Presidente González ordenó asesinato del Gral. Gregorio Luperón

imagen
EL AUTO es presidente del Partido Cívico Renovador y director ejecutivo de Inespre.

Aunque parezca difícil de creer, el General Ignacio María González, que alcanzó la Presidencia de la República en varias ocasiones, en su primer gobierno ordenó el asesinato del General Gregorio Luperón, lo cual le costó en esa ocasión la pérdida del poder, sin haber logrado su objetivo.

 

El General González llegó a la Presidencia por primera vez después del derrocamiento del Presidente Buenaventura Báez, a quien había servido en sus administraciones, e incluso ocupaba el puesto de gobernador de la provincia de Puerto Plata nombrado por Báez, siendo uno de sus hombres de confianza, y que formaba parte del liderazgo baecista.

 

Pero como  la lucha por el poder no tiene amigos, Ignacio María González, simulando adhesión y lealtad, y desde la gobernación puertoplatense comenzó a mover sus aspiraciones y a realizar alianzas conspirativas con personas que estaban bajo su liderazgo, y también con líderes que combatían frontalmente al presidente Báez, como era el caso del General Gregorio Luperón, que siempre tomó las armas para derrocarlo en todas sus gestiones de gobierno ejercidas después de la Guerra Restauradora.

 

En la Guerra de los Seis Años contra Báez, el General Luperón le combatió fieramente desde el exilio, en todas las costas del país con el buque de guerra El Telégrafo, y al presentarse la conspiración del General González en 1873, se unió a él proporcionando armas y personas, para alcanzar el objetivo de sacar al antinacional Báez del poder. Los esfuerzos combinados dieron resultados positivos, y en enero de 1874, Buenaventura Báez se vio obligado a renunciar a la Presidencia de la República.

 

Ignacio María González asume el poder, y cuando se creía que iba a llamar al General Luperón, a Cabral y a Pimentel, que se destacaron en la lucha contra Báez, se produce un decreto para prohibir que ellos regresaran al país. Luperón tuvo que mantenerse en el destierro, pero antes puso  las armas de guerras a disposición del gobierno, y se marchó para Europa.

 

Ignacio María González

 El Presidente González, con tal de aparecer ante el país como el prohijador de la unidad nacional declaró una amnistía y le envió una carta a Luperón invitándolo a regresar al país. Lo mismo hizo con el General Juan Pablo Duarte, a quien debemos nuestra independencia, pero éste ya muy enfermo, murió en el año 1876, sin poder regresar a su patria para morir en su suelo.

 

Luperón aceptó las garantías del gobierno de González, pero éste no dejó de lado las intrigas y la propagación de los decires sobre falsas conspiraciones del prócer. Y es que él nunca se sintió seguro de manejar el gobierno a su antojo, ante la presencia de Luperón. También sentía recelo del líder restaurador porque veía en él y en el Partido Azul un escollo a su ambición de continuar en el poder.

 

A tal punto llegó la obsesión del presidente González que, finalmente toma la decisión de liquidar físicamente al General Luperón, y ordena al gobernador de Puerto Plata, General Francisco Ortea,  iniciar las gestiones en ese sentido. Este, en principio, llamó al prócer para darle a conocer la decisión presidencial, y le pidió su opinión sobre estas dos posiciones: 

 

“Lanzarme a una conspiración contra el Gobierno, o cumplir la orden de asesinarlo. ¿Usted me apoyaría si me lanzo contra González?”

 

Luperón le contestó: “No, porque esa revolución sería una aventura y yo no soy aventurero. Regresé al país por pura necesidad de trabajar y por compromisos con los acreedores de la revolución y tengo que permanecer tranquilo”.

 

El plan del gobierno era provocar a Luperón para que pasara a la ofensiva, a fin de tener motivos para justificar su asesinato. Pero como el líder azul se mantuvo pasivo,  en fecha 23 de enero de 1876, el gobernador Ortea lo mandó a buscar en calidad de prisionero, pero el prócer se negó a acatar la draconiana medida. 

 

Gregorio Luperón

El periódico La Paz de la época, al explicar los alcances del acontecimiento expresó:

 

“Habiendo el segundo (Luperón) echado violentamente de su casa un individuo que tomara por espía, fue llamado al despacho de la gobernación, que hallándose enfermo y quizás teniendo en cuenta que el asunto era policial y no gubernativo, se negó a obedecer esta llamada; por la fuerza y no pudo conseguirlo; en este estado de las cosas difíciles había intervenido el presbítero Mena”.

 

El general Luperón explicó en El Porvenir los pormenores del asunto señalando que “ante la queja del espía del gobernador, éste parece que no queriendo desperdiciar el momento de atacarme ya sea directa o indirectamente, me dio orden de presentarme a la gobernación; yo di mis excusas diciendo que estaba enfermo, como efectivamente me encuentro atacado de reumatismo, e inmediatamente se me intimó por el alcalde de la común para que me presentase; me negué por segunda vez, convencido como estaba de que era un asunto de simple policía, y ya se trata de sacarme de mi casa por la fuerza. Dispuesto estaba que hicieran de mi un cadáver, antes que sucumbir al capricho de un tirano, pero afortunadamente han intervenido en este asunto todas las personas de importancia de la población y se ha evitado el gran conflicto a que esto hubiera dado lugar”.

 

Así las cosas, las autoridades compelidas a actuar en acatamiento de la orden presidencial, marcharon con tropa para asaltar a Gregorio Luperón en su propia residencia. Pero esos acontecimientos históricos de tanta trascendencia los presentaremos en nuestra próxima entrega.

jpm

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
3 Comments
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios
disqus_fSFjtJZchF
disqus_fSFjtJZchF
6 Años hace

mi estimado general zorrilla ozuna; creo no tener la suerte de haberle conocido personalmente, y cuando lo intenté estuve esperando en su oficina cerca de dos horas sentado en una silla acompañado de un ayudante suyo de apellido paulino. aprovecho esta oportunidad porque veo en usted un amante de la historia. al igual que yo, pero con la diferencia que cada quien tiene su protagonista, usted al general gregorio luperÓn, y yo al marquÉs de las carreras, general pedro santana.muy interesante su narraion, por lo

David
David
Responder a  disqus_fSFjtJZchF
6 Años hace

sr. o sra. disqus, permítame contradecir sus comentarios, ese generalito no sabe nada de historia y su formación académica es circunstancial, desde sus inicios lo único que sabe es robar, lo conozco desde hace más de 30 años., les puedo asegurar que otra persona escribió por el. el dinero y el ****ismo no tienen límites.

edfrommoca
edfrommoca
Responder a  David
6 Años hace

así es le regalaron inespre por su apoyo al bizco corrupto