La economía mundial se estabiliza (OPINION)
El pasado 16 de enero de 2025, el Grupo Banco Mundial, dio a conocer un comunicado de prensa en el que recoge un informe sobre el comportamiento de la economía mundial.
En dicho informe destaca que la economía mundial va en franca estabilización, a excepción de las economías en desarrollo las cuales enfrentan un trabajo más difícil.
Dicho informe señala que las economías en desarrollo generan un 60% del crecimiento mundial, las mismas terminaran el primer cuarto de siglo XXI pero con las perspectivas de crecimiento a largo plazo más desalentadoras desde el año 2000, conforme la última edición del informe Perspectivas económicas mundiales del Banco Mundial.
A pesar de ello, aun cuando la economía mundial se estabilice en los próximos dos años, las economías en desarrollo progresan más lentamente para alcanzar los niveles de ingresos de las economías avanzadas.
A nivel mundial, la economía se expandirá 2,7% tanto en 2025 como en 2026, al mismo ritmo que en 2024, a medida que la inflación y las tasas de interés descienden gradualmente.
Mientras el crecimiento de las economías en desarrollo se mantenga estable en alrededor del 4% durante los próximos dos años, aunque se comenta que dicho desempeño sería más débil que antes de la pandemia, e insuficiente para promover los avances y alcanzar los objetivos de desarrollo más amplio.
Según el estudio, en la primera década del siglo XXI las economías en desarrollo crecieron al ritmo más rápido desde los años setenta, sin embargo, los avances disminuyeron después de la crisis financiera mundial de 2008-2009.
La brecha entre ricos y pobres se ha pronunciado a excepción de en China y la India, ya que el ingreso per cápita en las economías en desarrollo ha sido medio punto porcentual más bajo que en las economías más ricas.
Actualmente, las economías en desarrollo representan un 45% del PIB mundial, en comparación con el 25% en el año 2000.
Según el economista en jefe y vicepresidente senior de Economía del Desarrollo del Grupo Banco Mundial, en los próximos 25 años serán más difíciles para las economías en desarrollo que los últimos 25 años.
Las razones para sustentar tal premonición se sustentan en factores como: elevadas cargas de la deuda, escaso crecimiento de la inversión y de la productividad, y aumento de los costos del cambio climático.
En el futuro inmediato, se necesitará desarrollar un nuevo modelo estratégico que haga hincapié en las reformas internas para acelerar la inversión privada, profundizar las relaciones comerciales y promover el uso más eficiente del capital, el trabajo y la energía.
Se propone en dicho estudio que todos los países trabajen juntos para fortalecer la gestión del comercio mundial, con el apoyo de las instituciones multilaterales (Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, entre otros).
El Caribe
El crecimiento de América Latina y el Caribe se desaceleró al 2.2% en 2024, como reflejo de una disminución del consumo. Se prevé que el crecimiento en América Latina y Caribe se acelerará hasta ubicarse en un 2,5% en 2025 y un 2,6% en 2026 a medida que Argentina se recupere, las tasas de interés se normalicen y baje la inflación. Los precios de los productos básicos respaldaron las exportaciones de la región, aunque se prevé que el tenue crecimiento de China podría limitar la demanda de los principales productos básicos.
En el Caribe, el crecimiento previsto para 2025 será del 4.9% y en 2026 del 5,7%, liderado por la expansión del sector petróleo de Guyana, si se excluye este país el crecimiento sería de 3,8% impulsado por los ingresos de flujos por remesas y el turismo.
Ahora bien, no todo es color de rosas, pues siempre hay un riesgo latente entre ellos: la inestabilidad fiscal, la persistencia de la inflación básica y el endurecimiento de las políticas monetarias.
A pesar de que la región de América Latina y el Caribe enfrentarán dificultades económicas en 2024, se espera que muestre una recuperación en 2025 y 2026, apoyada por el descenso de la inflación y una política monetaria acomodaticia, en que los precios de los productos básicos y la demanda mundial tendrán un papel moderado.
En ese contexto, el Banco Mundial prevé un crecimiento del PIB de República Dominicana de 4.7% en 2025 y de un 5% con una inflación controlada dentro del rango meta 4.0%+-1.0%.
Se apuesta a la estabilización total de la economía dominicana por la gran capacidad de resiliencia y la competencia de las autoridades gubernamentales que hoy gestionan el Estado dominicano.
felix.felixsantana.