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Un salto al frente y dos pasos hacia atrás
La Constitución del 2010 fue sin dudas un gran salto al frente en lo referente apuntalar los poderes constitucionales sostenedores de una democracia participativa en la sociedad dominicana. La creación y oficialización de las altas cortes, con sus lineamientos jurídicos y la limitación de sus campos de acción fue un gran logro democrático.
Desde su puesta en funcionamiento estos mecanismos judiciales, han demostrado la necesidad de su existencia; han resuelto múltiples entuertos administrativos, institucionales, jurídicos, electorales, y constitucionales. Nos hacen sentir, la comodidad, el confort de vivir en un régimen de derecho con sus bajas y sus altas.
Bueno, así venía la cosa; hasta que los dominicanos nos enteramos semanas atrás, de que miles de nosotros somos expiados en nuestra vida privada por la Procuraduría General de la República sin que exista un expediente delincuencial abierto en contra nuestro; ejemplo: la jueza Miriam Germán y algunos periodistas.
Cuando el problema con la Dra. Miriam Germán, en uno de nuestros escritos, señalamos la ineptitud y la falta de tacto del Procurador General Jean Alain Rodríguez; lo hicimos antes de conocer todo el entramado de intervenciones telefónicas; luego de develarse su accionar delincuencial, pensamos que este señor no es solo un inepto, sino que se ha equivocado de gobierno y de país para este tipo de comportamiento.
El Presidente Danilo Medina no merecía pasar por el amargo y ridículo trago del Consejo Nacional de la Magistratura y de la Jueza Germán; para dejarla fuera de la Suprema Corte tenía los votos suficientes; tratar de descalificarla denigrando su accionar y el de su familia, ha caído como una mancha indeleble, no a la Magistrada Germán, sino al gobierno del Presidente Medina.
Ahora, para ponerle broche de oro a las opiniones que quieren encasillar este gobierno como dictatorial, viene el caso del Tribunal Superior Electoral; increíble, el “flamante” Procurador, es capaz de citar un Juez de ese alto tribunal, para que cambie una sentencia tomada por el pleno de esa Cámara de justicia.
Si en verdad no queremos jueces que juzguen y sentencien, ¿para que los elegimos?; suponemos que el Procurador conoció la sentencia que no se había publicado, mediante sus métodos de espionaje; ¿Qué busca un funcionario judicial del gobierno, interviniendo en asuntos electorales?
Definitivamente estos últimos pasos en el accionar judicial de nuestro país, son hacia atrás; esperemos que ya el Presidente Medina haya mandado a suspender la vigilancia telefónica de todas las personas que no tienen expedientes delincuenciales abiertos; porque si no tendremos que volver a pensar y a reeditar lo que decía un decimero cibaeño:
“Si a los policías, los tan torturando; para los demás, ni como será”.