Robespierre y Saint-just en un aniversario

Un girondino era un miembro de un grupo politico moderado y federalista de la Asamblea Nacional durante la Revolución Francesa llamado “de los girondinos”. El grupo estaba compuesto de 175 diputados de los 749 que conformaban la Asamblea de la Convención y gobernaron durante el año 1792 y 1793. Se les llamó así porque la mayoría de sus miembros más prominentes procedían de la región de la Gironda (departamento situado en el sudoeste del país, Francia). Eran intelectuales de la rica burguesía del mundo de los negocios (manufacturas, puertos, etc.). Acusados por los jacobinos de conspirar contra la unidad de la República, sus dirigentes más destacados fueron guillotinados por orden de Robespierre. Por su lado, los jacobinos fueron una organización política también, durante la Revolución Francesa. Reinaban más preponderantemente durante la Convención Nacional, consolidando el poder en el Comité de Seguridad Pública con líderes como Maximiliano Robespierre. Tenían una visión radicalista del gobierno y la sociedad, y ayudaron a la Revolución a protegerse a sí misma de fuerzas exteriores, invasiones y amenazas propias de los contrarrevolucionarios. El Club Jacobino fue formado primero durante los Estados Generales de 1789 por un grupo de diputados de Bretaña,( región administrativa del noroeste de Francia). Mientras la Revolución francesa entraba a su albor, los Jacobinos esparcieron su membrecía e influencia de poder. En 1791, había 152 capítulos asociados a través de Francia. Ese mismo año, mientras los jacobinos se volvían mas radicalizados, muchos miembros moderados se desalentaron por la dirección del Club y abandonaron sus cargos. Esto permitió a los miembros de izquierda consolidar su poder. Tomando un gran poder en la Convención Nacional, los jacobinos despojaron exitosamente la dirección del partido girondino y tomaron control del Comité de Seguridad Pública, el organismo ejecutivo de la Convención. Con el poder del Comité, el Club Jacobino lanzó una campaña el 5 de septiembre de 1793, conocida como el reino del Terror, con la decapitación de miles de realistas y contrarrevolucionarios. Después de un año de terror, la Reacción llevó un rápido final al control jacobino y tomó el liderazgo del club. Muchos personajes destacados de la Revolución Francesa fueron miembros del Club Jacobino, la mayoría finalizaron ejecutados durante el Terror o después. Maximiliano Robespierre lideró el Comité de Seguridad Pública durante el reinado jacobino en la Convención Nacional. Él consolidó su poder sobre el club siendo conocido como “incorruptible”. Como abogado y estadista, Robespierre fue la figura central de la institucionalización del Reino de Terror. Para el periodo durante el Terror, los Montañeses fueron sinónimos del Club Jacobino. También conocidos como la Montaña, el grupo fue el principal elemento de liderazgo de la Convención Nacional. El Club Jacobino trabajó como un partido político moderno de muchas maneras, concretamente en el orden de una constitución y una plataforma. Los jacobinos eligieron a su líder de partido, junto con secretarios y un tesorero. Trabajaron como una organización de izquierda para empoderar a las personas con una voz durante la Revolución Francesa. Al haber sido la fuerza motriz en la transición de la Revolución, el Club Jacobino controló al gobierno francés en un momento de gran agitación política. Establecieron los derechos del ciudadano como un cuerpo en la sociedad francesa como también el crecimiento de la fuerza del gobierno central a una república de pleno derecho. Los jacobinos son conocidos por sus visiones liberales y ocasionalmente radicales del gobierno y de su lugar en la sociedad. El término se usa todavía para describir a alguien que toma una visión radical de izquierdista de una situación y empuja para una autoridad central fuerte. Responsables por la ejecución de más de 40000 franceses, los jacobinos llevaron al capítulo más sangriento en la Revolución Francesa. La iglesia Católica fue desmantelada y el viejo régimen feudal barrido a través de la deserción y la guillotina. Reclutaron un ejército de 850000 hombres, creando el ejército primordial que más tarde marcharía por Europa en las guerras Napoleónicas. Maximilien de Robespierre, se hizo abogado y frecuentó los círculos literarios y filosóficos de su ciudad en la