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Un retrato de los partidos políticos
He estado pensando en los partidos políticos. Son imprescindibles para la democracia pero los que tenemos, la deforman. Aun así, sueño con el milagro de que establezcan un proyecto de nación hacia el desarrollo armónico, integral y humano, con la participación de todos los sectores de la vida nacional. Comprendo que esa misión se dificulta, pues los gobernantes suelen esgrimir criterios personales, no normativos.
Aun perteneciendo al mismo partido, persiguen metas diferentes. Se han perdido las ideologías. Veamos la situación del PRD, PLD y PRSC. Cuando el PLD llegó al poder, el Presidente Leonel Fernández estableció su regla de juego. Decidió ser un Balaguer chiquito.
Llevó a su mesa el pastel llamado Estado, esto es, Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial y lo repartió a su conveniencia. Durante doce años, se dedicó a “servir al partido” comenzando por la cúpula, hacer megaproyectos, fortalecer los ricos y formar nuevos tutumpotes. Dijo que haría un NY chiquito pero solo llegaron las cosas que salen por sus cloacas.
Endeudó la nación hasta el techo y olvidó “servir al pueblo”. Hoy, Danilo Medina, aunque del mismo partido, hace malabares para ayudar los pobres y apoyar áreas productivas que contribuyan a elevar el nivel de vida, sin atreverse a tocar a los corruptos blindados, a quienes archivan expedientes y arropan con la impunidad.
Es posible, que mañana asuma la presidencia otro del mismo partido y no sabemos que hará. Indiscutiblemente, se pierden las ideologías y dificultan hacer un proyecto de nación. Los candidatos son seguidos por los beneficios que puedan proporcionar. Leonel, desmembró el PRD y PRSC, atendiendo las ambiciones personales de algunos de sus líderes. Sucumbieron ante las ofertas, convirtiendo esos partidos en mercancías a disposición del mejor postor.
A nadie sorprendería que ricos y codiciosos, aboguen porque vuelva al poder. El PRSC se cobijó bajo la sombra del PLD y le enseñó, sus tradicionales habilidades para retener el poder y repartir migajas. Permanecen abrazados. Le interesa cuota de poder, posiciones administrativas, mantenerse en la sede del presupuesto nacional. Poco le importa la base, los pobres y sus necesidades, fueron sepultados junto a Balaguer y la Cruzada de Amor.
A nadie sorprende, que al acercarse las elecciones, el PRSC decida promoverse como organismo independiente. Es parte de la estrategia, recordar que deben renegociar. En cuanto al PRD, es triste verlo seguir los mismos pasos que le PRSC. Su Presidente, Miguel Vargas, un empresario, que solo sabe de negocio, le fue fácil dejar de lado sentimentalismos e ideologías y actuar de manera fría y practica para “disciplinar, e institucionalizar el partido”, a su manera.
Expertos reformista, le sirven de asesores, mientras expulsa y mantiene distante, los que abogan por mantener la esencia del partido. De ahí que el PRD esta dividido, entre los que buscar preservar su idiosincrasia y quienes solo les interesa retener su nombre y símbolos para manejarlo con criterios mercantiles, sin establecer procedimientos democráticos.
Su Presidente parecería estar aferrado a los aspectos legales y a los recursos. No hay señales de buscar la unidad, de ser flexible, de abrir los brazos. Solo el sabe cuando termina su periodo, cuando hay convención, quienes forman parte del padrón, en que invertir el presupuesto y a quien apoyar. Los demás deben ser disciplinados y obedecer.
El jabón a este sancocho se lo han tirado, los que sin compartir estos criterios, optaron por luchar desde adentro. ¡Que bueno! Todo parece indicar, que a Miguel, le trazan las directrices desde la sombra, expertos en blindajes, que saben incentivar ¿Y la mayoría? No forma parte del plan.
Por ahora están concentrados en cerrar puertas, poner obstaculos y expulsar, a los líderes soñadores con ética, justicia e igualdad. Así la base aprende la lección. El mensaje es que aguanten, pues ese vehiculo no se detiene en las esquinas y menos en las convergencias.
Es obvio, que mientras los partidos políticos sean manejados con criterios mercantiles, como propiedad privada, no tendremos democracia ni podemos pensar en que hagan un proyecto de nación respetable, que beneficie la población. Que pena como abofetean los principios de Bosch y los ideales de Peña Gómez y no se visualice nada en ese sentido. Que pena.
