurez espiritual culmina con una vida feliz….al lado del Señor y salvador Jesucristo…rodeado de todos los familiares y amigos.

Amén y amén.

jpm-am

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antonio roca
antonio roca
9 meses hace

Yo aprendi, pero sigo siendo viejo y hecho una M.

Rafael Rivera
Rafael Rivera
9 meses hace

?Ese es el verdadero camino de todos ser humano a’ seguir ,mientra estemos de paso, por e’ste «Planeta Tierra Madres de todos ser vivientes.?., ?Si te’ convierte cuando era nin~o?.»Morira’ tranquilo».,en el momento de tu’ <<Transicio’n>>, «Caminar con el «Eterno Jehova’ Dios».,.»Dios Os Bendigas a’ todos».,

Edgard
Edgard
9 meses hace

Amén

Rafael Morales
Rafael Morales
9 meses hace

Dios le bendiga.
Veo en este escrito mi propio retrato. Tengo 70 y amo a Dios con todo mi corazón, soy feliz y vivo lleno de gozo, paz y felicidad junto a mi familia, y trato de ser amable y dulce en toda situación, buena o mala porque Dios me libertó del mundo de pecado en que viví por muchos años. Dios ES BUENO . No soy ni seré un anciano cascarrabias . Dios es Amor.

Margarita
Margarita
9 meses hace

Muy buena filosofia. La vejez nada ni nadie la detiene. Es mejor aceptarla y disfrutarla. Acepte su edad. No se comporte a los 70 como si tuviera 25, haciendo el ridiculo.

Hi Camilo
Hi Camilo
9 meses hace

La entrega de hoy de Edgar Paniagua es interesante, la filosofía de vida es que cada persona debe actuar de manera que el dia que muera encuentre 4 personas que quieran ayudar a llevarte al crematorio, lo grave es que existen persona que no entienden que existe el retiro, no pelearse con los demas, recordemos que cuando somos ancianos nos convertimos en una carga, tenga su propio hogar donde no pese y pueda tomar su decisiones, los hijos se van.