Remesas y elecciones norteamericanas

imagen
El autor es antropólogo. Reside en Nueva York

POR FELIX REYES

Recientemente un colaborador de este medio digital, el señor Carlos McCoy, escribió un interesante artículo en el que expone una inquietud derivada de su observación  de “la creciente  abstención electoral de la diáspora dominicana” en los procesos electorales dominicanos y su impacto en las remesas que ingresan al país.

Como bien señala el señor McCoy en su artículo, las remesas representan más del 8% del PIB del país y han devenido en indispensables para el bienestar de las familias que las reciben, por lo que, con excepción de algunos economistas, como Isidoro Santana, que han expresado algunas reservas, parece existir consenso sobre la bondad de ellas para la economía dominicana.

El autor del artículo en cuestión describe algunos de los factores que inciden en que los dominicanos reduzcan cada vez más su participación en los procesos electorales dominicanos y cómo estos factores pueden confluir para determinar una reducción de las remesas hacia el país.

Entre estos factores, me llamó la atención, y es el que motivó este escrito, el referido a cómo los dominicanos de segunda y tercera generación, residentes en Estados Unidos, pierden el sentido de compromiso hacia su país.

La pérdida del sentido de compromiso de estos dominicanos es un fenómeno esperable, pues nuestros hijos, nietos, biznietos, etc. tienden a crear lazos en el país que los ha acogido; es decir, se casan y forman familia en ella. Regularmente no tienen hijos, esposas o padres en República Dominicana, por lo que para ellos ya no existe el compromiso de enviar remesas.

En efecto, puede afirmarse que la mayor parte de los dominicanos y dominicanas que envían remesas son aquellos con menos arraigo en la sociedad norteamericana, los que tienen menos tiempo.  Incluso, entre quienes envían remesas, son mayoritarios aquellos con mayor nivel de pobreza.

Y esto tiene una explicación muy sencilla: el dominicano que envía remesas es de origen pobre, pues los migrantes dominicanos cuyo origen es de clase media y media alta no se ven en la necesidad de tener que enviar remesas. Estos últimos se establecen principalmente en estados como Florida; muchos de ellos no migran por razones económicas e, incluso, algunos más bien reciben remesas desde República Dominicana.

Además, la mayor parte de los dominicanos que envían remesas continúan siendo pobres en los Estados Unidos, en lo que influye el hecho de que al trabajar por un salario y verse en la necesidad de tener que enviar una parte de sus ingresos a sus familiares en el país, no tienen la posibilidad de ahorrar y adquirir bienes, tales como vivienda, que le permitan dar el salto y salir de la pobreza.

A esto se suma que para poder enviar remesas a sus familiares, ese migrante dominicano tiene que procurar reducir los costos de su existencia en los Estados Unidos; esto es, recibir beneficios sociales relacionados a la situación de pobreza en que viven, es decir, obtener ayudas de alimentos, viviendas, cuidado de niños, etc., pues si no obtienen estos beneficios no pueden enviar remesas a sus familiares.

Todo esto repercute en que permanezcan en una situación que les impide salir de la pobreza. Por ello me parece tan insensible, de parte de algunos dominicanos, utilizar el término “cuponero” con el objetivo de denigrar a gente humilde y trabajadora, pero solidaria con sus familiares en el país.

Visto lo anterior, es pertinente abordar cómo podrían influir las elecciones norteamericanas de este año en el flujo de remesas hacia nuestro país.

Como es conocido, una meta de los sectores conservadores del Partido Republicano siempre ha sido  reducir el papel del Estado en la vida de las personas. Hablando en dominicano simple, esto es, dejar que cada quien resuelva su problema, “si usted no puede vivir con lo que gana en su trabajo, muérase”, dirían  cruelmente algunos. Esto no lo han hecho los republicanos cuando han gobernado porque  implicaría perder el apoyo de una parte de su base social y política, pero no es descartable que en determinadas condiciones lo hagan si no les importara perder ese apoyo.

Si esto ocurriera, entonces los dominicanos que reciben cualquier tipo de beneficio social en Estados Unidos no tendrían la posibilidad de enviar remesas a sus familiares.

Deportaciones

Otra situación que podría impactar negativamente el flujo de remesas de los dominicanos es el posible proceso de deportación que se daría desde el mismo primer día en el caso de que Donald Trump ganara las elecciones de este año.

Un estudio reseñado en el portal de un think tank norteamericano “Migration Policy Institute” indica que, aunque la mayoría de los inmigrantes dominicanos en los Estados Unidos se encuentran legalmente, alrededor de 164,000 de ellos eran indocumentados en el 2019. Si tomamos en cuenta que en los últimos cinco años ha crecido significativamente la cantidad de dominicanos que han migrado de manera irregular, sobre todo por la frontera de México, no es descartable estimar en cerca de 200 mil los que se encuentran en esta condición en Estados Unidos.

 

Esos dominicanos con estatus migratorio irregular son aquellos con menos arraigo en la sociedad norteamericana, es decir, son aquellos que tienen todos sus familiares viviendo en República Dominicana, por lo que lógicamente son quienes envían más remesas a sus familiares. Si son deportados, como promete el candidato republicano, afectará sensiblemente el flujo de divisas hacia nuestro país, impactando negativamente las vidas de más de 500 mil dominicanos, tomando en cuenta que el promedio de los hogares dominicanos es de 2.9, según los datos de X Censo Nacional de Población y Vivienda, 2022.

Por lo expuesto hasta aquí, concluyo diciendo que es difícil entender cómo algunos comunicadores y políticos dominicanos defienden a un candidato que como Donald Trump, además de haber dado declaraciones insultantes a la dignidad de nuestro país, su agenda de gobierno claramente ha de afectar nuestros intereses.

jpm-am

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios