Un mundo ético

Un mundo como en el que vivió Jesús el Cristo, no resistía la presencia de un hombre ético, como lo fue el fundador del cristianismo. Por esa razón, le hicieron un juicio religioso (hecho por los principales sacerdotes); otro juicio político judío (hecho por Herodes); y un tercer juicio imperial (por Poncio Pilato), en tres, demostró su inocencia .

No hubo una causa que justifique su muerte, por lo cual se utilizó el chantaje, cuando le dijeron a Pilato: «Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone… Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que a César. Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado» Jn. 18: 12- 16.

La ética como expresión moral, recoge todo buen comportamiento humano. Esta es apreciada por las sociedades, en todas sus formas, pero simplemente cuando se les aplica a otros. Es lamentable ver sociedades donde se ha perdido todos los valores ético, y en consecuencia, toda persona moral corre la mala suerte de ser destruida, ya que es vista como un peligro en la sociedad. La situación está, en los individuos que se han desvalorizados, dando más importancia a las cosas que las personas, y que a ellas mismas.

Hace unas cuantas décadas, un amigo mío fue despedido de su trabajo, según me explicó él, por la sencilla razón de que él no se quiso prestar a hacer cosas  moralmente malas. Pero, es lo que está sucediendo en todos los renglones de la vida humana. El que es ético es visto  como un tonto, una amenaza, un peligro. De ahí que, la hipocresía ha tomado terrenos en la vida humana. O, se acepta lo malo que otros quieren que haga, o, sino lo van a destruir.

Jesús dijo a los fariseos: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro estáis llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad» Mt. 23:27, 28.

Un hombre comete un acto inmoral, y todos le caemos encima, y creo que se lo merece, pero no hacemos nosotros lo mismo en otros actos inmorales. Difícil es ver la viga que está en nuestros ojos, pero cuán tan fácil es ver la paja en el ojo  del otro. Una sociedad carente de ética, no tiene otra opción, que reconocer su mal camino, y enderezar sus pasos. Nínive, se arrepintió ante la prédica de Jonás, y Dios le perdonó la destrucción. Esta es la realidad que vivimos en el mundo, hay que cambiar todas estas malas prácticas anti- éticas.

Hay que evitar una catástrofe mundial, pero  parece que el mundo se dirige a un final obscuro. El deseo de dominar, de obtener riquezas, y de disfrutar de placeres ha llevado a la sociedad mundial a una doble moral. El que habla de que no se debe emborrachar, se emborracha cada fin de semana; el que habla en bien de los valores familiares, fácilmente es quien busca destruir la familia; el que plantea que no se debe robar, no dude que esté lleno de robos y de injusticias; es un hombre generacional corrupto,  creando sociedades corruptas e inmorales.

¿Cómo tener un mundo ético? Se deben definir y crear las bases éticas indispensables para un mundo ético; se debe comenzar en las familias, escuelas, iglesias, clubes, partidos políticos, y en todas agrupación social existentes, como  vehículos educadores y ejecutores de una política ética; Se debe crear un marco jurídico referente que conlleve implantar la moral en las personas, haciendo que sean personas de bien; y se debe eliminar el castigo a lo inmoral basado en pago de dinero. No nos engañemos, el que le gusta el dinero, no practica la ética.

Un mundo es ético, cuando sus integrantes son éticos. No es que sea teóricamente ético, sino no, que quienes lo forman los sean en la práctica. Una religión debe proyectar la ética como forma de vida; una sociedad debe vivir con principios éticos; un individuo debe proyectarse ético en todos sus  quehaceres. Es la ética el esqueleto moral de la sociedad. El apóstol Juan  escribió: «Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad» I Jn. 3:18.

En cada país se habla mucho de la transparencia e inclusive hay organismos internacionales que velan por la transparencia. Esto es bueno, pero no soluciona la situación. Conocí a un hermano en la fe, que me confesaba todos los pecados que cometía, y luego decía: «yo cumplo con decírselo, y ya me siento bien delante de Dios». Pero, no tomaba un arrepentimiento. La transparencia es importante, que se den a conocer las informaciones, pero es más importante que se corrijan las desviaciones; es decir, necesitamos ver y sentir que hay arrepentimiento. Dios le bendiga.

jpm