Sin transparencia el Plan de Desarrollo Manzanillo

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EL AUTOR es escritor. Reside en Santo Domingo.

POR GUARIONEX LUPERON 

La opinión pública del país está bien que se centre en los múltiples relatos que genera el conflicto de baja intensidad de Rusia-Ucrania. O en las discusiones sin salida, sobre la reforma constitucional que se realizan en una de las mesas temáticas del Consejo Económico y Social (CES), en la PUCMM, para entretener a los sectores sociales claves de la nación. 

Mientras la inflación arrincona a los hogares dominicanos, que están raneando en la pobreza. En la semana el galón de aceite corriente de 3.78 litros llegó a 720 pesos. Subió un 20 %. 

O pendiente, de otro palo asechado, como este que acaban de infringir las AFPs a los afiliados de los fondos de pensiones, reduciendo las utilidades. Con la desdicha para los afiliados, que el ente arbitral, la Superintendencia de Pensiones (SIPEN), sin generar ninguna investigación, se despachó a favor de las AFPs. 

La iglesia católica ni siquiera en manos de Lutero, sino en manos de ¨El mercader de Venecia¨ de William Shakespeare. O hay que estar pendiente del destino del sector productivo con este proyecto de arancel cero que solo beneficia a los importadores. 

Puerto de Manzanillo, República Dominicana

Sin embargo, la gente que somos del Cibao Occidental, de la frontera dominicana, tenemos que estar pendiente de estos y otros temas que nos tocan de forma inmediata, sobre todo, porque sabemos que en el Gobierno no tenemos a nadie que nos represente. En los últimos cinco periodos gubernamentales, solo se ha designado un ministro: el Ing. Elvio Rodríguez de Montecristi (que vivía en la región). 

El Cibao Occidental, la  norfrontera dominicana, como la novela del Gabo ¨no tiene quien le escriba¨, pese a que don Manuel Rueda, Premio Nacional de Literatura, escribió ¨La criatura terrestre¨, unos de los poemas más hermoso y conceptuales de la poética dominicana y también a ¨Makandal¨ donde el extraordinario e innovador poeta recrea el demonio del hombre de la frontera. 

Igual que don Manuel del Cabral, Premio Nacional de Literatura, uno de los grandes poetas de nuestra lengua, autor de ¨El compadre  Mon¨, que recoge muchos pasajes de la frontera, o ¨El Masacre se pasa a pie¨ de Freddy Prestol Castillo. Solo se escucha la frontera cuando salen relatos ficticios que hilvanan unos reporteros ágrafos de Pedernales y Dajabón y los medios nacionales titularizan a todo color para seducir a los grupos conservadores.   

La frontera existe cuando hay desgracias o cuando el Gobierno o los organismos internacionales o un funcionario diplomático la visita, como en el cuento de ¨Luvina¨, del ¨Llano en llamas¨ de Juan Rulfo, lo que habita es la desolación y el purgatorio.  O cuando se reseñan los grandes planes desarrollo, que anuncia el presidente y sus ministros en ¨las visitas sorpresas¨ de fines de semanas.  

Pero nadie se ocupa de verificar sus cumplimientos, ni los veedores que por ley se han creado ni los legisladores que por mandato constitucional les corresponde. Fíjense aquello del préstamo de los cien millones de dólares que el BID aprobó al Estado dominicano para la ¨Ampliación del puerto de Manzanillo¨. El proyecto va para un año y nadie, absolutamente nadie, sabe cuál es su nivel de ejecución.  

Un proyecto sin ninguna transparencia. Nadie sabe ni nadie informa: ¿por qué no se han hecho las licitaciones de las obras civiles? Y si las han hecho, ¿qué empresa dominicana o extranjera la ganó? ¿O cuáles son las modalidades que va a usar el ministerio de Obras Públicas o de la Presidencia para licitar la construcción de las obras civiles?  

¿O si el Gobierno va a esperar el último año del periodo gubernamental para iniciar la obra? ¿O van a esperar que el ¨clínker¨ mate a todos los habitantes de Manzanillo bajo la indiferencia del ministerio de Medio Ambiente? 

El país necesita legisladores activos, no solo para reformar los dispositivos de la Constitución, ni para impulsar proyectos que contribuyan a desestabilizar la producción nacional, ni proyectos de seguridad social que lleven más inseguridad social a los dominicanos. Activos para legislar y también para fiscalizar lo que aprueban. 

Una función que deberían de asumir los legisladores de Montecristi, solicitándole al ministerio de la Presidencia, o al ministerio de Obras Públicas, o incluso, al presidente Abinader, mediante una resolución: ¿qué ha pasado con la ampliación del puerto de Manzanillo?  

El Plan no dispone de informaciones públicas que indique en que se han invertido los cien millones de dólares que prestó el BID para el puerto y las vías conexas. Ni cual es el estatus de la licitación de las dos plantas de gas natural, que realizó el ministerio de Energía y Minas, ni tampoco nadie sabe de la licitación de los terrenos que realizó la Dirección General de Bienes Nacionales, con el objetivo de desarrollar un ¨Astillero¨. 

El desarrollo de Manzanillo es un plan sin transparencia que los legisladores deberían fiscalizar y ver quienes están frenando el avance de tan importante Plan para el desarrollo del Cibao Occidental.

 cerrona1@hotmail.com

jpm

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