Los haitianos no vinieron, nosotros los trajimos

imagen

En cierta ocasión un viajero beduino transitaba montado con su camello el temible desierto del Sahara, de pronto vio a lo lejos acercarse una tormenta de arena. Preparó su tienda para refugiarse en ella. El camello quedó a merced de aquella tormenta, cuyos granos de arena golpeaban incesantemente su cuerpo provocándole muchos dolores, por lo que le pidió al viajero que le dejara entrar en la tienda su cabeza. El viajero asedió, y dejo que el camello entrará su cabeza. Al cabo de un rato el animal fue pidiendo que le dejaran entrar otra parte del su cuerpo hasta que quedó completamente dentro de la tienda. Como no había mucho espacio en aquel lugar, el camello le dio una patada al pobre beduino echándolo hacia la tormenta de arena, mientras el animal quedaba bien protegido de la misma. De igual manera no has estado pasando con los haitianos, hemos sido nosotros los dominicanos que por décadas estamos permitiendo que se introduzcan poco a poco en nuestra tierra. Después de ellos haber ocupado por 22 años nuestro territorio, y gracias al genio de Juan Pablo Duarte fueron echados a su tierra, los haitianos se concentraron en su suelo durante mucho tiempo. Con la llegada al poder de Trujillo, muchos de ellos comienzan a penetrar por la zona fronteriza huyendo de la dictadura de Duvalier e incluso levantan caseríos por Dajabon y Elías Piña. El propio Trujillo a estos haitianos le cede al poblado de Hincha, el cual formaba parte del territorio dominicano. Lastimosamente los haitianos comienzan a exhibir una conducta inapropiada que hace que el dictador ordene una brutal represión, matando a miles de ellos. Después del corte como se le llamó a la matanza del 1937, no se vio un haitiano ilegal incursionar en territorio dominicano, todos se llenaron de pavor frente al gobierno de Trujillo. Es con la llegada al poder del doctor Joaquín Balaguer que de nuevo retornan los haitianos para ser usado en la creciente industria del azúcar que en ese entonces gozaba de buenos mercados. Cabe destacar que miles de ellos venían bajo un convenio temporero, es decir, terminada la zafra del corte de la caña, los haitianos tenían que retornar a su país. Pero no todo retornaban, muchos se quedaban en los bateyes del este, norte y sur con sus mujeres e hijos, situación que permitió la atracción de los otros que quedaban en Haití. Son de esas ramas de donde descienden haitianos como Juliana Deguis y Sonia Pierre, es en el periodo de Balaguer que los haitianos comienzan a diseminarse por todo el territorio nacional. Durante los gobiernos del PRD y del PLD, 26 en total hasta ahora, más los 22 de Balaguer suman 48 años de penetración pacifica por parte de los haitianos que ya suman millones en suelo dominicano. En esos gobiernos se hacían amagos de deportaciones, que muchas veces servían para muchos miembros del Ejército Nacional, como lo hacen en el día de hoy, para recibir soborno y sobornar a los haitianos que quieren ingresar a la República Dominicana. Pero no solo son militares que negocian la entrada a ilegales haitianos, también hemos vistos en la prensa, influyentes políticos que han sido detenidos transportados haitianos ilegales. Pero qué decir de alguaciles, abogados y jueces civiles, que se prestan y se han prestado desde años atrás, legalizando haitianos ilegales dotándolos de documentos falsos. Han llegado hasta el extremo bochornoso, de arrebatarle la identidad a un dominicano, para otorgarle la nacionalidad a un haitiano, en aras de echarse en los bolsillos, unos malos olientes y sucios pesos. ¿Entonces de que nos estamos quejando? Si hemos olvidados la única y valerosa razón por la que los trinitarios con Duarte a la cabeza lucharon ¿De qué sirvió su lucha? No solo hemos pisoteado el sueño libertario de Duarte y sus compañeros, sino el del propio Juan Bosch, quien fundó el PLD para completar el ideario y sueño de Duarte. Nuestra identidad y nacionalidad las estamos perdiendo poco a poco por miedo a la comunidad internacional, que sus líderes vienen a trazarnos pautas, para decirnos lo que tenemos que hacer. ¿A dónde fueron a dar la tercera y cuarta estrofas de nuestro himno patrio? Y si ya las hemos olvidados, pues aquí se las dejo para que nos sirvan de reflexión. Ningún pueblo ser libre merece Si es esclavo, indolente y servil; Si en su pecho la llama no crece Que templó el heroísmo viril, Más Quisqueya la indómita y brava Siempre altiva la frente alzará; Que si fuere mil veces esclava Otras tantas ser libre sabrá. No podemos seguir llamando estado libre y soberano tal y como reza el artículo primero de nuestra constitución el cual lo comparto con ustedes mis amables lectores. Artículo 1.- Organización del Estado. El pueblo dominicano constituye una Nación organizada en Estado libre e independiente, con el nombre de República Dominicana. ¿De qué libertad e independencia hablamos, si frente a los haitianos no podemos hacer nada? Estamos presos por la comunidad internacional, somos esclavos de sus deseos y caprichos. Pobre Duarte, tu famosa frase de que Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de toda Potencia extranjera o se hunde la isla, ya no necesita que se hunda nuestro territorio, hemos sido tragados por un remolino de opiniones internacionales, que nos llevó al fondo del mar.

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios