OPINION: Fraude de inversión

Las personas, las empresas y los gobiernos al privilegiar los ahorros lo hacen con el propósito de gastar en el futuro o invertir a los fines de maximizar los rendimientos o intereses, obtener dividendos y ganancias de capital. Se sabe que ahorrar no es más que posponer gastos presentes  para el futuro.

En el momento de invertir dinero en productos o instrumentos financieros: certificados, letras, notas financieras, papeles comerciales, acciones comunes y preferentes, bonos corporativos o soberanos, entre otros, se deben respetar algunas reglas recomendadas por gurús de las inversiones, tal el caso de uno de los inversionistas más sagaces  del mundo de los mercados de capitales, el señor Warren Buffett.

Son muchas las reglas y consejos que se publican sobre la forma más inteligente de realizar una inversión, entre ellas se citan: no invertir en negocios que usted desconoce, invertir en varios instrumentos financieros, es decir, colocar  los huevos (dinero) en diferentes canastas (bancos o instrumentos financieros), a los fines de diversificar o disminuir el riesgo, conocer su nivel de tolerancia al riesgo e invertir lo más joven posible.

Así también, invertir a largo plazo o mantener las inversiones por el tiempo más largo posible, invertir al caer los precios de las acciones, sin pánico ninguno, pues en el mediano y largo plazo se obtendrán ganancias de capital.

Otras recomendaciones son: si no se presentan las oportunidades adecuadas para invertir, entonces, lo correcto es no invertir, no perder dinero por eso se aconseja invertir con un margen de seguridad para minimizar las pérdidas permanentes de capital y saber asesorase por personas más inteligentes y nunca dejar de aprender, es decir, estar siempre abierto a los nuevos conocimientos y cambios.

No pasa un mes sin que se conozca de la existencia de un nuevo esquema Ponzi el cual se fundamenta en cubrir los pagos de intereses de los inversionistas con los depósitos de nuevos inversionistas, es decir, rendimientos que no son el fruto de inversiones en instrumentos o productos financieros garantizados.

No es un secreto que el mercado de capitales de la nación dominicana es limitado para absorber las inversiones de personas y empresas ávidas en obtener atractivos rendimientos ya que las ofertas de estos instrumentos se limitan a certificados financieros, papeles comerciales, en algunos casos, acciones preferentes, bonos corporativos, equivale a decir, instrumentos de rentas fijas y en uno que otros productos financieros que no despiertan el interés de los pequeños y grandes inversores.

Es de conocimiento general que el mayor porcentaje de los fondos de pensiones de los trabajadores dominicanos están invertidos en certificados financieros, letras, notas del Banco Central y bonos soberanos del Ministerio de Hacienda de la República Dominicana por las pocas alternativas y diversificación de instrumentos financieros en el mercado de valores.

Según opinión del experto en finanzas, Tan Liu, autor de la obra, The Ponzi Factor, las bolsas de valores no son más que un fraude de inversión, pues este mercado de valores  no es más que un gran esquema Ponzi ya que  a los inversionistas se les paga su rendimiento de los depósitos de nuevos inversores y no de las posibles ganancias de capital que deben generar las ventas de las acciones comunes u ordinarias de las empresas.

El inversionista privilegia más el cobro de las ganancias de capital,  que los dividendos que puedan percibir al final de cada año.

No obstante  lo anterior, los mercados de valores coadyuvan con el desarrollo de los países pues estos son foros donde inversionistas colocan sus instrumentos financieros a los fines de captar fondos para el desarrollo de sus proyectos.

Recientemente, la Superintendencia de Valores de la República Dominicana informó que en unos meses se podrían emitir acciones comunes en el país a los fines de diversificar las alternativas de inversiones en otros instrumentos que no sean los que anteriormente se citan en estas reflexiones.

La institución reguladora del mercado de valores del país comentó hace unos días que de los 17 reglamentos que hay que elaborar para la aplicación de la nueva Ley de Mercado de Valores, No. 249-17, ya se han aprobado tres: el Reglamento Interno del Consejo Nacional del Mercado de Valores, el Reglamento de Tarifas o Tarifario por concepto de Regulación y por los servicios de la Superintendencia del Mercado de Valores (SIMV).

Este último soportará el nuevo presupuesto de la institución, que tiene un cambio de paradigma en función de la fuente de financiamiento de la Superintendencia y, el Reglamento que regula la prevención del lavado de activos, financiamiento del terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva en el mercado de valores dominicano.

Se estima que una vez se hayan elaborado los 14 reglamentos pendientes de la señalada Ley del Mercado de Valores, las operaciones transadas a través de este mercado serán mucho más transparentes y de mayor confianza para la emisión de más y nuevos instrumentos financieros, como las acciones comunes o productos de rentas variables las que se constituirán en una nueva forma de capitalizar las empresas y por ende ayudar a que estas sean más grandes, desarrolladas y competitivas.

Lo anterior podría ser, pero hasta que no se legisle para que las empresas transparenten sus operaciones internas, que den lugar a estados financieros auditados, auténticos y verdaderos y no se dote a los pequeños y grandes inversionistas dominicanos de cultura financiera, no se podrá tener un mercado de valores de instrumentos de rentas variables que sea de la confianza de los inversionistas.

Esto así, a los fines de evitar que estas empresas registren doble contabilidad de sus operaciones, hasta que eso no suceda no se podrá tener un mercado de valores que pueda ponerse a tono con los mercados de valores de mayor operatividad mundial y pueda evitarse el fraude de las inversiones realizadas de buena fe.

of-am

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