Partidos, elecciones y representatividad

 

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Es falso pretender señalar que el partido de gobierno, PLD, es responsable de la excesiva atomización de los partidos y del excesivo número existente, los responsables son los propios partidos y líderes que con su accionar y actitud han dificultado la articulación de la oposición, de las mayorías, que el sistema por demás necesita para su funcionamiento.

No se dan cuenta, en su miopía política, que resulta fundamental en este sentido la estabilidad de los partidos, su persistencia en el tiempo, pues ello facilita su responsabilidad, la motivación de utilizar la confianza obtenida en las urnas de modo que los ciudadanos valoren la gestión realizada para volver a otorgarla.

La oposición, debería promover el buen funcionamiento de este sistema, que ellos gobernaron y que aspiran a volver a dirigir, donde incluso mantienen cuotas de participación y representación institucional a nivel legislativo o municipal.

La oposición no puede ser obstáculo, deberían ser conocimiento mutuo entre electores y partidos, la articulación de una visión y un discurso identificable, la acumulación de experiencia al servicio de la gestión de los asuntos públicos, y el desarrollo de carreras políticas.

Fundamental y determinante para la consolidación del sistema político y su gobernanza.

¿ De quién es la culpa que no haya una posibilidad efectiva de participación y oposición, que no se de ni se vislumbre para el 2020 una nueva alternativa de Gobierno?

Los sistemas democráticos se consolidan cuando se producen sustituciones del partido en el Gobierno por la vía electoral y conforme a las reglas del sistema. Pero, para lograrlo los partidos de oposición tiene que tener unidad, objetivos claro hacia el bien común, credibilidad.

La confianza de los ciudadanos no puede darse por supuesta, depende de su actuación y resultados al frente del Gobierno…

La oposición tiene que saber que eso no se logra, el gobierno, con rabiasca, tomando las calles de manera disociadora, no, es encantando a la gente, haciéndose creíble, haciendo oposición constructiva, haciendo buenas gestiones donde tienen poder (municipios, legislativos, sociedad civil), haciendo que el sistema continua con independencia del partido que gobierna.

Ahí radica la gobernanza del sistema, porque una excesiva atomización de los partidos y un excesivo número de ellos dificulta la articulación de las mayorías que el sistema necesita para su funcionamiento.

Porque entonces llega el desencanto y los partidos no producen a los líderes, sino los líderes a los partidos.

Llegan entonces líderes ajenos a las élites políticas tradicionales, con un perfil público adquirido a veces en otros ámbitos, que emergen en la arena política proclamando su identificación con el pueblo y la representación de sus intereses, que crean un partido o plataforma electoral en la que se apoyan para concurrir a las urnas.

Indiscutiblemente que en nuestro país se ha vivido una época de crecimiento económico y desarrollo, que ha devenido en una ampliación de las clases medias y al tiempo una reconfiguración de las mismas, con grupos emergentes por las oportunidades de la globalización y sectores tradicionales amenazados por ésta en sus expectativas.

El PLD ha desarrollado políticas que le otorgan una base de apoyo, sintiéndose representar verdaderamente al pueblo.

Es ilegitimo, fuera de toda lógica política promover desestabilización, caos destituyente, en un fallido intento antipopular de buscar la destitución del presidente Danilo medina, electo de manera popular en las urnas.

Nada de eso lo compacta como opositores, ni le gana adepto ni mucho menos logran movilización popular en contra del gobierno.

Una verdadera locura política de la oposición pretender desarrollar una dinámica de liderazgos  y procesos destituyentes, lo que hacen es que cada día más se hunden en falta de apoyo y en una crisis de representación.

Ellos seden su representación a las estructuras sociales, y en particular a las clases medias, esta última que busca su ampliación en el calor del desarrollo económico, y la evolución de sus expectativas.

 El PLD sabe que el apoyo de las clases medias, la satisfacción de sus expectativas por los partidos y líderes políticos existentes, la expectativa de acceso progresivo a la clase media para los sectores populares, se configuran como factores decisivos para la superación de esa crisis y la conformación de un sistema estable de partidos.

Hay que  observar que en las sociedades en que las clases medias están divididas resulta más fácil la emergencia y consolidación de alternativas populistas o modelos políticos alternativos, mientras que el consenso sobre el modelo político y de desarrollo entre las clases medias, y en particular entre las emergentes y las tradicionales, facilita el mantenimiento de los consensos entre la comunidad política y la consolidación del sistema político, y dificulta la de alternativas polarizadoras.

Pongamos como ejemplo los casos de Brasil, Venezuela y Bolivia. En Brasil, entre 2004 y 2007, fruto del crecimiento económico y las políticas públicas llevadas a cabo, la clase media pasó del 39,85% al 47,6% de la población, experiencia a partir de la cual se dan unas expectativas de futuro muy positivas, que lleva a las clases medias al apoyo a la democracia y al modelo socioeconómico impulsado.  Continuara…

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