ONU debe encaminar esfuerzos  y aunar la comunidad internacional sobre Haití

Hoy, los reductos de teóricos de la pasada “guerra fría”, han devenido en su gran mayoría en sustentadores de las teorías conspirativas; una posición mucho más cómoda que aquella de los años 70s del siglo pasado, o sea la de las revoluciones discutidas en apartamentos y salones que, se esfumaban cuando se acababan los tragos.

La historia se alimenta con hechos y acontecimientos, y cada uno de ellos queda ahí plasmado, como una sentencia indeleble esperando un análisis objetivo de sus causas y consecuencias.

La República Dominicana y Haití comparten la isla de Española, con dos realidades diferentes y paralelas; realidades que fueron labradas en el devenir histórico por eventos, algunos comunes para ambos lados, y otros completamente independientes y desvinculados de una u otra de las partes.

Por ejemplo, la guerra de independencia, desatada a partir de los hechos del 27 de febrero de 1844, envuelve la historia de ambas partes, para parir la nueva República Dominicana que al finalizar los enfrentamientos emergió con una clara identidad nacional mantenida hasta hoy a 177 años, luego de proclamar su primera Constitución.

Pero, a menos de dos décadas de esos acontecimientos, la nueva República estaría envuelta en decisiones políticas determinantes para producir acontecimientos tan relevantes en su historia, como su propia independencia; nos referimos a la Anexión decidida por el gobierno del Gral. Pedro Santana.

Pedro Santana cuya espada había brillado en la guerra de independencia, arrebató el gobierno a Buenaventura Báez, bajo acusaciones de limpiar las arcas del Estado y debilitar la República; y aquel Santana, que había mostrado tanta valentía en las batallas independentistas, ahora argumentaba temor ante los haitianos para justificar su decisión.

La Anexión fue aceptada por la Corona Española el 18 de marzo de 1861, y Santana proclamado gobernador de la nueva jurisdicción; sólo dos años más tarde, los patriotas dominicanos ya habían ensamblado las redes combativas que desencadenarían una de las epopeyas más brillantes de la historia dominicana.

El 16 de agosto de 1863, el alzamiento de Capotillo dio inicio a los combates de la Guerra de Restauración como se denomina en la historia dominicana. Aquí el dominicano de hoy debe entender que, la guerra restauradora no fue llevada contra un ejército como el haitiano, que, con escuadrillas de guerra de guerrillas había vapuleado las fuerzas de Napoleón Bonaparte, pero que sucumbieron como ejército regular a los macheteros dominicanos.

La Guerra de Restauración fue peleada por los valientes dominicanos, contra un ejército experimentado en muchas guerras; las experiencias de aquel ejército español, venían de tradiciones de siglos, y la guerra no sería una escaramuza de un par de días; fue una guerra larga y extenuante que, solo la bravura y la persistencia de los criollos pudo conducir a la rendición de aquella formidable maquinaria de guerra de la Corona Española.

Hoy, cuando nos distancian muy pocos años del segundo centenario del nacimiento de la República Dominicana, el mundo ha cambiado mucho; la República de Haití se degradó, hasta convertirse en un conglomerado humano de sobrevivientes, mientras el país dominicano es un lugar organizado, floreciente y con múltiples oportunidades en el horizonte.

La fuerza militar dominicana organizada, no resiste duda en su determinación a mantener la integridad de La Nación; las 70 bandas delincuenciales haitianas, podrán ser un peligro para sus pobres e indefensos ciudadanos, pero de ahí amenazar la soberanía dominicana existe un gran trecho.

La Organización de las Naciones Unidas debe encaminar esfuerzos, dentro de sus obligaciones para aunar la comunidad internacional para salvar a las miles de víctimas que amenaza producir una explosión inimaginable en el conglomerado haitiano.

En la miseria de los líderes políticos que han conducido a Haití, jamás se puede ver una conspiración internacional; lo que sí se puede ver es un execrable individualismo, y una increíble falta de sensibilidad social. 

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e Luis De New york
e Luis De New york
2 Años hace

dejen de estar de cobarde, ustedes dicen que la fuerza armada esta en la frontera, cual es el miedo. no sigan pidiendo intervención para un pais que no es de ustedes.

Segoba
Segoba
2 Años hace

pero la onu sabe eso y mas