Ser elegible, de facto, un derecho de pocos

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EL AUTOR es abogado. Reside en Puerto Plata.

Juan Domingo Perón, político, escritor y militar argentino, tres veces presidente de argentina, y fundador del peronismo, siempre reiteró, que la única verdad es la realidad.

El sufragio es un derecho político, un derecho de ciudadanas y de ciudadanos (const.dom.art.22.1), pero al mismo tiempo es un derecho binario, pues implica dos derechos en un mismo derecho, el derecho de elegir, votar (sufragio activo), y el derecho de ser elegible (sufragio pasivo).

Sin embargo, muy a pesar de que las garantías tienen como función hacer efectivos los derechos, en el caso del derecho a ser elegible, tiene un impedimento de facto (no legal), pues a pesar que dicho derecho lo reconoce y garantiza la constitución dominicana en su artículo 22, en la práctica, sólo los que tienen suficientes recursos económicos disponibles, son los únicos que ejercen dicho derecho en la actualidad.

Lo anterior es el resultado de un proceso que comenzó hace décadas, por medio del cual, los partidos políticos tradicionales (mayoritarios), se convirtieron en sedes de grupos de nuevos ricos, nuevos inversionistas, los cuales comenzaron a llevar en su dinero a dichas organizaciones políticas, a cambio de favores políticos (contratos), cargos por designación, y hasta de poder optar a las candidaturas de los distintos cargos electivos.

Ello permitió que dineros procedentes de actividades de dudosa procedencia (reputación), terminarán no solo ocupando un espacio en las finanzas partidarias, sino lo que fue peor, se convirtieron en protagonistas de los financiamientos electorales.

Es decir, la actitud que asumieron los partidos grandes fue tal, que poco importaba (aún no importa), la reputación que acompañaba a los recién llegados, lo que verdaderamente era y es relevante, son los enormes montos de dinero que éstos personajes están dispuestos a aportar, con tal de lograr protección (sistema de justicia), cargos y postulaciones a los distintos cargos electivos.

Como consecuencia de lo anterior, el altísimo costo de las campañas electorales se ha convertido en el principal vallar (obstáculo) para los militantes de los propios partidos, de ejercer su derecho fundamental a ser elegible, pues en la mayor de las veces, el poder económico termina imponiéndose frente a quienes carecen de él.

Ello no solo vulnera el derecho a la igualdad, sino que, de facto, enajena a millones de ciudadanas y ciudadanos, del libre ejercicio del derecho al sufragio pasivo. En otras palabras, el derecho ha quedado reservado sólo para los que pueden financiar las costosas campañas electorales.

Quiere decir, que dicha segregación (de los que pueden y no pueden económicamente), se ha convertido en un estímulo (motivación) para que dineros procedentes de actividades ilícitas, terminen aterrizando en la financiación de los partidos políticos, que dado el encarecimiento que ha sufrido en los últimos años, al parecer los fondos que reciben de la Junta Central Electoral, ya no les son suficientes.

Dicho de manera simple, el derecho que tienen ciudadanas y ciudadanos de participar en los procesos electorales, intentando lograr una postulación por un partido político a los puestos electivos, sencillamente se ha convertido en un derecho de pocos, en detrimento de muchos otros.

Y como la participación en República Dominicana no es meramente ciudadana, sino política (a través de una organización reconocida por la Junta Central Electoral), cada vez es más creciente el número de ciudadanas y ciudadanos que se desmotivan a participar en los procesos electorales (abstención electoral).

En otros países las leyes de partidos, agrupaciones y movimientos políticos son mucho más flexibles en lo relativo a la participación de la ciudadanía en los procesos políticos, pues con relativamente pocos requisitos, les permiten a cualquier ciudadano(a) interesado(a) en participar, inscribir una candidatura sin el menor contratiempo, a cualquier cargo electivo.

México presenta una situación de desigualdad parecida a la nuestra. En el país azteca para ser candidato a la presidencia como candidato independiente, la ley requiere al aspirante, unas 866,000 firmas, mientras que para formar un partido político, inexplicablemente solo se necesitan unas 216,000 firmas, un cuarto (¼) de firmas con relación a la candidatura presidencial independiente.

Casualidad? No, las cúpulas de los partidos mayoritarios ( a través de sus directivas), son quienes controlan a los que hacen las leyes (congresistas), y consecuentemente controlan ( a través de la ley),  quienes participan y quienes no, en la actividad política, pues son los que fijan los requisitos legales para que alguién pueda incursionar en la misma.

Y como el que hace la ley hace la trampa, es claro que los obstáculos legales terminan obligando a todo aquel que quiera incursionar en política, a afiliarse a una de estas organizaciones políticas llamadas partidos políticos.

Dos grandes dificultades fríamente calculadas: Para formar una agrupación o movimiento político independiente (requerimientos legales), y para el ejercicio del derecho a ser elegible (a través de las grandes sumas de dinero que se requiere para participar).

jpm-am

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Edgar Moreno
Edgar Moreno
1 Año hace

La pregunta es: Cómo vamos nosotros los ciudadanos que no accionamos en los partidos políticos a contribuir para que esta sitación vaya desapareciendo paulatinamente? 1. Participando en la política. 2. Apoyando las candidaturas independientes. 3. Aspirando a puestos electivos por un movimiento,aunque político,pero de corte independiente. 4. Participar sin gastar enormes cantidades de dinero. 5. Empoderarse y decidir su propio destino,no otros.

Rufino
Rufino
1 Año hace

De lo que se trata, estimado doctor Moreno, no es otra cosa que el Monopolio electoral que ejerce la clase oligarquica/politica del país para impedir la participación del ciudadano en igualdad de condiciones. Y es a través de JCE y su Ley electoral que se cercena, precisamente, el derecho a ser elegido consagrado en la Constitución.
Ni siquiera existe la posibilidad de la candidaturas independientes porque la Ley exige los mismos requisitos.

Erick
Erick
Responder a  Rufino
1 Año hace

Es en una trampa la que estamos metidos. Las élites que controlan los ****s en el congreso nacional,se aseguran que las leyes solo beneficien a quienes las crean.El PLD,PRM,PRD y PRSC (no existía LFP), se aseguraron que cualquiera que quiera participar,tiene que ser a través de un partido,una agrupación o movimiento político reconocido por la JCE,jamás de manera independiente. Una estafa de ley!

Leonel L.
Leonel L.
1 Año hace

Por eso el narco y muchos lavadores de dinero han asaltado los partidos, y a base de poder económico,ganan las postulaciones de los partidos e impiden que los militantes sin dinero,alcancen esas postulaciones. Sin dinero no hay forma Edgar.