Policía y Seguridad Pública

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EL AUTOR es Master en Gestión y Políticas Públicas. Reside en Santo Domingo

La seguridad pública y la función de la Policía Nacional se ha convertido en tema de actualidad nacional y se asomó con tanto interés debido a los hechos de sangre ocurridos en las últimas dos semanas con la muerte de tres jóvenes en los cuarteles policiales y que se alega que fue culpa de la entidad de seguridad pública y creo que los hechos se están manejando muy de prisa y sin analizar el entorno en que han sucedido y las causas que lo motivaron.

Para entender lo que está sucediendo en nuestra sociedad tanto a nivel de América Latina y El Caribe, hay que saber que hay una responsabilidad compartida entre quienes imparten justicia y quienes están en el deber de cumplir con la ley, de ahí que el Foro de Seguridad de Latinoamérica define la seguridad como: “ausencia de peligro, daño o riesgo”. El concepto de seguridad proviene del latín “seguritas o secura, el cual está compuesto por Se (sin) y cura (cuidado) o preocupación, lo que significa sin temor, despreocupado, sin temor a preocuparse.

¿Qué es la Policía Nacional? La Policía Nacional Dominicana denominada Policía Nacional es un cuerpo armado, técnico, profesional, de naturaleza policial, principal responsable de la vigilancia policial y seguridad ciudadana de todo el territorio nacional se encarga, además, a través de sus numerosas unidades especiales, de investigaciones contra el crimen organizado, terrorismo, penales, judiciales, investigación y persecución de los delitos relacionados con las drogas, y asuntos sobre orden público.

Partiendo de estos criterios podemos afirmar que en la República Dominicana existe mucho peligro y riesgo, pues la gente ha perdido la confianza en sus vecinos y sus iguales y andan en las calles muy temerosos de recibir daños, no de la policía sino de los ladrones, atracadores, carteristas, personas sin educación, los que manejan sin prudencia y los montones de mendigos y limpias vidrios que andan en los semáforos provocando a la gente y ni la policía puede tener control de ellos.

La seguridad pública es un servicio que debe brindar el Estado para garantizar la integridad de todos los ciudadanos y sus bienes. La seguridad pública implica que los ciudadanos pueden convivir en armonía, cada uno respetando los derechos individuales del otro. Se sabe que el Estado es el garante de la seguridad pública y el máximo responsable a la hora de evitar las alteraciones del orden social. Para esto existen las fuerzas de seguridad (como la policía) que trabajan juntamente con el poder judicial.

Las fuerzas de seguridad pública deben prevenir la comisión de delitos y reprimir estos una vez que están en curso o se han producido. También es función de las fuerzas de seguridad perseguir a los delincuentes y entregarlos a la justicia que será la encargada de establecer los castigos correspondientes de acuerdo con la ley. La seguridad pública también depende, entre otros múltiples factores, de la eficacia de la policía, del funcionamiento del poder judicial, de las políticas estatales y de las condiciones sociales.

El momento que vive el país, salido de la peor pandemia que ha abatido a la gente fue el Covid.19, causando pérdida de empleos, pérdida de pequeños negocios, cambio en la salud mental, pobreza, menor educación, pérdida de seres queridos por causa del Covid.19 y la inseguridad alimentaria y de todos esos males no escapan los miembros de la policía. La situación es bastante compleja, porque la policía y la justicia están sobrecargados con tanta delincuencia.

La misma Policía está aterrada con tanta delincuencia, como el narcotráfico, el tráfico ilegal de armas de fuego, los vehículos caminando de manera ilegal, sin licencia de conducir, sin seguro, en vehículos con condiciones deplorables, como motoconchistas, los camiones de cargas, las guaguas voladoras y los carros públicos deteriorados y contaminando la ciudad. Creo que es bastante carga para la policía, cuyos miembros tienen una mediana formación y cuyos sueldos no les da para comer.

El pasado año, llovían peticiones en las redes sociales, que marcó cientos de publicaciones contra la institución del orden, se debió a la muerte Elisa Muñoz y Joel Díaz, una pareja de esposos evangélicos que perdieron la vida tras ser baleados por policías cuando se dirigían hacia la capital desde Villa Altagracia. Estos casos ocurren precisamente porque la policía quiere hacer su papel de proteger a la gente y perseguir a los violadores de la ley, aunque no lo justificamos.

Y es que los casos de David de los Santos, José Gregorio Custodio y Richard Báez, tres jóvenes los cuales cayeron por presuntos abusos policiales ponen en entredicho, nueva vez, el accionar del cuerpo del orden. Es que la sociedad está muy convulsionada y genera mucha violencia. Nuestro país no es la excepción, se conoce que un latino se debate entre la vida y la muerte tras un presunto caso de abuso policíaco en Round Lake Beach, Estados Unidos. Se trata de un joven de 21 años, quien se encuentra en cuidados intensivos luego de una confrontación con policías durante una protesta el pasado 10 de junio. Decenas de personas se han manifestado pidiendo justicia y denuncian un supuesto caso de exceso de fuerza al momento del arresto.

La misma Policía está aterrada con tanta delincuencia, como el narcotráfico, el tráfico ilegal de armas de fuego, los vehículos transitando de manera ilegal, sin licencia de conducir, sin seguro, en vehículos con condiciones deplorables, como motoconchistas, los camiones de cargas, las guaguas voladoras y los carros públicos deteriorados y contaminando la ciudad. Creo que es bastante carga para la policía, cuyos miembros tienen una mediana formación y cuyos sueldos no les da para comer.

NO se puede ignorar que nuestra sociedad ha cambiado demasiado rápido influenciado por la música de calle, que predica la violencia, la pornografía, la violencia sexual y la falta de respeto hacia los ciudadanos. Están también grandes influencer de las redes sociales, que predican la desobediencia y la libre actuación de de las personales porque no han recibido educación y son personas que no conocen las reglas sociales, sin embargo, son aplaudidos por el populismo y la ignorancia.

Don José mármol nos ilustra esa situación en  su artículo de opinión “Un brote anárquico de incultura, tribalismo y aberración”, primer párrafo lo ilustra: “Cuando una sociedad exhibe como trofeos expresiones deleznables, promovidas como arte por la industria audiofórica y viciosamente mercurial; cuando exalta, disfrazados de provocación o rebeldía, sus miserias pornográficas, sus más bajos y bestiales instintos, entonces es muy probable que esa sociedad esté encaminándose a un grado cero de civilización, a un brote anárquico de incultura, tribalismo y aberración.

Continúa diciendo Don José mármol: “Provoca desaliento y desconcierto, además de temor al devenir, que niños, adolescentes y jóvenes de diferentes estratos sociales repitan, quizás inconscientemente, esos quejidos, ladridos e improperios montados sobre música electrónica y otros recursos, moviendo sus cuerpos como reptiles lascivos, presas de alucinógenos o ahogados en alcohol. No niego que pueda haber talento allí. Pero llega a lo dantesco lo que se difunde.

Hay que preservar nuestra policía nacional, que es símbolo de trabajo y sacrificio. Ellos son los que protegen las propiedades, las personas y persiguen a los infractores de las leyes, si no es mucho pedir, la policía nacional necesita mejores equipos de trabajo, buena tecnología, mejores sueldos y más respeto de parte de los ciudadanos. Que los delincuentes sepan que no importa lo que pase, la policía seguirá cumpliendo con su deber: Luchar por la paz social y el respeto a nuestras leyes.

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