OPINION: Ni Leonel Fernández, ni Hipólito Mejía, ni Miguel Vargas

Para presidentes de la República u otra posición política en el futuro, nunca más Leonel Fernández e Hipólito Mejía, pero tampoco Miguel Vargas, Temístocles Montás, Reinaldo Pared Pérez, Francisco Javier García, Radhamés Segura, Quique Antún, Luis Acosta Moreta, “El Gallo”, Amable Aristy Castro, Juan Ramón Gómez Díaz, Miguel Soto Jiménez o Ramfis Domínguez Trujillo.

También quedan descartados para funcionarios públicos, los restantes políticos e individuos del empresariado con escabrosas máculas-vitae, como son, el haber obrado constante y mancomunadamente en adueñarse del país para su solo beneficio, con lo que han procurado el total descalabro institucional y socio-económico en que se encuentra actualmente la República.

En cada caso, veamos el por qué: En abril de 1844, Duarte fue enviado a Baní, al mando de unas tropas para repeler al ejército haitiano, como parte de la resistencia patriótica en la región Sur. En esa ocasión, al patricio se le entregó para los gastos, la suma de mil pesos, en esa época, una cantidad respetable. Duarte de regreso a la capital el 12 de abril de ese mismo año, rindió un informe detallado de los gastos, los cuales totalizaron 173 pesos, devolviendo a la Junta Central Gubernativa, el sobrante de 827.00 pesos.

Cuando Juan Bosch salió del gobierno, producto del golpe de Estado de 1963, dejó una cuenta bancaria que tenía ciento cuatro pesos con cuatro centavos ($104.04). Bosch dejó el cargo con las manos tan limpias como vacías y a los dominicanos, un legado de honradez, escribió en ese tiempo, el periodista norteamericano Al Burt. También ese mismo Bosch, posteriormente, en campaña política, le prometió a nuestro pueblo que ningún peledeísta se haría rico con los fondos públicos.

Con el tiempo los dominicanos hemos visto, todo lo contrario, pues toda la jerarquía peledeista, no solo se han hecho inmensamente ricos con los fondos públicos, sino también, canallas de la peor ralea. Consecuentemente, tomando como parámetro la moral de Duarte y Bosch, se corresponde ponernos de acuerdo para introducir en la constitución la pena máxima, con la cual podríamos ajusticiar a todos los desfalcadores del Estado, principalmente a Leonel Fernández, Félix Bautista, Víctor Rúa y compartes.

Con tal acción, podríamos en ejecución los conceptos de la justicia duartiana que sustenta: «Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán víctimas de sus maquinaciones». Y que conste, que Leonel Fernández y su gente, tan asesinos de la democracia, tal como un León africano con sus presas, no pagan ni con la muerte todo el daño que les han causado a nuestra patria.

En cuanto a Miguel Vargas, no es mucho lo que hay que argumentar, para justificar cerrarle el paso a la presidencia, como también penalizarlo con la degradación cívica.

Estas medidas estarían más que justificadas, no solo por el enriquecimiento ilícito a costa del pueblo, sino también, por la traición a los suyos, con eso de aliarse al adversario para que su partido perdiera las elecciones. Con estos estigmas en su hoja de vida, Miguel Vargas está descartado para ser presidente de la República. Fue el mismo Duarte que nos dijo:  «Con el traidor, ningún arreglo, aunque su traición nos favorezca».

En cuanto a los demás aludidos, siendo indulgentes, la degradación cívica… sería poco para ellos, pero para mas justicia, dejo al pueblo la sentencia. En cuanto a Hipólito Mejía. Volver a explicar aquí los motivos por los cuales él no debe aspirar a constituirse en el candidato del PRM, sería como llover sobre mojado. A él, solo me resta decirle, que reflexione, y que en vez de seguir el modelo político de Horacio Vásquez, de Trujillo, de Balaguer o de Leonel Fernández, mejor se inspire en un Nelson Mandela, Ricardo Lagos o Ignacio Lula Da Silva. Que en ésta reflexión, recuerde, que él está repitiendo el mismo libreto que lo llevó a ser derrotado en el 2004, puesto que, en aquella ocasión, fueron muchos los que le aconsejaron para que no se enfrascara en esa aventura reeleccionista, vaticinándole la derrota y sus consecuencias; pero él, no hizo caso a nadie e impuso su decisión contra vientos y mareas, y ya todos sabemos las consecuencias de ese capricho para el PRD, para el país y para él mismo.

Por esas paradojas de la vida, 10 años después, similar situación se repite con el compañero Hipólito. El quiere ser el candidato otra vez por el PRM, también contra vientos y mareas, tal como lo hizo en el 2004, cuando mentes iluminadas, que quieren lo mejor para el país, para el nuevo PRM y para él, le aconsejaron que no se haga responsable de una nueva derrota de los perredeistas agrupados en el PRM. El, de nuevo, atrapado por la patología del poder que le afecta, hace caso omiso a las proposición de que sea el líder, con lo que se llenaría de gloria, una vez el PRM llegue al poder bajo su liderazgo.

