¿Por qué los políticos mienten tanto?

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El autor es doctor en Humanidades. Reside en Azua

Me imagino que a muchos de nosotros nos ha pasado alguna vez esta pregunta por la menta. ¿Por qué los políticos mienten tanto?

A primera instancia se diría que lo primordial del político no es decir la verdad o la mentira, sino reclutar seguidores a como dé lugar, acomodando su punto de vista a la circunstancia que más se encamine a su meta final.

En ese sentido, en la sociedad moderna y en especialmente en el caso de nosotros los dominicanos/as, estamos acostumbrados a escuchar tantas mentiras o quijotadas que ya esto se ha convertido en una modalidad de nuestro diario vivir. «Yo no creo en nadie ni en nada, solo en lo que hay para mí,» se escucha en el clamor popular.

Dicho esto, pasemos a nuestro enfoque.

Danilo Medina, haciendo eco de una promesa que le hizo al pueblo dominicano, y sobre la cual «Diario Libre» publicó en sus páginas, el expresidente declaraba enfáticamente que estaba «decidido a ponerle fin a la lucha contra la criminalidad y la corrupción, vamos a llevar a cabo un vigoroso programa de fomento de la transparencia (17 de agosto, 2016).»

Tornando la hoja del libreto hacía atrás, sabemos que nada de esto ocurrió; en este sentido deberíamos entonces preguntarnos, que pudo haber ocurrido aquí que su deseo no se cumpliera o que su opinión sobre la corrupción evolucionara de extremo a extremo?

Tal vez Nicolás Maquiavelo arroja luz sobre este asunto, cuando en «El Príncipe» nos comenta: «Los hombres son tan simples y de tal manera obedecen a las necesidades del momento, que aquel que engaña encontrara siempre quien se deje engañar.»

Visto desde este crisol la meta del político es ganar ventaja a la partida, aunque para ello tenga que jugar distintos papeles o llevar distintos sombreros: ser como el zorro es su objetivo. Persuadir aunque para ello tenga que modificar sus planteamientos políticos y adaptarlos a lo que él cree le dejara más beneficio. La verdad o la mentira son solo conceptos relevantes a la meta inmediata, ya que todo puede cambiar de acuerdo a los nuevos intereses que surjan.

Este dote de poder que el político cree sentir, de persuadir y convencer sobre cualquier asunto o tema, independientemente de si se tratase de algo cierto o falso, refleja una conducta narcisista. Y como tal el líder buscar ser reconocido por sus seguidores, del cual necesita siempre aplauso y reconocimientos para alimentar su frágil ego.

Para reforzar la obediencia, el líder exige que todos los aplaudan o coman y beben del mismo plato o baso, que escuchen las mismas noticias, y hasta usen el mismo perfume o pluma con la cual escriben, y aun el mismo estilo y color de camisa.

En este sentido aquel que ose contradecirlo, no solo es excluido de este «paraíso,» sino que tiene que confrontar a un pelotón de bocinas pagadas que contradicen todo lo que se oponga al ideal del líder. Tomando en cuenta que todo lo que se repite mil veces, con el tiempo se transforma en lo opuesto de lo que realmente fue, entonces es posible entender esta frágil línea entre verdad y mentira.

El político moderno, actuando como un zorro o vistiéndose como el lobo en Caperucita Roja, gravita de un punto a otro, sacando ventaja propia a cada circunstancia aunque para ello sacrifique mil veces su integridad.

Sin embargo, llega un momento en que la magia se le va desgastando, y su verdadero rostro de hipócrita o mentiroso va quedando expuesto a la luz del día; y es ahí cuado, al desmoronarse su imagen, el grupo a su alrededor se desintegra, y cada cual trata de distanciarse lo más lejos posible.
¡El líder queda solo, expuesto y desenmascarado!

Al toparse con su verdadero perfil– ya ahora sin máscara ni sombrero, tampoco rodeado de su círculo de adulones– solo desea desaparecer, esfumarse de su medio entorno para no tener que responder a nada.

En los medios de comunicación, muy recientemente se escribió esto sobre el expresidente Danilo Medina «salió del Congreso Nacional y se dirigió a su casa, donde se cambió de vestuario, para vestir de negro con corbata roja y salió sin que hasta el momento se conozca su lugar de destino».

 JPM
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Luis Rosario
Luis Rosario
3 Años hace

Creo que este analisis es perfecto, por otro lado, creo que se cambio de ropa para decirle al pueblo con su nueva imagen lo siguiente: me visto de negro porque he masacrado al pueblo y me pongo esta corbata roja porque sobre mi pecho hay sangre derramadas de muchos inoscentes.

lidia martinez%***%***%
lidia martinez%***%***%
3 Años hace

los politicos miente tanto porque a las gente le gusta q le mientan poreso los politicos le dicen los que quieren oir las gente,

JABON DE CUABA
JABON DE CUABA
3 Años hace

Si usted como gobierno estafa a los votantes cambiando diputados o senadores por los cuales los sufragantes votaron, entonces en menos de 4 años se van.