Los menores y la ley

El tema de inseguridad ciudadana aflora en las encuestas, junto al rebrote de los feminicidios y ahora preocupa el supuesto auge la delincuencia juvenil, flagelos sobre los cuales  Gobierno, Ministerio Público y Orden Judicial procuran afrontar y contener.

Antes de abordar un problema social, político o económico se requiere compararlos con otros  en otras latitudes que poder servir de referentes, tanto para entender su génesis y dinámicas como  para  elaborar el recetario  que conlleve su eliminación o control efectivo.

En términos de violencia y criminalidad, otras sociedades acusan mayores problemas que Republica Dominicana, como  son los casos de México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Guatemala y Venezuela, aunque vale el dicho de que consuelo de mucho, consuelo de tontos.

A lo que quiero referirme hoy es  al auge de la delincuencia o criminalidad juvenil, que se expresa en robo agravado, atracos, agresiones sexuales, entre otras infracciones criminales, lo que ha motivado que  sectores políticos, académicos y asociales reclamen incrementar las penas  contra menores delincuentes.

El legislador ha despojado  al menor de  discernimiento en todo lo relacionado con  contratos o convenciones, por lo que por sí mismo no puede vender, comprar, alquilas ni  encaminar o dar aquiescencia sobre ningún negocio. En lo penal, restringe la intencionalidad de niños, niñas o adolescente en la comisión de un crimen.

El discernimiento del menor  es  también restringido o nulo en lo que respecta a consentir  sexo o  matrimonio, por lo que  es incompatible con la ley penal o  el Código Civil que una niña o adolescente “se case” o  “conviva maritalmente” con un adulto.

Duele saber que  el  25% de las parturientas que dan a luz  en maternidades públicas son menores  de entre 11 a 17 años, sin que  el Ministerio Publico procese al  adulto  por violación sexual, toda vez que la ley no reconoce el consentimiento de la agraviada.

La madre de  Yanelsi, la niña de cuatro años  violada y asesinada por un menor y un adulto con antecedentes de depredadores sexuales, tuvo su primer hijo a los 14 años,  con un hombre de 51 años, y a los 23 ya  era progenitora de tres muchachos, ¿Cómo  entender  que una  adolescente de 14 años  se convierta en mujer de un individuo de 51 años?

Bajo ningún subterfugio jurídico se puede permitir que un  adulto  convierta a una niña en su esclava sexual y domestica  después de violarla impunemente, más aún porque la Constitución, jurisprudencia, doctrina y la ley encomiendan al fiscal el rol de tutor de los menores.

Estoy de acuerdo en  que se  aumente la pena aflictiva contra el menor que incurra en un crimen, siempre que psicólogos y trabajadores sociales certifiquen en audiencia que actuó con discernimiento, pero es necesario primero que el  Ministerio Publico cumpla con su obligación de procesar a los violadores de niñas. Seguiré sobre

 

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3 Años hace

Los miles de millones que el sinvergüenza presidente les ha regalado a Uds la Asociación de malhechores, sicarios mediáticos para endiosarlo a él, podrian ser invertidos en políticas públicas que paliarian las desigualdades sociales una de las causas que gravitan en las tragedias de crímenes pasionales