Tentaciones impositivas
Ante los débiles
resultados económicos y financieros que muestra la República Dominicana en los actuales
momentos, producto de los desaciertos administrativos acumulados los últimos
años, a mediados del pasado mes de marzo del año que discurre el Fondo
Monetario Internacional (FMI) indicó la receta a seguir para corregir o paliar
tales males que afectan directamente las finanzas del país en la cual incluyó
las siguiente recomendaciones: ampliar la base tributaria, reducir las
exenciones fiscales, contener el gasto público, ajustar la tarifa eléctrica y
contener el crédito al sector público.
No obstante a tales
recomendaciones que muchos expresan que son más duras que las que dicho
organismo internacional de financiamiento exigiera cumplir al país en el último
Acuerdo Stand By del 2009 a 2012, lapso en el que la deuda consolidada era de
un 35% del Producto Interno Bruto (PIB) con una expansión fiscal del orden del
40%.
Las últimas y urgentes recomendaciones
del FMI obedecen a que la deuda del sector público consolidado (Gobierno
Central, Banco Central, Ayuntamientos e Instituciones descentralizadas)
asciende a más del 48% del PIB, lo que equivale a decir que la situación
financiera del país se encuentra ya en cuidados intensivos.
Se estimó que para el
presente año dicha deuda pública bajaría a los niveles del 2011 o 2012 es
decir, a un 35% del PIB, pero en vez de bajar la han llevado al peldaño de la
insostenibilidad fiscal pues los intereses de la deuda en el año 2005
representaban el 25% del total del servicio de la deuda, mientras en 2013 subió
a 34.1%.
Pese a estos signos
negativos y alarmantes de las finanzas públicas dominicanas, las autoridades
gubernamentales no han obtemperado a las recomendaciones del FMI, economistas y
financistas del patio manteniendo las mismas exenciones fiscales (gastos
tributarios) los mismos niveles de sueldos de altos funcionarios, nóminas
supernumerarias y parasitarias y aumento del crédito a favor del sector público,
publicidad, combustible, vehículos lujosos de alto consumo, celulares, entre
otros, ante niveles de ingresos tributarios reducidos.
Frente a estos
desaciertos de gestión administrativa y financiera se habla de un pacto fiscal
entre sectores económicos, políticos y sociales que no termina de iniciar, a
los fines de transparentar las aplicaciones de las cargas tributarias,
disminuyendo y haciendo más justos y equitativos los pesados e insostenibles
impuestos indirectos, reducción y eficientización el gasto público.
Mientras se amenaza de
forma implícita y soterrada con un aumento de impuestos, bajo el alegato de que
el país tiene una presión tributaria de apenas un 13% del PIB, cuando se sabe
que la misma se coloca en más de un 20%
del PIB si se computaran juiciosamente todos los impuestos que de manera desorganizada el gobierno cobra
a los diferentes sectores económicos de la nación y que organizaciones
empresariales han pedido evitar que se aplique más impuestos.
Estas distorsiones
financieras siguen trayendo al país aumento del desempleo que se arguye que
ronda el 16% de la población económica activa (PEA) y un 32.17% de desempleo
entre jóvenes de entre los 15 y 24 años, con dificultad para conseguir su
primer empleo.
Asimismo, un aumento de
la informalidad empresarial lo que da como resultado menores recaudaciones
tributarias, mayores impuestos a las personas físicas los cuales aumentaron en más
de un 45.5% al pasar de RD$1,501.3 millones en el 2012 a RD$2,184.44 millones
en el 2013, aumento de la pobreza desde un 34% a un 42.2% de la población dominicana
y por supuesto mayor delincuencia y violencia.
Poca creación de nuevos
empleos, estimándose para el primer trimestre de 2014 en 24 mil nuevos puestos
de trabajo que si se extrapola para todo el año 2014 serían unos 96 mil nuevos
puestos, muy bajos en relación al crecimiento que se estima de la economia la
cual se cree que crecerá un 4.5% y para lograr la meta de más de 100 mil empleo
se necesitaría que la economia crezca por año más de 10% del PIB.
También aumento del Índice
de Costos Directos de la Construcción de Viviendas (ICDV) el cual creció un
3.65% en relación al año 2012 el cual alcanzó un 2.88%, bajos salarios que han
perdido su poder de compra, aumento del déficit eléctrico el cual se colocó en
el 2013 en unos US$1,200 millones.
De forma tal, que si esta
situación ha de seguir como va las finanzas públicas llegarán al extremo de la
insostenibilidad al no poder frente a los objetivos y metas que pretende
alcanzar el país en el marco de la Estrategia Nacional de Desarrollo (END) y de
paso no podrá lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) en
educación, salud, pobreza, entre otros, relativos a la
nación dominicana.
¡Que se despejen ya los
nubarrones de una nueva reforma tributaria! lo que equivale decir más impuestos
sin disminuir y eficientizar los gastos públicos en cambio se administren mejor
las finanzas públicas.
felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com