También Leonel anda en busca de lo mismo, por iguales padecimientos, razones y sinrazones. En definitiva, Hipólito, con ese afán de volver al poder, lo que busca es constituirse en otro Balaguer. Para ello, él anda buscando la cuota de poder que le permita mantener vigencia política hasta el día de su muerte y más allá, para alimentar la megalomanía que ha desarrollado. Ahora bien, ya hemos visto, como un ejército de inconscientes ciudadanos, que constituyen un segmento determinante para ganar o perder unas elecciones, se deja seducir o comprar por estos «lideres», que pese al fiasco que son, siguen apoyándolos para que lleguen y se mantengan en el poder. Esta acción masificada, de votar sin motivación cívica, solo manifiesta… refleja…evidencia… el grado de atraso en que está sumido un sector importante de la población; y que los periodistas e «intelectuales» que se prestan para promoverlos, es, porque son parte de ese atraso, o porque corrompidos, se venden al mejor postor.

Este discurso viene a colación, porque aún los de abajo estamos pagando las consecuencias de las derrotas electorales sucesivas que hemos tenido bajo la conducción de este «carismático líder» quien pese a ese carisma, paradójicamente, solo nos ha conducido a derrotas sucesivas, cuando debía de ser todo lo contrario.

Tomando en cuenta los antecedentes narrados, Una vez más le imploro al compañero Hipólito, reflexionar sobre lo que significaría una nueva derrota en el 2016 para los perredeistas de la base, ahora agrupados en el PRM, como también, para el mismo PRM y para su liderazgo.

Me estremece, el solo pensar las tantas consecuencias negativas que se derivarían si perdiéramos las elecciones por venir. Entre esas consecuencias negativas, estarían, dar un golpe mortal al incipiente PRM, que correría la misma suerte de otros partidos que se han desintegrado, y que sus masas, seguirían en el desamparo de una oposición, que no puede brindarle ninguna clase de sustento material para sus vidas, mientras los altos dirigentes del PRM, al igual que los dirigentes de otros partidos, seguirán disfrutando sus vidas plenamente, porque no les faltará dinero para el pan, ni para medicinas, ni para los placeres de la vida. Dada la situación expuesta, espero, que el compañero Hipólito obtempere, y que en consecuencia, se decida a romper con el tranque a que somete su candidatura al nuevo PRM.

El país necesita de un cambio… de hombres y mujeres con nuevas mentalidades, con criterios políticos a la altura de los nuevos tiempos, y que sean poseedores de una humanidad a toda prueba y que respondan a un quehacer político duartiano. Para lograr este cambio, es el mismo Duarte que nos pauta cuales son las virtudes que debe poseer un ciudadano, que dedicado a la política quiera llegar a gobernarnos.

«La política no es una especulación; es la Ciencia más pura y la más digna, después de la Filosofía, de ocupar las inteligencias nobles». Pero además, conjúguese esta frase de Duarte con otro de sus pensamientos, que reza: «Nunca me fue tan necesario como hoy, el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria». Analice el lector la profundidad del contenido de estas frases, para que llegue a sus propias conclusiones, en cuanto a si los políticos aludidos en este trabajo, tienen esas características de filósofos, inteligencias nobles, salud, corazón, juicio e integridad, principalmente los actuales aspirantes a presidentes para el periodo 2016-2020.

La anterior reflexión también atañe a todos los políticos que nos ocupan, pero yo la quiero ofrecer de manera especial al compañero Hipólito Mejía, para que al calor de la misma, medite la decisión de ser el candidato de la derrota, o el líder del triunfo en el 2016. Por todo lo expuesto, dejo al compañero Hipólito Mejía, a su conciencia, a su libre albedrio, ésta tan importante decisión, implorando a Dios que le ilumine y que sea receptivo a esa iluminación.

Posdata: A propósito de la serie de artículos en los cuales expongo las razones por las cuales el compañero HM no debe ser el candidato del nuevo PRM, muchos de los seguidores de él, se han dado a la tarea de distorsionar la intención del mensaje que transmito en los mismos. Estas razones, erradamente han sido interpretadas como ataques al líder, exigiéndome a la vez, que a quien debo de atacar es al PLD, que es el enemigo. ! Qué cosas tiene la vida! Ellos me piden que me dedique a atacar al PLD, me lo piden a mí, que he atacado como nadie a todos los personajes dañinos de cualquier parcela política y situaciones, que he considerado atentan contra los intereses de la nación. Yo tengo pruebas escritas de todas las veces que he embestido a Leonel, a Danilo, a Euclides Gutiérrez, a Vincho Castillo, y a muchos otros personajes y situaciones, que como el contrato otorgado a la Barrick Gold y otros, atentan contra los intereses de la patria. Al efecto, yo invito a los compañeros a revisar sus criterios contra mí, a la luz de mis artículos, donde constan los ataques aludidos al peledeismo y al reformismo de las tinieblas, para quienes incluso he llegado a pedir sean condenados a la degradación cívica, sin embargo, estas observaciones no se la hacen, a quienes verdaderamente están llamados a hacer esos ataques, y que no lo hacen, porque a esos siniestros personajes, los consideran sus amigos o canchanchanes.

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