Máximo Gómez en Honduras
TEGUCIGALPA, Honduras.- La embajada de la República Dominicana en Honduras junto a las autoridades locales se aboca este miércoles 18 de noviembre a rendir tributo a Máximo Gómez, al conmemorarse el 179 aniversario del nacimiento del insigne libertador de naciones y forjador de ejércitos latinoamericanos.
Las epopeyas de finales de siglo XIX y principio de siglo XX están llenas de grandes episodios. Grandes personajes han esculpido la historia de esa época con grandes hazañas, a pesar de que infortunio le persigue, y en sus existencias cotidianas no han escapado al” ir y venir” de la vida, que les hace saborear difíciles momentos.
Máximo Gómez es uno de esos personajes en los cuales la pasión y el denuedo se juntaron y guiaron su vida. Nacido en Baní, el prócer de la independencia cubana tuvo un periplo lleno de satisfacciones, grandes reconocimientos y sinsabores.
Gómez participó en 1855 en la lucha contra la invasión haitiana a nuestro país dirigidas por Faustine Souloque. Sin embargo, en 1863 lucha al lado de las tropas españolas en contra de los patriotas restauradores. Luego del triunfo de la Restauración, el libertador se va a Cuba junto a su familia en donde parece hace conciencia del valor de la libertad y la independencia y juega un papel estelar en la Guerra de los 10 años, en donde alcanza el rango de general.
Luego de finalizada la guerra en Cuba, en 1878 Máximo Gómez se dirige hacia Jamaica, en donde padece una vida miserable, y en el 1879 es llamado para trabajar en la conformación del ejército catracho, por el presidente hondureño Marco Aurelio Soto, gobernante que sentó las bases institucionales y las infraestructura necesarias que enrumbar a ese país centroamericano por senderos de modernidad.
José Martí le pidió en Guatemala al propio Marco Aurelio Soto que acogiera a un grupo de cubanos y al dominicano por el estado de inopia en que se encontraban en Jamaica. Ante la primera misiva que recibe el generalísimo Máximo Gómez, éste la rechaza por el estado calamitoso en que se encontraba, el cual le impedía trasladarse a Honduras. Para ese tiempo Gómez llegó a decir a sus familiares en la República Dominicana que su economía era tan precaria que se alimentaba solo con mangos.
El congreso hondureño aprueba una ayuda de 5 mil pesos para que tanto los cubanos y el dominicano se trasladen a Honduras. El 3 de febrero de 1879 arriba Máximo Gómez a la isla Amapala, recibido por una comitiva militar representante del presidente Soto. Junto al enigmático militar dominicano le acompañan los cubanos Antonio Maceo, el poeta José Joaquín Palma, Enrique Lloynos del Castillo, y otro grupo de luchadores cubanos, como también José Dolores Pérez, quien era sobrino del gran estratega militar nacido en la provincia Peravia.
Cada uno de los revolucionarios llegados a tierras hondureñas fue nombrado en áreas gubernamentales. El 9 de febrero del 1879 llega a Tegucigalpa el general Máximo Gómez recibido personalmente por el presidente Soto, quien le emite un decreto reconociéndole el rango de general, con un salario de 60 libras. El propio mandatario le pide al patriota que participe en la organización del ejército. El gobernante hondureño le da facilidades a Gómez para que se dedique a la agricultura, y el prócer dominicano se dedica en Honduras a la siembra de café, cacao y tabaco.
El generalísimo Máximo Gómez vivió en San Pedro Sula, en donde el presidente Soto lo nombra administrador del Puerto Cortés. Pero la suerte lo abandona ve morir a dos de sus hijos en territorio hondureño. Luego también presencia el incendio de su casa, lo que le incrementó su miseria.
A pesar de las desgracias, Máximo Gómez siempre se mantuvo al lado de su familia. Al respecto, el ex embajador en República Dominicana y actual director general de la Academia Diplomática de Honduras, el doctor Rafael Leiva Vivas, en su libro .Presencia de Máximo Gómez en Honduras, refiriéndose al mártir de la independencia cubana como padre de familia, dice:”…fue un místico en sus relaciones familiares, un hombre responsable, que apoyó siempre a sus hermanas, esposa e hijos”.
Fracasó Gómez como agricultor, yéndose a la banca rota. La premura económica del libertador de Cuba fue tal que recibió del presidente hondureño general Luis Bográn 3,600 pesos con los cuales saldó todas sus deudas.
En 1895 regresa Gómez a Cuba y en una cruenta guerra, junto a otros patriotas logra la independencia cubana, gracias a su gran tino en las estrategias militares. En 1905 muere en La Habana a los 68 años.