¿Por qué ganó Adriano Espaillat?

 

Por fin ganó Adriano Espaillat, casi todos lo esperaban.

Y lo hizo con la misma proporción con que antes perdió, las dos veces que se enfrentó al legendario Charlie Rangel; de ahí que su victoria es tan legítima como lo fueron sus derrotas. Aunque es muy cierto que la abstención fue ligeramente menor que en las ocasiones anteriores, y que el santiaguero ganó hoy con mucho menos votos (3% de los inscriptos) que los que obtuvo cuando perdió (6% de los inscriptos); de ninguna manera se puede objetar su “triunfo”.

 

Mi representante en Washington y uno de los líderes hispanos de mas valía y trayectoria en el Congreso, José Serrano, apenas logró el apoyo del 3% de los inscriptos en el distrito 14, a pesar de que este famélico número le representó un astronómico 87% de los votos emitidos. La abstención parece ser la debilidad mayor de los electores, muy especialmente dentro de las minorías que tenemos presencia en esta nación de oportunidades.

 

Tengo que hacer estas precisiones antes de analizar la “victoria” de mi compatriota, porque en las dos oportunidades que se enfrentó al Charlie Rangel, yo apoyé al Viejo aliado. Pero en esta contienda, no me puse de frente a Espaillat; mas bien mantuve distancia prudente y solo traté de exponer la situación electoral existente. No apoyé a Espaillat antes y no tenía razón para hacerlo ahora; porque el cuentecito ese de que “hay que apoyar a un dominicano”, aunque creas que no vale la pena, no lo voy a aceptar nunca.

 

De todas formas, ya Espaillat es el candidato de noviembre y muy probablemente, el “primer dominicano en el Congreso USA”. Personalmente no creo que será un buen representante, porque nunca fue un buen asambleísta y mucho menos un buen senador estatal, pero no tengo razones para oponerme a él sin antes explicar las circunstancias por las que pudo “ganar” y el riesgo que corre de hacer el viaje del Titanic. Si es que no aterriza y analiza los números del distrito fríamente.

 

De su actitud como legislador no espero muchos cambios, porque sé que la soberbia es su característica principal. Espaillat seguirá tratando de contraer el menor compromiso posible con sus constituyentes y tratará de aplastar a todo el que no se haya sumado al coro de la dominicanidad a ultranza. Sin embargo, si creo que tiene chance de recomponer su figura y su candidatura para el mañana; porque lo único que dicen los números, es que la tasa de rechazo que dejó crecer entre los dominicanos, cada vez es mayor.

 

Resulta que la participación de Linares no es nada ilegítima, ni anti dominicana y mucho menos anti-patriótica, como se sostuvo en toda la campaña. Espaillat perdió menos -con la participación de Linares- que lo que perdió Keith Wright con la presencia de los otros dos afroamericanos en la contienda; y ninguno de ellos ha sido satanizado por sus connacionales. Entre Clyde Williams y Suzan Johnson le daban la mayoría absoluta a Keith Wright y Espaillat no hubiera ganado aunque Linares y Clayton Powell lo hubiesen apoyado plenamente.

 

A estos números es que debe atender Adriano Espaillat, antes de emprenderla contra Linares y contra cualquier otro dominicano que trate de ocupar una posición en el estado de Nueva York. Para mantenerse en Washington, Espaillat debe evitar las disidencias en el frente interno; y no pretender “alzarse con el santo y la limosna”, aprovechando su ocasional, aunque histórico “triunfo”.

 

Mis recomendaciones finales, aunque se que hay muy pocas posibilidades de que las oiga: (a) bajar la tasa de rechazo entre sus compatriotas, (b) tratar de ser lo mas plural, asumiendo el fortalecimiento del liderazgo dominicano en los niveles mas bajos de co-gobierno, esto es municipal y estatal, (c) lanzarse a la construcción de una agenda dominicana racional, no personal,  (d) promover la participación de los dominicanos en las elecciones, pues sacar cada vez menos votos dentro de su comunidad, no augura un futuro promisorio y por último, (e) mirar con cuidado hacia Harlem, los afroamericanos no suelen cometer los mismos errores dos veces.

 

En definitiva, le deseo suerte al primer representante dominicano en Washington, pero cuidado, mucho cuidado, la vida solo da una oportunidad: la primera; todas las siguientes, hay que garantizarlas personalmente.

 

¡Vivimos, seguiremos disparando!

 

rolrobles@hotmail.com

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