RD versus PISA
Definitivamente este es un país complicado. Difícil de dirigir, conducir, gobernar y encarrilar con rapidez por los senderos del progreso y el desarrollo humano.
Si alguien en el sector público o privado emprende una iniciativa con la mejor fe del mundo, de inmediato sale una jauría o grupúsculo a denostar, satanizar y cuestionar lo emprendido.
Son verdaderos espíritu de contradicción, profesionales del pesimismo y la negatividad, que con su accionar lo que procuran es detener el avance real y definitivo de este pueblo. Es una suerte de palo si boga y palo sino boga.
Por ejemplo, he visto como una serie de sectores se han escandalizados en torno a los resultados obtenidos por la Republica Dominicana en el Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) 2018.
Los resultados de la prueba PISA 2018 revelados recientemente señalan un declive en la educación de los estudiantes dominicanos en el rendimiento de Ciencias, Lectura, y Matemática con respecto a la prueba anterior PISA 2015.
Es cierto que los resultados del país no son agradables ni positivos, pero como bien dice un informe dado a conocer esta semana por el Banco Mundial sobre el mismo tema, aquellos países que no obtuvieron buenas calificaciones no se le pueden estigmatizar ni condenar.
El informe del Banco Mundial dice de manera textual lo siguiente ¨Estos resultados no deben usarse para estigmatizar los sistemas educativos que enfrentan desafíos. En cambio, deberían usarse para comprender la magnitud de la crisis de aprendizaje y abogar por un mejor aprendizaje para todos¨.
A nuestro modo de ver, la actitud no debe ser arrojar todo tipo de crítica sobre el sistema educativo nacional, que ciertamente adolece de muchas fallas, sino de verlo como una magnífica oportunidad para seguir avanzando hacia su transformación definitiva. No se puede perder de vista que en los mismos resultados de PISA 2018 se establece que América Latina enfrenta una crisis de aprendizaje.
JPM/of-am