Los salarios y la desigualdad económica del capitalismo
El escritor y economista francés Thomas Piketty, en su nuevo libro El Capital en el Siglo 21, argumenta que «el capitalismo automáticamente genera insostenibles y arbitrarias desigualdades», y basa ese argumento en que «el índice de retorno del capital invertido excede en enormes porcentajes al índice de crecimiento de la producción y los salarios pagados a los empleados y obreros». Nosotros nos preguntamos: ¿acaso no es la política de los gobernantes, en la gran mayoría de nuestros países con sistemas capitalistas, tomar medidas de desarrollo que reduzcan la pobreza y la desigualdad en la distribución de las riquezas? En su artículo de la revista Forbes de mayo de este año, el editor de la sección de opiniones de dicha revista, Avik Roy, quien también es conocido como «El Boticario», dice que: «La izquierda americana está frenética por la desigualdad en los ingresos». Estas son cosas que no tienen sentido en el mundo que vivimos hoy. Winston Churchill una vez dij «El inherente vicio del capitalismo es la desigualdad al compartir las bendiciones» (económicas). Cuando se habla de los ingresos, el principal problema es la desigualdad de las ganacias, ilimitadas y libres para los inversionistas capitalistas, y bajas y controladas, por medio de los salaries, para los obreros. Pero el ex-primer ministro británico Churchill también dij «La inherente virtud del socialismo es que la miseria se comparte en partes iguales». Entonces nuestra nueva pregunta sería: ¿Qué es más favorable, vivir en un país donde todos somos igualmente pobres, o vivir en uno donde, aunque haya desigualdad en los ingresos, aun con tus bajos salarios, puedes tener acceso a comida y viviendas adecuadas y sobre todo a oportunidades de desarrollo? Nosotros entendemos que dentro del sistema capitalista cada ser humano debe tener derecho a oportunidades de desarrollo; pero los salarios no pueden ser tan bajos, como lo son en nuestro país, que te limiten el desarrollo aunque te lleguen las oportunidades. Hay que asumir mayor responsabilidad en el debate de la desigualdad de los ingresos económicos y la distribución de las riquezas. Se debe pensar en la noble y valiosa política de expandir con objetividad las oportunidades económicas para aquellos que las merezcan. Casi todos los debates sobre la desigualdad en la distribución de las riquezas se centran en los salarios; y es que estos son la única referencia que puede ser medida y comparable con el costo de la vida y los altos ingresos de los inversionistas. Otra de las causas que afectan económicamente a la clase asalariada en los países capitalistas son los impuestos a los salarios y a la transferencia de bienes y servicios, mejor conocido como impuestos a la compra-venta. Como residimos en los Estados Unidos, el país símbolo del capitalismo mundial, les podemos confiar que los impuestos a nuestro salario, entre el gobierno federal, el estado y la ciudad de Nueva York, ronda cerca del 25%, y que con los otros descuentos por seguro médico, plan de retiro y la afiliación sindical estos descuentos de nuestro salario sobrepasan el 30% del mismo. Cuando adquirimos bienes no comestibles y/o medicamentos, tenemos que pagar impuestos a la ciudad de Nueva York por esa transferencia por cerca de un 9% del valor del bien. Creemos que en la República Dominicana, donde entendemos que la presión tributaria sobre los ingresos ronda el 15%, es abusivo el impuesto a la compra-venta de bienes, que incluye comestibles y medicamentos, de un 18% sobre la parte de los salarios que se destina a la obligatoria necesidad de adquirir los bienes que se consumen. El impuesto a la transferencia de bienes y servicios representa hoy el 12% del producto interno bruto de los Estados Unidos, en comparación con un 6% que representaba en los años '70s del siglo pasado. Esto ha ocasionado que las clases pobres no puedan aumentar el consumo de productos en forma individual. Esto quiere decir que si en los años '70s un pobre compraba cinco camisas en un año, en el presente el pobre también sólo compra cinco camisas. ¿Cómo es esta relación de los impuestos y el producto interno bruto de nuestro país, donde en los años '70s una familia podia sobrevivir con el salario mínimo de entonces, y donde hoy día ni una sola persona puede sobrevivir con el salario mínimo? El capitalismo ambicioso que nos gobierna debe de reflexionar, y los gobernantes que ocupan las posiciones de los poderes del Estado están en la obligación de trazar políticas que realmente contribuyan con la eliminación de la desigualdad en la distribución de las riquezas. Si no hay salarios justos no se puede aumentar el poder adquisitivo de los consumidores en el mercado local. La potencia del mercado es lo que determina si tenemos que recurrir a la importación, para reducir costos, o a la producción local de los bienes que se ofrecen. Un mercado con consumidores pobres por sus bajos ingresos es un mercado que se estanca, ¿Qué quieren ustedes, amigos capitalistas? Mis lectores podrán darme respuestas. silvanordny@gmail.com