NY busca entendimiento entre usuarios y víctimas

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NUEVA YORK.- La complicada relación legal del portal de alquiler de viviendas particulares Airbnb con Nueva York tuvo un nuevo episodio en el Concejo Municipal, donde se reunieron las partes afectadas para discutir el efecto que ha tenido sobre los vecindarios y los participantes de esta actividad.

El protagonismo de este debate no lo tuvieron esta vez ni los propietarios de los apartamentos ni los empresarios hoteleros, sino los particulares que realizan o conviven con esta práctica.

Y es que la popularidad de esta iniciativa online de alquiler de espacios privados ha cambiado, para bien y para mal, el ambiente de los vecindarios tradicionales de Nueva York y ha desatado una controversia sobre los beneficios y los daños colaterales de la misma.

Entre los que protestaron por el efecto de Airbnb estuvo una mujer del Upper West Side, que expuso hoy cómo, por un lado, este formato de alquiler ha convertido su otrora tranquilo vecindario en un imprevisible ir y venir de gente que ha llenado el lugar «de drogas y prostitución».

Además, señaló que los propietarios de los apartamentos, al ver la rentabilidad que sacan al alquilar sus casas puntualmente, están forzando a los inquilinos convencionales a abandonar sus viviendas.

Efectivamente, entre los efectos negativos de esta práctica, se expuso hoy cómo, si bien para el turista el alojamiento se ha abaratado, el número de casas para alquiler estable se está reduciendo y, en consecuencia, está aumentando su precio, ya de por sí alto en Nueva York.

Entre los que destacaron los beneficios de Airbnb, un vecino de Queens reconoció que gracias al subarrendamiento de una de las habitaciones de su casa consiguió pagarse un tratamiento médico que le salvó la vida.

En una ciudad como Nueva York, donde no se permiten alquileres inferiores a 30 días de estadía, la propuesta comercial de Airbnb tuvo, además de problemas con el vecindario, problemas legales desde el momento en el que se convirtió en una práctica extendida.

En un principio, los fundadores de la empresa pidieron a las autoridades: «No acaben con algo maravilloso antes de entender de qué se trata», en las páginas del Wall Street Journal.

En abril de 2014, la Fiscalía de Nueva York solicitó ante un tribunal información sobre las actividades de Airbnb, al haber detectado que casi dos tercios de las ofertas de apartamentos o habitaciones en el estado de Nueva York que aparecen en la popular página web, el 64 %, podrían ser «ilegales», según explicaron entonces a Efe fuentes de la investigación.

Ya en mayo de 2014, Airbnb llegó a un acuerdo con la Fiscalía del estado de Nueva York según el cual facilitará los datos de sus actividades y sus usuarios, aunque sin desvelar información confidencial, para evitar actividades ilegales.

La fiscal general adjunta de litigios afirmativos de Nueva York, Janet Sabel, y el asesor legal general adjunto de Airbnb, Darren Weingard, llegaron a este acuerdo «para proteger a los residentes de Nueva York y turistas de las operaciones de hoteles ilegales» y sin dejar de velar por «la privacidad de miles de otros abonados», informaron entonces en un comunicado conjunto.

jt/am

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