Vuelo grácil de libertad

«Tierna mariposa, soy el mismo que hizo Dios para hacerte feliz». Ricardo Arjona.

 

En la primera luz del dia, antes de salir el sol el veinticuatro de diciembre, vi la emoción de una preciosa mariposa de alas multicolores subir desde la tierra al azul celeste del cielo en un vuelo grácil de libertad; ante el espectáculo grandioso de la mariposa y el aleteo trémulo de sus alas, comencé a vivir una fantasía cuya gloriosa ilusión me llevó a imaginar su crecimiento hacia su majestuosa transformación de oruga, pasando por un capullo hasta convertirse en una llamativa mariposa.

 

En aquella alba fresca, de brisa invernal, el cielo mostraba un color azul tranquilizante que me impactaba intensamente la mente, llenándome de un intelecto encantador, que junto al espectáculo fascinante del vuelo de la mariposa me daba la sensación de que yo mismo, como ser humano, estaba expuesto a sufrir, metafóricamente, la transformación de la mariposa del otro, que el ser es al ser que no es y que necesariamente el no-ser es, que viene siendo el camino a la certeza, como explica el escritor José G. Contreras en su trabajo «El Ser en la Filosofía».

 

Para los escépticos, que no creen en la alegoría de la espiritualidad de la mariposa, esta lamparilla simboliza la energía del amor y la libertad, capaz de atraer esa compañía que las personas solas permanentemente buscan. Además, según lo leído, tienen la fuerza necesaria para movilizar los encantamientos emocionales, generadores de apatías, que alejan las energías del amor o la amistad. Como explican quienes cultivan temas de los éxitos de la personalidad, «como una belleza de la naturaleza, las mariposas sólo facilitan inspiración espiritual, una condición asociada estrechamente al amor».

 

De todos los lugares visitados por mí, quizás en el único que la mariposa es asociada como anuncio de muerte, es en República Dominicana. Sería como si los dominicanos estuvieran continuamente viendo las películas de Harry Potter o fueran seguidores del mago tenebroso Lord Voldelmort. Por el contrario, la transformación de la mariposa se asemeja al viaje del alma de un cuerpo terrenal a un cuerpo espiritual. Es signo de inmortalidad, de crecimiento y resurrección.

 

Ese dia, hermoso y solemne, víspera de pascuas, observé una aterrada y linda mariposa que era perseguida con ansias por personas, que tratando de leer el supuesto número de la suerte que misteriosamente estaría impreso en sus alas. La aterrorizada mariposa, en su afán de escapar, cayó finalmente fatigada en las manos de sus persecutores.

 

Una vez atrapada, las alas temblorosas de aquella mariposa, ya muerta, dejaron de aletear; fue así, que al no tratarse de la famosa mariposa 88 que vuela los aires desde Guatemala a la Argentina, un halo de frustración se hizo cargo de aquellos ludópata. En cambio, para la mariposa de alas hermosas y brillantes, su vuelo de libertad dejó de existir, en una isla caribeña, donde la criminalidad y la inseguridad se manifiestan furtiva o abiertamente, quitándoles la vida no solamente a humanos indefensos, a débiles mariposas, por igual. Ante hechos tan inhumanos, les dejo una expresión de Mario Benedetti: «La mariposa recordará por siempre que fue gusano».

 

He querido establecer en este cuento de navidad y de fin de año, que la razón por la que las mariposas han desaparecido del cielo dominicanos se debe a la voraz depredación de los bosques en cordilleras y valles de la geografía nacional, y, decir, quizás de manera jocosa, que se ha debido también a la cantidad de juego de azar que han sustituido nuestra otrora abundantes zonas boscosas. Cuando vayas a depredar, recuerda esta frase de Matsuo Basho: «A una amapola deja sus alas la mariposa como recuerdo»

 

Parecería también que en esta extraña creencia aviso de muerte con augurio de azar hasta tocar sus alas en exploración de la numerología, coloca al dominicano de manera excepcional en el centro de las cartas y los caracoles, como aparece en la película Barbie y sus mariposas amigas. Debo expresar, que hay algo interesante en las mariposas, sus besos sólo se acercan a las más bellas flores.

 

No hay motivo para el miedo, que sería como decir: No existe razón para asustarnos.  

 

¡Feliz navidad y próspero año 2015!

 

              

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