Abinader: expectativas y desafíos del nuevo mandato (OPINION)
POR RAMIRO ESTRELLA
Este 16 agosto es una fecha importante en el país, ya que marca la conmemoración del Día de la Restauración, y en la que también un mandatario electo toma posesión para un nuevo mandato, correspondiendo en esta ocasión al presidente Luis Abinader.
Según el artículo 126 de la Constitución de la República Dominicana, el Presidente electo debe juramentarse y tomar posesión en una sesión conjunta de la Asamblea Nacional, compuesta por senadores y diputados.
En esta ocasión, la ceremonia se llevará a cabo en el Teatro Nacional debido a la necesidad de un espacio físico mayor, dado el gran número de personalidades nacionales e internacionales que asistirán al acto.
El artículo 127 establece que el Presidente o la Vicepresidente de la República electos, antes de entrar en funciones, prestarán juramento ante la Asamblea Nacional.
Discurso
Tras la juramentación, el Presidente Abinader pronuncia un discurso en el que presenta su visión, objetivos y propuestas para su mandato. Este acto formaliza la asunción del cargo por parte del mandatario, y desde ese momento, asume sus funciones y deberes como Jefe de Estado y de Gobierno de la República Dominicana, para un nuevo período (2024-2028)
Expectativas y desafíos
Este segundo mandato presidencial trae consigo altas expectativas por parte de la población dominicana, que espera que el gobierno de Abinader continúe y amplíe las reformas iniciadas en su primer mandato, tales como la consolidación de la recuperación económica post-pandemia, la implementación de políticas de seguridad ciudadana, la mejora del sistema de salud y la educación.
La oportunidad también será propicia para que el mandatario refuerce su legado y defina su lugar en la historia política del país, mientras se enfrenta a las inevitables dificultades que surgen al liderar una nación en constante desarrollo.
A pesar de que el país ha experimentado un crecimiento económico en los últimos años, con importantes avances en sectores como infraestructura, turismo, tecnología y que se mantiene el buen flujo de remesas, el mismo no siempre se traduce directamente en una mejora proporcional en el bienestar de todos los ciudadanos.
A pesar de las políticas implementadas para mejorar la situación económica del país, la pobreza sigue siendo un problema persistente que afecta a una parte considerable de la población dominicana, ampliándose la brecha entre ricos y pobres, donde según datos recientes, una parte significativa de la población tiene dificultades para acceder a servicios básicos como educación, salud y vivienda adecuada.
Entre las causas de la persistencia de la pobreza se encuentran factores como la desigualdad en el acceso a oportunidades económicas, la falta de empleo de calidad y la limitada cobertura de redes de seguridad social.
Además, la pobreza se ve agravada por la informalidad del mercado laboral, la insuficiencia de programas sociales efectivos y las disparidades regionales que afectan desproporcionadamente a las zonas rurales y a las comunidades más vulnerables.
Para abordar este desafío, se requiere un enfoque integral que no solo promueva el crecimiento económico, sino que también implemente políticas específicas para reducir la pobreza y mejorar la equidad, a través de la mejora y ampliación de programas de asistencia social para garantizar que lleguen a las poblaciones más vulnerables y sean efectivos en la reducción de la pobreza, la promoción del empleo formal, mayor inversión en educación y salud y un desarrollo regional equilibrado.
El presidente Abinader y su gobierno tendrán que enfrentar estos retos de manera efectiva si desean garantizar que el crecimiento económico beneficie a toda la población y no solo a una parte selecta de ella.
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