Plaga letal amenaza a una especie de antílope
PARIS.- El compromiso internacional de erradicar una devastadora enfermedad del ganado que afecta principalmente a ovejas y cabras, se ha hecho aún más urgente tras conocerse la mortandad masiva de una especie antílope en vías de extinción en Mongolia.
Unos 900 antílopes saiga (Saiga tatarica mongolica) – casi el 10 por ciento de la población de esta subespecie –, fueron encontrados muertos en la provincia occidental de Khovd, en Mongolia. Las muestras extraídas de los cadáveres dieron resultado positivo para la peste de pequeños rumiantes (PPR), una enfermedad viral que provoca una alta mortandad en los rebaños domésticos de ovejas y cabras, matando hasta el 90 por ciento de los animales infectados.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) lideran un esfuerzo multinacional para erradicar en 2030 la PPR, enfermedad que puede tener un impacto devastador a nivel económico y sobre la seguridad alimentaria. El 80% de los 2100 millones de pequeños rumiantes que se calcula hay en el mundo viven en regiones afectadas, y constituyen un activo importante para un tercio de los hogares rurales pobres. La PPR, identificada por primera vez en Côte d’Ivoire en la década de 1940, supone en la actualidad una amenaza para más de 75 países.
Aunque la fauna silvestre se ha considerado durante mucho tiempo como potencialmente vulnerable, se habían documentado relativamente pocos casos reales de infección por PPR en especies similares a las cabras salvajes en libertad, y nunca en antílopes en libertad.
Las muertes parecen indicar que se ha producido un contagio a partir de animales domésticos con los que comparten zonas comunes de pastoreo, especialmente en invierno cuando hay menos lugares donde buscar alimentos. Se están realizando esfuerzos para investigar la situación sobre el terreno, encaminados en particular a investigar otras posibles causas, como la infección bacteriana (Pasteurella multocida) que ahora se sospecha causase la muerte de cientos de miles de saiga en Kazajstán en 2015.
Los antílopes saiga en Mongolia no son realmente animales migratorios, pero sí son nómadas, dentro de un área de unos 130.000 km3 y desplazamientos temporales en otoño para la reproducción y a principios de primavera para el alumbramiento. Esta especie, que en el pasado se hallaba muy extendida por las estepas eurasiáticas, está clasificada como en grave peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
JPM