Llamado sensato a la oposición y al alma de la nación
El pasado lunes 21 de abril de 2025, desde La Semanal con la prensa, el presidente Luis Abinader no solo hizo un anuncio: lanzó un mensaje de país. Reiteró su llamado a un pacto nacional sobre inmigración, invitando al PLD, a la Fuerza del Pueblo y a todos los sectores a sentarse en la mesa por el bien de la República Dominicana.
La crisis migratoria haitiana, dijo, ya no es un tema partidario, sino de soberanía, de supervivencia y de nación. Pero ese llamado fue, en el fondo, una invitación más amplia: colocarnos por encima de la politiquería.
Abinader ha comprendido que un presidente no solo gobierna con decretos, sino con altura moral. Y frente a un panorama global cargado de incertidumbre, su tono fue el correcto: firme, sin estridencias, sin demonizar, pero sin ceder.
El problema de la inmigración no se resolverá con discursos extremos ni con indiferencia institucional. Requiere unidad, estrategia y compromiso nacional. Y por eso tendió la mano.
La pregunta ahora es: ¿quiénes en la oposición sabrán levantar la suya?
La crisis que vivimos no es solo de frontera. Es también una crisis económica global que ya toca nuestras puertas.
Las tensiones comerciales entre Estados Unidos, Europa y China, las guerras arancelarias y el resurgimiento del proteccionismo han comenzado a resentir las cadenas de suministro y a desacelerar el crecimiento, economías frágiles como la nuestra están más expuestas que nunca. Por eso, seguir apostando a que “le vaya mal al gobierno” es una actitud miope, peligrosa y suicida.
La historia lo ha demostrado: cuando las naciones se enfrentan a tempestades, la grandeza no está en quien gana la próxima elección, sino en quien evita que el país se hunda.
La próxima cita electoral es en 2028, pero los desafíos no esperan. Lo que hagamos ahora determinará si llegamos a ese año con estabilidad o con fracturas. No hay espacio para la mezquindad. Hay demasiado en juego: empleo, inversión, confianza, soberanía, seguridad.
El presidente Luis Abinader ha hecho un llamado desde la sensatez, y eso merece una respuesta del mismo calibre.
La oposición tiene derecho a criticar, a fiscalizar y a disentir, pero también tiene un deber: actuar con madurez y patriotismo. Ya no se trata de ganar una narrativa en redes, sino de preservar el tejido mismo de la nación. Es hora de probar que se puede hacer oposición sin apostar al caos. De demostrar que se puede pensar diferente sin desear el derrumbe del otro.
El pacto migratorio que propone el gobierno puede ser el inicio de algo más grande. Si usted no está de acuerdo con los 15 puntos, plantee su visión pero en la mesa nacional del diálogo, donde se hable también de economía, salud, educación, energía y empleo juvenil. Y consensuar bajo acuerdo las políticas de Estado que resistan los vaivenes del poder y la inestabilidad internacional.
Más allá
Debemos pensar en el país más allá del 2028. Porque el verdadero legado no es la victoria electoral, sino la continuidad del desarrollo y la paz social.
Es fácil aplaudir cuando se gana, pero lo que necesita hoy la República Dominicana es que todos —gobiernos, oposición, empresarios y organizaciones sociales— se arremanguen por igual.
Que se abandonen los discursos de barricada y se abrace el lenguaje del compromiso. La nación no está para juegos ni trincheras. Es para líderes con visión de largo plazo, capaces de tomar decisiones impopulares si eso significa salvar el destino de millones.
Peña Gómez lo hizo en el primer gobierno de Leonel, por encima de la oposición de su partido y los minoritarios que después medraron alrededor de Leonel Fernández y Danilo Medina.
Luis Abinader ha dado un paso consciente del peso de su investidura, ha elegido convocar en lugar de confrontar. No para imponer una agenda, sino para construir una causa común. Esa actitud no debe ser interpretada como debilidad, sino como la fuerza más difícil de lograr en política: la capacidad de ceder espacios para ganar país. Y eso, en estos tiempos, vale más que cualquier cálculo electoral.
No se puede reducir la política dominicana a un eterno torneo de zancadillas. No cuando la pobreza sigue golpeando, cuando el desempleo aún lastima, cuando la educación pide a gritos una reforma integral. No cuando la violencia y el miedo intentan ganar terreno. Frente a ese escenario, el único liderazgo posible es el que construye con todos, no el que destruye al adversario.
Abinader no habló solo como presidente. Habló como ciudadano consciente del momento histórico que atraviesa el país. Habló como padre de familia que sabe que, si no actuamos ahora, serán nuestros hijos quienes pagarán los errores de la mezquindad política. Por eso, su llamado debe ser escuchado con los oídos de la patria, no con los del partido. Y debe ser respondido con altura, no con sarcasmo.
La oposición tiene una oportunidad de oro, la de demostrar que su papel no es estorbar, sino elevar el debate. Probar que su lucha no es por el fracaso del otro, sino por el bienestar del país. El poder no se merece solo con votos. También se gana con grandeza, con responsabilidad, con patriotismo. Esta es la hora de los estadistas. No de los oportunistas.
La ciudadanía está harta de peleas estériles.
Quiere soluciones!!!
Quiere políticos que se atrevan a mirarse a los ojos y decir: pensemos el país juntos. Y si ese pacto no se logra ahora, ¿no será culpa del gobierno ni de la oposición?
Será culpa de una clase dirigente que prefirió el ruido al rumbo, la venganza al proyecto común. Y ese pecado, en la historia, no se borra.
El presidente ha hablado. Ha hecho lo correcto. Ahora, que hable también la oposición. Que se quite el traje de campaña y se ponga el de país.
Porque más allá de partidos, de egos y de cifras, la República Dominicana necesita algo más que políticos: necesita patriotas.
jpm-am
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TENGO LA IMPRESIÓN DE QUE EL SEÑOR JAVIER FUENTES » GESTIONA» ALGO EN EL GOBIERNO DE AVINAGRER.LA FORMA DE EXPONER EL PROBLEMA CON LA MIGRACION DESDE HAITI LO DICE. LO QUE DEBEMOS PREGUNTARNOS ES COMO HA FUNCIONADO ESTE EVIDENTE NEGOCIO DE TRÁFICO HUMANO Y CUANTIFICAR LOS BENEFICIOS QUE HA OBTENIDO EL GOBIERNO ACTUAL CUANTIFICADO EN US$ , PERO EL HONORABLE PRESIDENTE NO TIENE EL PERMISO DE DECIRLO.!! DIOS NOS AMPARE !!
YA LEONEL Y DANILO HABLARON, Y LO QUE HIECIERON FUE IRSE A FAVOR DE LAS PARTURIENTAS HAITIANAS. NO HAY NADA QUE DIALOGAR CON ESOS TRAIDORES.
Pero tal como explico en el artículo también los demás sectores. Es un asunto de la Nación. No de un partido o sector
Lamento decir que una reunión con esos diablos no dará frutos positivos para el país. Ellos ya nada tienen que aportar. Acudir a ellos buscando soluciones es como arar en el mar.