OPINION: Tributos violadores de los derechos ciudadanos
Con mucha habilidad, buena parte de la dirigencia política ha convencido a la población que son ellos los que tienen el monopolio de la solidaridad.
Solo unos pocos elegidos, que son ellos, tienen esa sensibilidad especial de querer ayudar a la gente.
Vendido este argumento, el paso siguiente es que el Estado, es decir la dirigencia política, tiene que tener a su cargo lo que se conoce como ayuda social que se traduce en los llamados planes sociales.
Ellos decidirán, gracias a la asistencia del Espíritu Santo, o de una de sus concubinas, a quién corresponde “ayudar” y a quién no.
La idea de trabajo, esfuerzo, iniciativa individual, desarrollar la capacidad de innovación y todo lo que tenga que ver con la superación personal no existe en el vocabulario de la competencia electoral.
Lo que predomina es el discurso que la gente tiene derecho a que otro le pague la vivienda, le otorgue un subsidio, lo proteja de la competencia de otros productores y cosas por el estilo.
Ahora bien, la carrera populista tiene como contrapartida una carrera por recaudar cada vez más impuestos o anular incentivos y exoneraciones.
El primer paso para generar más ingresos tributarios consiste en incrementar las alícuotas de los mismos. Subieron peaje y tasas y nadie protesto, porque hay una prensa manipulada.
Por ejemplo, cualquiera que tenga una cuenta corriente bancaria podrá ver cómo el Estado mete mano en nuestras cuentas, que es lo mismo que si metiera la mano en nuestro bolsillo para cobrar ingresos brutos, el Itebis o lo que sea.