OPINION: Gasto de capital, medidas monetarias y financieras

El dinero recaudado por medio de los impuestos es el vehículo a través del cual se transfieren recursos reales de los bienes privados a los bienes colectivos.

Es de suponer que cuando se incrementa el gasto público la demanda agregada crece. Este incremento de la demanda provoca una mayor producción, pero con un incremento en los precios.

Ahora bien, como la cantidad de dinero se ha movido, significa que el incremento del gasto se financiará mediante deuda interna, por lo que el ahorro deberá desplazarse hacia el financiamiento de este mayor gasto gubernamental.

El mercado de bienes se contrae mientras el dinero se expande lo que da lugar a una menor tasa de interés lo que disminuye la captación de capitales por el país.

Se sabe que, por efecto negativo a la economía debido a la pandemia, el Banco Central de la República Dominicana y otros países han tenido que hacer frente a la situación de recesión de la economía mediante política monetaria y sus herramientas de mercado abierto, muy especialmente a través de la tasa de interés de política monetaria al extremo de llevarla a un 3% en la nación dominicana.

Esta institución emisora ha podido lidiar con la situación de constreñimiento de la economía de manera exitosa ya que ha sabido salirle al frente de manera eficiente y efectiva a las secuelas económicas que ha producido la pandemia, dando lugar a que la economía dominicana se encuentre en franca recuperación, pues para el mes de febrero la economía ha comenzado a crecer de un -29.8% en los meses marzo-abril 2020 a un crecimiento de 1.1% en febrero del presente año  2021, conforme el Indicador Mensual de la Actividad Económica (IMAE). Algo extraordinario pues el ganarle la carrera a la recesión no ha sido nada fácil por lo impredecible de la crisis sanitaria global principalmente.

Las medidas monetarias expansivas impulsadas por la entidad monetaria dominicana ascendente a unos RD$215,000 millones, aproximadamente 5.0% del Producto Interno Bruto (PIB) han sido exitosas en el plano financiero para mitigar los efectos negativos de la pandemia sobre las empresas y hogares.

De este total de recursos puestos a la disposición para ser prestados, se han colocado RD$184,180.4 millones a través de unos 83,246 préstamos otorgados, creciendo el crédito privado en moneda nacional en torno a un 9% al cierre de marzo del presente año 2021.

Este comportamiento registrado durante el referido mes de febrero ha incidido favorablemente gracias a los estímulos monetarios para reactivar la producción y el gasto de los hogares, así como la extensión de los programas sociales por parte del Gobierno para sostener el consumo privado de los dominicanos.

Ahora bien, en caso de incrementar el producto en gran medida se debe planear una política expansiva de gran alcance, aumentando el gasto público en consonancia con la oferta monetaria de forma simultánea.

Esta medida de política económica es muy socorrida cuando un país enfrenta una crisis de producción: desaceleración, recesión o depresión.

Sin embargo, hay que tener cuidado pues esta política puede resultar muy peligrosa ya que la misma daría buenos resultados en el corto plazo, pero pésimos en el largo plazo.

Se sabe que una mayor oferta monetaria genera una mayor demanda, porque al existir nuevamente más dinero en mano del público baja la tasa de interés y los que tienen dinero lo utilizarán para producir.

Esto es, la demanda agregada aumentará por un mayor gasto público y ahora con más oferta monetaria se provocará un nuevo incremento, pero ahora por una mayor inversión. Lo que puede dar lugar a una inflación provocada por el exceso de demanda.

Se ha estado abogando por un aumento del gasto público, específicamente por un incremento del gasto de capital, pero ante una situación como la que aún se vive, de recesión sublime, se debe tener cuidado en no excederse ni en la expansión monetaria ni en la flexibilización del gasto público pues los ingresos son exiguos en estos momentos y en vez de generar una situación favorable se estaría llevando la economía a las cuerdas del cuadrilátero.

No es un secreto que si se aplica una política monetaria, financiera y de gasto de capital, inteligente y gradual, no es menos cierto que se recogerán los frutos a favor de la reactivación o recuperación económica en el menor tiempo, privilegiando el bien común.

De manera que ahora se impone, en estos tiempos de pandemia, mesura o mucha cautela, al aplicar una política monetaria expansiva de frente a un gasto de capital flexible.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

JPM

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