OPINION: ¿2020, año perdido?
Hace treinta años que América Latina transitó por un lapso de 10 años (1980-1990) caracterizado por una terrible crisis económica mejor conocida como la década perdida debido a deudas externas impagables, grandes déficit fiscales, volatilidades inflacionarias y tipo de cambio.
A los fines de superar la indicada crisis la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) propuso en su momento poner en marcha estrategias nacionales basadas en tres elementos fundamentales: una política macroeconómica que tuviera como horizonte el conjunto del ciclo económico orientado explícitamente a reducir las vulnerabilidades frente a los ciclos financieros externos.
Asimismo una política de desarrollo productivo para economías abiertas, para mejorar la competitividad internacional de las economías y ofrecer mayores oportunidades a las empresas pequeñas y a las microempresas. Una política de desarrollo social más activa, que contribuya a que los beneficios del crecimiento lleguen al conjunto de la población.
Además, un impulso político para lanzar un proceso profundo de integración regional ente otras medidas.
Actualmente la Región Americana y el resto del mundo enfrentan una devastadora crisis económica derivada de una crisis sanitaria provocada por el Covid-19 que hoy se ensaña contra el planeta cobrando muchas vidas y contagios, a la que no se le ve fin en el corto ni el mediano plazo.
Son muchas las medidas monetarias y fiscales que se han tomado para paliar o enfrentar estas crisis que amenazan con disminuir a la más mínima expresión a los dominicanos, el resto de la Región Americana y demás países del mundo.
Conforme la Cepal la caída en la actividad económica es de tal magnitud que llevará a que, al cierre de 2020, el nivel del PIB per cápita de América Latina y el Caribe sea similar al observado en 2010, es decir, habrá un retroceso de 10 años en los niveles de ingreso por habitante.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que Estados Unidos tendrán una caída en su Producto Interno Bruto de -6.6% y urge un nuevo plan de estímulos.
Se prevé que el año 2020 será un lapso perdido pues ya se estima que el déficit fiscal rondará en la República Dominicana en 5% o 6% del PIB llevando este a un faltante presupuestal de unos RD$534,000 millones y cuidado. El déficit en cuenta corriente a un 5% del PIB, la tasa de cambio casi a RD$60.00 por dólar.
Mientras eso sucede la pandemia sigue su agitado curso y no se tiene aún una vacuna confiable.
En tanto la República Dominicana como ha sucedido en distintos países tendrá que retroceder en la apertura total de su economía debido al rebrote de la enfermedad.
A raíz de esta crisis sanitaria, económica y social podría pensarse que el año 2020 sería un período perdido pues hoy se tiene que la economía cayó 8.8% en los primeros cinco meses de lo que va del año.
El indicador mensual de actividad económica (IMAE) correspondiente a mayo cayó un 13.6% cifra que resulta menos negativa que el -29.8% de abril, acumulando así una variación promedio a enero-mayo 2020 de -8.8% con respecto a igual período del año anterior.
Las únicas actividades económicas que reflejaron crecimiento son: el sector salud con un 12.4%, servicios financieros con un 10.5% y el agropecuario con un 5.2%.
Mientras los sectores: hoteles, bares, restaurantes, construcción, minería, transporte y almacenamiento sufrieron caídas estrepitosas entre -42.6% a -11.0%. El turismo tuvo una disminución acumulada de 50.4% respecto a igual período del año anterior.
Se ha repetido una y otra vez las medidas monetarias laxas y de alivios fiscales las cuales se han circunscrito a bajar las tasas de interés, a intervenir el mercado con divisas, a emitir bonos, diferir pagos de impuestos y aranceles, controlar gastos innecesarios y captar dinero fresco a través de organismos internacionales de financiamiento.
A partir del 16 de agosto del presente año la República Dominicana tendrá un nuevo equipo de gobierno encabezado por el ciudadano presidente electo, señor Luis Abinader Corona, que dada su vocación de servicio, entusiasmo, humildad y deseo de progreso se alcanzarán mejores resultados económicos, sociales y políticos.
El pueblo dominicano devoto de la virgen de la Altagracia, su fe inquebrantable en Dios Todopoderoso y la confianza puesta en el Lic. Luis Abinader Corona, abriga la esperanza de que la enfermedad se controlará y la economía tomara nuevos senderos evitando con ello que el 2020 sea un año totalmente perdido.
felix.felixsantanagarc@gmail.com
of-am
excelente analisis