OPINION: A propósito de los bonos

Regularmente las empresas obtienen recursos de capital en dos formas: deudas (bonos) e instrumentos de capital contable (acciones). Un bono es un pagaré a largo plazo emitido por un negocio o un gobierno.

El monto del principal de una deuda representa la cantidad de dinero que una empresa o gobierno solicita en préstamo y promete reembolsar en alguna fecha futura.

En la mayoría de las operaciones de deudas emitidas por las empresas y gobiernos, entre ellas los bonos, el monto del capital se reembolsa al vencimiento. Frecuentemente el valor del principal se refiere al valor del principal como valor al vencimiento.

Además, este valor, se escribe sobre la caratula del instrumento de endeudamiento del certificado, razón por la cual también recibe el nombre  de valor nominal.

Por otra parte, cuando el valor de mercado de las deudas es el mismo que su valor nominal, se dice que la deuda se vende a la par, de tal modo, el monto del capital también recibe el nombre de valor a la par.

En el caso de la mayoría de las deudas, los términos monto del capital, valor nominal, valor al vencimiento y valor a la par se refieren al mismo valor: cantidad que debe ser reembolsada por el prestatario o el deudor.

El bono requiere que el emisor pague una cantidad específica por concepto de intereses cada año (regularmente cada seis meses). Cuando el pago de cupón, como se le denomina comúnmente, se divide entre el valor a la par, el resultado es la tasa de interés de cupón la cual se mantiene invariable hasta el vencimiento del bono.

Por lo general los bonos tienen una fecha de vencimiento determinada en la que deberá reembolsarse su valor a la par. Desde luego, el vencimiento efectivo de un bono disminuye cada año después de su emisión.

Con frecuencia, los bonos incluyen una clausula en virtud de la cual el emisor puede liquidarlos antes del vencimiento, mediante solicitud expresa a los inversionistas. Esta característica se conoce con el nombre de cláusula de reembolso.

Si un bono es reembolsable, y las tasas de interés del mercado o la economía disminuyen, la empresa o gobierno podrán vender una nueva emisión de bonos con bajas tasas de interés y emplear los fondos captados para retirar la antigua emisión sujeta a altas tasas.

El precio de mercado de un bono está determinado, principalmente, por el flujo de efectivo que genera, o por los intereses que paga, lo cual depende de la tasa de interés cupón.

De manera que mientras mayor sea el cupón, manteniéndose constantes las demás cosas, más alto será el pecio de mercado del bono. En el momento en que se emite un bono, el cupón se fija por lo general a un nivel que ocasionara que su precio de mercado sea igual a su valor a la par.

Si se determinara un cupón más bajo a la tasa del mercado, los inversionistas no estarían dispuestos a pagar el precio solicitado, mientras que si se fijara un cupón por encima a la tasa de interés del mercado, los inversionistas se pelearían por el bono y su precio aumentaría a más de la cantidad solicitada.

Siempre que la tasa actual de interés, sea igual a la tasa de cupón, un bono se venderá a su valor a la par. Por lo común, la tasa de cupón es igual a la tasa de interés actual cuando se emite un bono, por lo que inicialmente se vende a la par.

Las tasas de interés cambia a lo largo del tiempo, pero la tasa de interés cupón permanece fija después de que se emite el bono. Siempre que la tasa actual de interés sea mayor que la tasa de cupón, el pecio de un bono disminuirá por debajo de su valor a la par o nominal. Estos bonos se venderán con un descuento con respecto a su valor nominal, por lo que reciben el nombre de bono de descuento.

Siempre que la tasa actual de interés sea inferior a la tasa de interés cupón, el precio de un bono aumentara por encima de su valor nominal o a la par. Estos bonos se venden con una prima sobre su valor nominal y reciben el nombre de bono con prima.

Un incremento de las tasas de interés provoca la reducción del precio de un bono en circulación, mientras que un decremento de las tasas de interés ocasiona su aumento.

El valor de mercado de un bono siempre se aproxima a su valor a la par a medida que se acerca su fecha de vencimiento, siempre y cuando la empresa no caiga en quiebra.

De manera que los tenedores de bonos pueden sufrir pérdidas de capital u obtener ganancias de capital, dependiendo de que las tasas de interés aumenten o disminuyan después de que se haya comprado el bono. Se sabe que las tasas de interés cambian a través del tiempo.

Como las tasas de interés cambian con el tiempo, estos cambios de tasas de interés afectan a los tenedores de bonos en dos formas: un incremento de las tasas de interés genera una reducción de los valores de los bonos en circulación. Debido a que las tasas de interés pueden aumentar, los tenedores de bonos se enfrentan al riesgo de sufrir pérdidas en los valores de sus carteras. Este riesgo recibe el nombre de riesgo del precio de la tasa de interés.

