No se debe gobernar con corruptos
«Confío en que mis compatriotas y el mundo entero puedan evaluar justamente mi conducta, y decidir si alguno se ha encontrado jamás en mis circunstancias, si alguno me ha excedido en sacrificios por la patria” (Simón Bolívar).
Prometeo robó el fuego del cielo y Zeus no sólo castigó a su persona sino a la humanidad. “La cólera conmovió todo su corazón en cuanto vio resplandecer entre los hombres el brillo del fuego. Y a causa de este fuego, los hirió con una pronta calamidad” . El castigo divino fue Pandora: “el amor a la riqueza, la curiosidad y el deseo sin límites que destapan la caja de todos los males” (Carlos Silva. Gobernar con los santos)
En el campo social o político, la corrupción es el acto a través del cual un funcionario público violenta las normas del sistema legal imperante para favorecer intereses particulares o de grupo a cambio de un beneficio o recompensa para sí o para terceros.
Por lo tanto, el comportamiento desviado, de aquel que ejerce un papel de esta naturaleza en la cosa pública, es un modo particular de ejercer tal influencia o abuso ilegal.
Jurar que se va a gobernar con los más capaces, es una promesa inmoral cuando no se determina el contenido de la capacidad requerida; de ahí que, gobernar con los amigos más cercanos, asesores, familiares o privados, es gobernar con los cómplices de las indelicadezas.
La corrupción ha acompañado al hombre en su historia. Es en las últimas décadas del siglo XX, cuando los casos conocidos han sido inauditos; de ahí que uno de los reclamos básicos de toda sociedad, es la atención que debe recibir de su gobierno para eliminarla. Para Transparencia Internacional la corrupción es la principal enfermedad de los gobiernos.
La pobreza moral expresada en la corrupción cual pan nuestro de cada día, existe en todos los países del mundo. En muchas sociedades, estas indelicadezas se ven como algo normal. ¡¡¡Mal de muchos, consuelo de tontos!!! -Este concepto cómplice, lo usamos todos los días para aceptar como normal la clamorosa ausencia de valores cívicos.
La causa inevitable de la corrupción es la conducta deshonesta del actor público. Esta se da porque un individuo, sea cual sea su entorno, toma la decisión de realizar una acción determinada, la acción corrupta.
El doctor Leonel Fernández en su condición de actor público, había denunciado que, en el gobierno de Balaguer la corrupción se llevaba cada año 30 mil millones de pesos. Siendo presidente, ordenó la creación del famoso “Programa Mínimo de Empleos” (PEME); “Pagar, para no pegar”. Agregó: “Para mi campaña acepto dinero de donde provenga”.
Grandes cosas se salen de las manos. “Cuando la avaricia aparece ante el hombre, éste la asimila y comienza a ver oportunidades de lucrarse, en el lugar donde se desempeña”. Por eso, no se debe gobernar con corruptos.
jpm-am
La corrupción,es innata,al 99.5 de los dominicanos.
0.5,es incapaz de corromperse.
Ello aparecen algunos pocos dominicanos serios.
Lei el articulo, pense que era otra cosa….perdiste el tiempo en teorias socraticas y de otras indole, porque no fuiste al meollo del asunto y señalaste los malditos corruptos y ladrones que en los ultimos trinta años, han acabado con este pais. Lio nelo, Hipoloco, Dañino y los cientos de funcionarios corruptos ladrones y mañosos que se han robado miles de millones de pesos y dolares, de este empobrecido pais.
Más que la corrupción hay que hablar de la impunidad que la precede y está depende del gobernantes de turno.
No basta con señalar al corrupto si la cultura del robo persiste que hace que cuando la tratamos de combatir se convierte en un acto de injusticia contra el perpetuador.