Una victoria pírrica de los ecologistas
El Congreso dominicano la pasada semana había convertido en ley la declaratoria de Parque Nacional a Loma Miranda, para protegerla de la depredación a que se hubiese visto sometida si extraían las riquezas mineras de sus entrañas dispuestas por la Naturaleza a unos seis metros de su superficie, pero la misma fue Observada con muy buen acierto político por el presidente Medina, por lo que el Senado acogió las observaciones y el proyecto pasó a mejor vida. Loma Miranda, en la divisoria entre las provincias de Monseñor Nouel y de La Vega, era el último reducto con riqueza niquelífera que le quedaba a Falconbridge para ser explotada, desde que en 1957 inició sus trabajos de exploración y evaluación de los yacimientos de la formación Quisqueya, que se extiende desde Loma Guaigüí al norte de La Vega, hasta Sierra Prieta al norte de Villa Mella. Por espacio de 40 años, la empresa minera canadiense fue extrayendo el níquel combinado con el hierro para procesar el ferroníquel de las lomas de La Peguera, Fraser, Guardarraya, Larga, Taína, Caribe y Ortega, en La Vega, en donde solo quedaban restos de mineral que se apartaban hasta que fuera necesario buscar una combinación de mineral adecuado para el proceso. Mi gran amigo, y admirado colega José Báez Guerrero, en su columna diaria de El Día, del pasado día 30, se preguntaba cómo la empresa minera de Bonao había perdido la lucha de la opinión pública para haber modificado la agresiva campaña mediática de los grupos de izquierda, que de repente encontraron el apoyo de obispos en un nicho tan favorable, que su causa se ganó el respaldo popular y sumergió al país en la euforia de una pírrica victoria ambiental. Mi carrera profesional de ingeniero civil, larga y extendida de 53 años, me llevó por espacio de 20 años ofrecer mi capacidad a la Falconbridge en Bonao. Desde septiembre de 1969 estuve al frente, junto con los profesionales extranjeros, en los trabajos de construcción de sus instalaciones, desempeñando importantes labores de dirección y supervisión. Y como hijo de gato caza ratón, me vi lanzado de cabeza a llevar a cabo las relaciones públicas, cosa que los ejecutivos canadienses creyeron que yo podía desempeñar y desde el día del paso del huracán David en septiembre de 1979 hasta mi renuncia en septiembre de 1987, mantuve una sólida campaña de acercamiento con los sectores, tanto de Bonao como de La Vega, logrando el apoyo de importantes grupos sociales y el respaldo de ese inolvidable personaje Francisco Gómez Estrella para revertir las creencias que se tenían de las maldades de Falconbridge y la supuesta elevada contaminación de los terrenos aledaños a la planta, en donde desde hace años se destaca en Caribe y El Verde la siembra del costoso tabaco rubio, orgullo dominicano para elaborar exquisitos puros de fama mundial. En la década de 1980, me entregué por completo para llevar a cabo un programa de relaciones públicas, basado en la confianza y ofreciéndole sinceridad, permitiéndome aquilatar el valor de cientos de personas, tanto de humilde origen campesino en torno a la planta como en la zona urbana de Bonao y Maimón, y en menor escala en La Vega, donde agrupamos a los jóvenes estudiantes en organizaciones que exhibían con orgullo las medallas y trofeos deportivos de campo y pista, que en aquella década del 80 eran tan populares en casi todo el país. La credibilidad de la Falconbridge está deteriorada, y más ahora cuentan con amplios recursos para contratar servicios de empresas expertas en el ramo de cambiar percepciones, pero por alguna razón, donde deben llegar se tropiezan con un valladar de la agresividad nacionalista de los grupos, que no les interesa el futuro del país, sino en el momento lograr con las amenazas verbales espantar las inversiones y sumergir a las comunidades en la pobreza, que si hubiesen contado con otro tipo de liderazgo, habrían enfrentado a los que llevan a Bonao y la región hacia el matadero. Afortunadamente ese derrotero tan nefasto fue frenado por la responsable actitud el presidente Medina de observar la ley de marras del parque nacional, ahora queda la angustia en las regiones con las movilizaciones sin ton ni son de los grupos que no desean el desarrollo nacional.