Una gran cantidad de tenedores de bonos, entre ellos obligacionistas institucionales como los fondos de pensiones y las compañías de seguros, compran bonos con la finalidad de acumular fondos para algún uso específico.

Estos tenedores de bonos reinvierten los flujos de efectivo, que incluyen en los pagos de intereses más el reembolso del capital cuando los bonos vencen o son reembolsados.

Si las tasas de interés disminuyen, los tenedores de bonos ganaran una tasa de rendimiento más baja sobre los flujos de efectivo reinvertidos, por lo que esto reducirá el valor futuro de sus carteras respecto de los valores que habrían tenido si las tasas de interés no hubieran disminuido, por lo que esto se conoce como riesgo de reinversión de las tasas de interés.

Cualquier cambio en las tasas de interés tiene dos efectos diversos sobre los tenedores de bonos: modifica los valores actuales de sus carteras (riesgo de precio), así como las tasas de rendimiento a las cuales los flujos de efectivo provenientes de sus carteras pueden ser reinvertidos (riesgo de reinversión).

La exposición al riesgo del precio de las tasas de interés es más alta en el caso de bonos con vencimientos más prolongados que en el caso de aquellos que vencen en un futuro cercano.

Mientras más prolongado sea el vencimiento de un bono, mayores serán sus cambios de precio en respuesta a un cambio de las tasas de interés. De tal modo, aun si el riesgo de incumplimiento de dos bonos es exactamente el mismo, aquel que tenga el vencimiento más prolongado estará expuesto a un mayor riesgo de precio como resultado de un cambio de las tasas de interés.

Aunque un bono a un año tiene menor riesgo de precio de interés que un bono a más años, expone al comprador a un mayor riesgo de reinversión de la tasa de interés.

Recientemente las autoridades dominicanas emitieron bonos en el mercado internacional de capitales por US$2,500 millones de los cuales US$1,000 millones (RD$50,523 millones) a una tasa o cupón de 9.7%, plazo 7 años y US$1,500 millones de dólares a una tasa de 6.5% cupón, plazo 30 años.

Conforme declaraciones del ministro de Hacienda dicha colocación es parte del Plan de Financiamiento del presente año, debidamente consignado y refrendado en la Ley No. 61-18 que aprueba el Presupuesto General del Estado para el presente año 2019, así como en la Ley No. 64-18 de Valores de Deuda Pública. Estos recursos recibidos se destinarán a inversiones y al pago de obligaciones del Gobierno.

Lo ideal hubiese sido que se colocarán a lo inverso, es decir, los US$1,500 en pesos y los US$1,000 millones en dólares, a los fines de resguardar al país ante el riesgo cambiario ya que las tasas del mercado internacional pueden experimentar un aumento en cualquier momento debido a una posible venta de los bonos del tesoro norteamericano adquiridos por la China, en el marco de la guerra comercial que estas naciones sostienen, lo que por tanto encarecería la deuda pública dominicana.

A menos de que estas nuevas deudas se hiciera se  comprometieran con el propósito de  sustituir o desmontar deudas viejas  con un costo de capital mayor a la señalada en el párrafo anterior, solo así, se justificaría la presente emisión.

Pues si  solo se endeuda más al país para pagar intereses y aplicaciones de capital no tendría sentido haberla realizado ya que estas nuevas emisiones de bonos aumentarían el endeudamiento pues se sabe que actualmente se pagan más obligaciones o compromisos financieros que los ingresos que se reciben en desembolsos por concepto de préstamos, (Exportaciones de  capitales netos), los que muchos de ellos están sujetos al cumplimiento de contrapartidas locales, entre otras condicionalidades.

Es preocupante de una forma u otra el aumento de la deuda pública de cualquier país y en el caso de la República Dominicana no hay un año que debido al déficit fiscal esta se incremente.

Es oportuno recordar que conforme informaciones del Ministerio de Hacienda para este año el Gobierno ha programado pagos por servicio de la deuda del Sector Público No Financiero por RD$235,162 millones, equivalente a unos US$4,650 millones,

De cada RD$100.00 que el Estado recaude este año RD$36.7 pesos estarán destinados al pago de la deuda, El crecimiento de la deuda del país está muy por encima del crecimiento económico por lo que ya se estima que el actual endeudamiento es insostenible.

De no reglamentarse el nivel de deuda que puede soportar el país el colapso financiero no tardará en llegarles a los dominicanos. ¿Qué más se puede decir al respecto si huelgan los consejos y asesorías día por día para que se manejen de forma frugal las finanzas públicas a los fines de evitar mayores consecuencias para el país?

No importa que la Ley del presupuesto de cada año contemple más emisiones de bonos cuando se sabe que estos son el resultado de los tantos déficits fiscales que disminuyen la calidad de vida de los dominicanos. Se detengan las deudas que ya atosigan la tranquilidad del pueblo dominicano.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

wj/am

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