Abinader entrega muelles en Río San Juan y Cabrera para la pesca
Primer Ministro Haití seguirá en Puerto Rico, su futuro es incierto
Consejo de Haití enfrenta duros retos en un panorama sombrío
El papa anima nueva presidencia de Haití a trabajar por la paz
Acuerdan erradicar la «mora» y fortalecer la justicia dominicana
El Consejo Presidencial de Haití aplazó elección de su presidente
Estados Unidos felicita República Dominicana por lucha anticrimen
Se cumplen 59 años de la 2da. intervención de EEUU en la RD
Robert Kennedy Jr. y la guerra en Ucrania (2 de 3) – OPINION
RUSIA: Gobierno avisa a EEUU le «dolerá» incautación sus activos
Inician gran operativo seguridad ciudadana en zonas dominicanas
CODIA rechaza una denuncia del dirigente de FP Mariano Germán
Maestros de la literatura jurídica
Existen dentro de la literatura jurídica una diversidad de obras escritas con variadas cualidades y tópicos que van de lo usual a lo original y trascendente.
La manifestación escrita de la verdad o el quehacer jurídico, es de las ideas, pasiones y hechos afines con el Derecho en sus aspectos técnicos; ya de carácter simplemente teórico o filosófico, de índole histórica, exégesis o comentarios del Derecho positivo o legislación actual, naturaleza didáctica para la ilustración jurídica, o cualquier otra variedad que con el derecho se sujete.
Uno de los más destacados de esos escritores es John Grisham, quién vendió más de cien millones de novelas. Dicho autor es abogado, incluso aún ejerce la profesión, pero sus libros se venden como pan caliente a nivel mundial. Este abogado estadounidense estuvo en la lista de los escritores que más novelas vendían en el mundo durante la década de los noventa.
Paulo Coelho, autor brasileño, también inició la carrera pero la abandonó porque puramente no servía para eso, según él. Por nuestro lado, debemos señalar los creadores y la trayectoria de los precursores de nuestra literatura jurídica comenzada en la década del 30 y consolidada en la del 40, bautizada por el maestro Dr. Froilán Tavarez Vidal, como la “década de oro” del derecho dominicano.
Pero es el ilustre y avezado pasado Presidente de la Suprema Corte de Justicia, el maestro Néstor Contin Aybar, quien con la “Historia de la Literatura Dominicana”, y su extraordinario trabajo “El Código Civil Francés y sus Traductores y Adaptadores en la República Dominicana”, puede decirse que se da apertura a la literatura jurídica dominicana.
De los referidos nombres ilustres de nuestros juristas solo mencionaremos en el marco de estas cuartillas, los gloriosos juristas que tradujeron y adaptaron el Código Civil francés.
1.- Apolinar de Castro y Lara (1836-1899), Nació en la ciudad de Santo Domingo, el 23 de julio de 1836. Fue hijo de Jacinto de Castro, que ocupó interinamente la Presidencia de la República, en 1878, en su calidad de Presidente de la Suprema Corte de Justicia, y de María de la Concepción de Lara, ilustre dama de la sociedad banileja.
El 31 de enero de 1868, junto con varios notables personajes de la política dominicana, con motivo de la capitulación del General José María Cabral, Cabral, acompañó a éste último, rumbo a Puerto Cabello, a probar el pan amargo del destierro.
2.- José de Jesús de Castro y Álvarez (1829-1885) nació en la ciudad de Santo Domingo el 22 de octubre de 1829. Fueron sus padres Pedro de Castro y Castro y Francisca Álvarez Ramos de Castro. Contrajo matrimonio con Filomena Joaquina Gómez.
Fue de los primeros alumnos del Colegio Seminario, “admitido ya a la clerical tonsura en 1849”. Fue, también, de los primeros alumnos de la clase de Derecho Civil, instalada el 3 de enero de 1853.Se graduó de Licenciado en Derecho, el 1ro de septiembre de 1866. Sus estudios de leyes y sus conocimientos del idioma francés lo hacían idóneo para la misión que se le encomendó de traducción y adaptación del Código civil francés de la Restauración, junto a otros distinguidos intelectuales y hombres de leyes. Falleció en 1885.
3.- José Joaquín Pérez Matos, nació en la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, el 27 de abril de 1845. Fueron sus padres Benito Alejandro Pérez Fernández, abogado y notario público, y Josefa Matos Sepúlveda. Era el primogénito del matrimonio Pérez Matos. El regular dominio de la lengua de Víctor Hugo y Lamartine lo hacía apto e idóneo para emprender la labor de traducción del Código civil Napoleón, que le fuera confiada, en agosto de 1882. Murió en su ciudad natal, el 7 de abril de 1900.
4.- Manuel de Jesús Galván (1834-1910). Nació en la ciudad de Santo Domingo, el 13 de enero de 1834. Fueron sus padres Francisco Javier Abreu y María Candelaria Galván Cordero. Cursó estudios en el Colegio de San Buenaventura, junto a distinguidos jóvenes que habrían de ser con el tiempo, gloria y prez de las letras nacionales. Comenzó a descollar en el año de 1859, como secretario particular del Presidente Pedro santana.
Un año después de realizada la Anexión a España, es decir, en 1862, fundó el semanario “La Razón”, en cuyas páginas defendió generosamente el hecho histórico-político al que se acaba de hacer mención. De 1863 a 1865 fue secretario del Gobierno civil. Restaurada la República, se trasladó a la vecina isla de Puerto Rico, entonces bajo el dominio español, donde ejerció el cargo de Intendente de la Real Hacienda.
Obtuvo de la Suprema Corte de Justicia el título de Licenciado en Derecho, el 5 de febrero de 1879, y en el ejercicio de su profesión de abogado se distinguió notablemente. Alcanzó el honor de presidir nuestro más alto tribunal de justicia, de 1883 a 1889. Fue, además, profesor de Derecho del Instituto Profesional (1896-1902). Formó parte en la traducción y readaptación del Código civil francés. Falleció el ilustre político, en San Juan de Puerto Rico, el 13 de diciembre del año 1910. Sus restos fueron trasladados a Santo Domingo y reposan en la basílica de Santa María la Menor.
jpm-am