década de 1780; sus escritos de esa época muestran la influencia de las ideas democráticas de Rousseau. Se erigió defensor de las ideas liberales y democráticas más avanzadas, proponiendo la ley de 1791 que prohibía la reelección de los diputados, con la intención de renovar radicalmente el personal politico. Promotor de la ejecución de Luis XVI y de la implantación de la República. Tras arrebatarle el poder a Danton, Robespierre se convirtió en el “hombre fuerte” de aquel Comité, secundado por Saint-Just; instauró una dictadura de hecho para salvar a la Revolución de las múltiples amenazas que se cernían sobre ella: el ataque militar de las monarquías absolutas europeas coligadas contra Francia, la amplitud de la insurrección contrarrevolucionaria en el interior (conocida como la Vandée), la quiebra de la Hacienda Pública y el empobrecimiento de las masas populares. Una coalición de diputados de diversas tendencias obtuvo de la Convención el cese y arresto de Robespierre y sus colaboradores en el Comité, en una turbulenta sesión en la que se impidió hablar a los acusados y en la que el propio Robespierre resultó herido. De nada sirvió el conato de insurrección popular que protagonizaron los sans-culottes para salvar a Robespierre, Juzgado por sus propios métodos, fue guillotinado junto con 21 de sus partidarios en la plaza de la Revolución, poniendo fin al Terror y dando paso a un periodo de reacción hacia posiciones moderadas. Por su lado, Louis Antoine Léon de Saint-Just, nacido el 25 de agosto de 1767, en Decize (Nivernais). Después de sus estudios en los Oratorianos de Soissons, se traslada a Reims para hacer la carrera de derecho junto con Brissot y Danton. Su odio al antiguo régimen fue la consecuencia, con certeza, de una carta sellada que habría obtenido du madre contra él, tras robarle algunas joyas, los cubiertos de plata y objetos de gran precio, y fugarse a París tras una aventura con la hija de un notario. De septiembre de 1786 a marzo de 1787, sería internado en un reformatorio. En 1789, publica “Organt”, un poema satírico inspirado de las obras de Maquiavelo, Rousseau y Montesquieu, que condena la monarquía y la aristocracia. El mismo año, tras una estancia en Paris, donde asistió a los comienzos de la Revolución, abandona la capital para trasladarse a Blérancourt, en Picardía, donde su familia se instala a partir de 1777. Allí se concibe su notoriedad de revolucionario intransigente: es teniente-coronel de la Guardia Nacional en julio de 1789, participa a la Fiesta de la Federación al año siguiente, escolta el carruaje del rey Luis XVI y de la Familia Real de regreso de Varennes, y se hace amigo de Maximilien de Robespierre. Elegido en septiembre de 1791 en la Asamblea Legislativa, no puede tomar posesión de su escaño por ser demasiado joven. Un año más tarde, elegido diputado del Aisne en la Convención (septiembre de 1792), Saint-Just se une a los Montañeses, sentándose al lado de Robespierre. En la Convención, Saint-Just se convierte en uno de los principales oradores de la Montaña, justo en el momento del juicio contra Luis XVI, y contra el cual daría franco recorrido a su obsesivo odio. Juega un importante papel en la redacción de la Constitución de 1793, y en la lucha que oponen los montañeses a los Girondinos. Incluido en el Comité de Salud Pública, se convierte en el delegado de sus cofrades ante la Convención. Del 16 de octubre al 4 de enero de 1794, dicho personaje se incorpora al Ejercito del Rhin. Allí es encargado de restablecer la disciplina, como comandante en jefe, rehusando cualquier tipo de negociación con Austria, tomando Bitche y liberando Landau. El 9 thermidor,( undécimo mes del calendario republicano francés) ( se encuentra en la imposibilidad de leer el discurso que había preparado (“No soy de ningún partid los combatiré todos…”), tiene que interrumpir su monserga ante el griterío, asistiendo impasible a la ofensiva de los Convencionales de la Montaña y del resto de la asistencia contra Robespierre. Sus independientes ataduras a Robespierre, le conducirán a la guillotina. Inquietada de los aludes del Terror, la Convención ordena su arresto junto con Robespierre. Ambos son ejecutados el 28 de julio de 1794, hace precisamente 220 años en la actualidad, luego de ser jefes de horca y cuchillo de la Revolución francesa.

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