No apretemos tanto; dejemos una válvula de escape
Al parecer, hay algunos funcionarios del gobierno que a los cuales tenemos que explicarles lo que es una válvula de escape, también llamadas válvulas de seguridad o válvulas de alivio de presión. Según Wikipedia éstas están diseñadas para aliviar la presión cuando un fluido supera un límite preestablecido (presión de tarado). Su misión es evitar la explosión del sistema protegido o el fallo de un equipo o tubería por un exceso de presión. El mecanismo de alivio consiste en un tapón que mantiene cerrado el escape. Un resorte calibrado mantiene este tapón en posición evitando que el fluido se escape del contenedor o tubería. Cuando la presión interna del fluido supera la presión de tarado del resorte el tapón cede y el fluido sale por el escape. Una vez que la presión interna disminuye, el tapón regresa a su posición original.
Si este dispositivo de alivio no cede ante la presión, lo lógico es que explotará el sistema y las consecuencias serán fatales causando daños incalculables, tanto económicos como en perdida de vidas humanas, en el caso que se origine en un lugar habitado. O sea, que este componente es vital para el buen funcionamiento de cualquier sistema.
El ejemplo antes expuesto sirve para edificar a los funcionarios que no conocen o se hacen los chivos locos al querer aplicar medidas que no dejan salida a la presión económica que están viviendo los sectores más desposeídos de la población dominicana y que es mitigada por los envíos de cajas y tanques contentivos de alimentos que hacen los dominicanos en el exterior.
Querer cobrar impuestos y exigir unas serie de requisitos al envío de 50 libras de arroz, un galón de aceite, 5 libras de habichuelas, una caja de Insure y vestimenta de segunda mano, es un acto inhumano, como declarara el presidente del Comité del Dominicano en el Exterior, señor Máximo Padilla.
No es posible que alguien esté intentando este acto de genocidio, que pretende cerrar la válvula de escape o de presión que tienen los dominicanos del país sin empleos, y que gracias a los familiares que residen en el exterior, los cuales, absteniéndose de cubrir sus necesidades perentorias, prefieren enviar mes tras mes los alimentos básicos hasta que su padre, madres, hermanos, tíos o cualquier familiar pueda acceder a un empleo.
Los dominicanos apostados en ultramar reciben muy poco en retribución por la gran cantidad de remesas que envían hacia la nación caribeña. Sin embargo, realizan el mayor de los sacrificios para hacer la vida más llevadera a sus familiares con el envio de alimentos básicos, ropas de segunda mano y unos que otros electrodomésticos.
Entendamos que el horno está muy caliente y no está para galletitas. Dejemos una válvula de escape para que no explote. Hay demasiado vainas a las que se le pueden aplicar todos los impuestos que se quiera, que no son de consumo masivo ni están al alcance de la población.
sp’am