REP. CHECA: El racismo en R. Dominicana llega a Karlovy Vary

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REPUBLICA CHECA (EFE).- El racismo que se cuela en el «día a día» de la vida dominicana ha llegado al festival de Karlovy Vary con «Miriam miente», un filme de los directores Natalina Cabral y Oriol Estrada que, estrenado hoy, compite por el Globo de Oro del certamen checo.

El drama en torno a Miriam, una adolescente mulata de clase media que prepara su fiesta de quince años, «es un bello y al mismo tiempo crítico alegato sobre el racismo», que es «una cuestión cultural, natural y está muy integrado», explica a Efe Estrada.

«No es algo de buenos y malos, es algo del día a día, lo que pasa, lo que crea contradicciones internas muy naturales en los personajes», añade el cineasta nacido en Capellades (España) en 1983.

En la película, Miriam, encarnada por Dulce Rodríguez, entra en contacto por internet con Jean-Louis, un joven con el que empieza un idilio virtual asumiendo que es francés y lo invita a su cumpleaños, mientras su madre se entusiasma por conocerlo imaginando que es hijo de un diplomático.

Poco antes de la fiesta, los novios virtuales acuerdan conocerse cara a cara, pero cuando Miriam lo ve llegar de lejos se percata de que es negro y no va a su encuentro, lo que genera situaciones difíciles para la adolescente, que comienza a mentir.

«La sociedad te pone entre la espada y la pared y el personaje principal se ve retado, como persona, en diferentes niveles», dijo Cabral sobre el conflicto interior de la protagonista.

Según la realizadora, guionista y editora, nacida en Santo Domingo en 1981, la historia está inspirada en experiencias propias.

Se trata del primer largometraje de ficción de Cabral y Estrada, que han rodado ya documentales como «Tú y yo» (2014) y «El lugar de los lugares» (2016).

A diferencia de la forma de abordar el trabajo en esos filmes, esta vez no tenían tan claro el esquema de trabajo, señaló Estrada.

«Empezamos a escribir sin una estructura y sin guion situaciones de la vida que de entrada no tenían conexión y de ahí fuimos armando una historia, lo que te aleja del cine de género y lo hace más personal», precisa el cineasta.

La cinta, que ha costado 500.000 euros (582.000 dólares), ha sido financiada en un 75 % por capital dominicano, gracias a la ley de incentivos fiscales de 2012 del país caribeño.

El resto provino del Programa Ibermedia, que promueve coproducciones iberoamericanas.

Los productores españoles Paco Poch y Jordi Comellas esperan poder pasar la película en los festivales de Sevilla y Gijón en octubre próximo, cuando comenzará la distribución en España.

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