Tres directores explican cómo hicieron buen teatro durante la pandemia
SANTO DOMINGO.- Dos directoras y un director de teatro detallaron cómo lograron mantener vivo el espíritu de la escena en el confinamiento de las familias con motivo de la pandemia del Covid-19.
Durante un panel en el Centro Cultural Banreservas, Viena González, Haffe Serulle y Margaret Sosa, moderados por Robelitza Pérez, coincidieron en que el teatro, aun cuando tuvo que cerrar sus espacios escénicos, mantuvo su magia y sus recursos expresados de otras formas, hasta que volvieron a abrirse los telones.
Margaret Sosa, directora del alternativo barrial Teatro Otoño, dijo que nunca dejaron de hacer presentaciones porque apelan a la tecnología.
“Como grupo teatral nunca cerramos, nunca dejamos de trabajar teatro. El teatro se alimenta de la tecnología para subsistir en el tiempo. Nos planteamos ¿por qué no usar la tecnología para hacer que el teatro subsista en tiempos de pandemia? Gracias a la tecnología al recurso del streaming, mi grupo se mantuvo trabajando”, afirmó la joven directora.
El dramaturgo, novelista y director Haffe Serulle sostuvo que el arte es una herramienta de sanación, vital en estos tiempos de pandemia.
Serulle reveló que la del Covid no es la primera pandemia que afecta la vida humana y la expresión artística, ninguna de las cuales ha puesto fin al teatro.
“Desde las plagas bíblicas y la plaga de Justiniano, en la antigüedad, hasta nuestros días, son muchas las pandemias que han socavado la base espiritual, social y económica de la humanidad, y sin embargo hemos sobrevivido a todas. Recordemos que el siglo XX fue azotado por numerosas y terribles pandemias y ya en el siglo XXI hemos padecido por lo menos tres”, afirmó.
“Sería desafortunado preguntarnos cuánto cuesta el arte, cuánto podría generar en términos económicos, porque el arte no es una mercancía: el arte es conocimiento y sabiduría proporciona deleite en los seres humanos, y esto es incuantificable”, agregó.
Viena González coincidió con el dramaturgo y crítico argentino Ricardo Dubatti, en el sentido de que el teatro necesita de la interacción con el público para funcionar.
“Para mí la tecnología ha sido vital para hacer encuentros o hasta para ensayar, pero no para hacer teatro streaming. Cuando se permitió abrir las salas en diciembre y luego de nuevo en febrero, fuimos la primera sala que abrió”, sostuvo la cofundadora de Teatro Guloya.
Aclaró que Guloya no rechaza el teatro grabado, por ejemplo, como un contenido elaborado para un CERTV o un espacio televisivo.
“Lo que pasa es que para que eso pase debe ser bien hecho, con el rigor y las condiciones específicas que conlleva y nunca hacerlo de cualquier manera”.
Dijo que durante el confinamiento se apeló al intercambio virtual con el público para reflexionar sobre el teatro y sus diferentes aspectos, en un ejercicio llamado deconstrucción, en que se analiza con la gente la labor de los diversos técnicos y artistas que montan una obra teatral.
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