PLD: frases que no suman (OPINION)

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El autor es abogado. Reside en Santo Domingo

Desde que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) pasó a jugar el rol de partido opositor en agosto de 2020, y sobre todo después de la embestida de persecución judicial impulsada desde el gobierno, por mediación del Ministerio Público, han venido surgiendo una serie de frases de parte de altos dirigentes de ese Partido que, a decir verdad, no suman nada a los propósitos de retornar al poder, por el contrario, manifiestan un espíritu derrotista y pesimista que podrían contribuir más al deterioro de la organización.

Realmente, el lenguaje en la comunicación es algo que hay que manejar con cuidado, ya que muchas veces no es lo que el emisor quiere decir, sino lo que el destinatario (población) pueda interpretar.

Frases como “el Partido aún vive”, la cual fue empleada mucho por dirigentes del PLD durante el segundo y tercer año de la primera gestión de gobierno del Presidente Abinader, pudo interpretarse en su momento como que el PLD se encontraba en un estado agónico, provocando ello que muchos militantes y simpatizantes optaran por otras opciones políticas en donde se daba aparentar mayor activismo y entusiasmo.

“Somos el mayor Partido de la oposición”, una frase que aún se escucha con mucha frecuencia en los labios de muchos peledeístas, y que, a mi humilde opinión, no les conduce a nada, más que batirse en su propia salsa (la oposición).

El principal enfoque del PLD no debe ser jamás la oposición, sino más bien el gobierno, puesto que deben estar claro en que, en una eventual segunda vuelta, en caso de que el PLD clasifique, tendrán que contar necesariamente con los votos de los partidos de la oposición para ganar.

No es con discursos que habrá de ganarse el mote de ser considerado el Partido que lidera la oposición, sino con un trabajo arduo, continuo y tesonero en el mismo corazón del pueblo, identificándose con sus necesidades y penurias, como les enseñara su líder Ad Vitan, Profesor Juan Bosh.

“Debemos reconocer los errores cometidos” es otra de las frases que he escuchado a varios dirigentes expresar en algunas intervenciones por los medios de comunicación. Si bien es cierto que hay que mostrar siempre humildad en las posturas y expresiones ante el público, no menos cierto es que siempre debe prevalecer, ante todo, el orgullo del gran legado dejado al país por los gobiernos del PLD, y no anteponer nunca los errores cometidos a los grandes logros alcanzados.

Los errores son de las cosas más comunes en nuestro accionar, y ninguna organización o proyecto está exento de ellos.

Otra de las expresiones que abundan en los últimos días es la de que “estamos viviendo un renacer del Partido”. Para renacer o resucitar hay que haber muerto previamente, y según mi punto de vista, el PLD nunca ha estado muerto, siempre se ha mantenido vivo, en el seno del pueblo, en todos los estamentos de la vida social, haciendo opinión pública, fijando posiciones responsables contra los desaciertos de este gobierno ineficiente e indolente.

Finalmente, escuché con mucha frecuencia en la pasada campaña, de labios de dirigentes del PLD, decir que “estamos trabajando arduamente para hacer un buen papel en las próximas elecciones”.

En política, en los deportes y en la guerra, siempre se trabaja para ganar, no para hacer un buen papel, por lo que asumir ese discurso podría dar la sensación de que se está derrotado de antemano, que no hay posibilidades de ganar, y eso bajaría el ánimo y el entusiasmo de un alto porcentaje de los simpatizantes que preferirían, ante ese discurso un tanto pesimista, emigrar a otra parcela política, o mejor, no ejercer el sufragio.

En esta ocasión, los dirigentes peledeístas deben dejar de lado los discursos derrotistas, pesimistas y de lamentos. Deben siempre asumir que las cosas van a salir bien. Una actitud positiva ayuda siempre a la gente a tener mayores éxitos. Los optimistas no culpan a otros de sus fracasos y desaciertos, consideran que los reveses son aprendizajes, y que están prestos a superarlos para las próximas contiendas.

Los discursos que pronuncian los dirigentes políticos tienen mucha más importancia de lo que parece. Estos implementan en la mente de los que los escuchan, creencias y sentimientos limitantes o potenciadores, contribuyen a construir mitos o a derribarlos, contribuyen a que sus organizaciones se muestren resilientes y capaces de sobreponerse a todas las adversidades que el nuevo escenario plantea.          Estos discursos inclinan la decisión de voto en una o en otra dirección.

JPM

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