La UASD solo es necesaria abierta
El tres (3) de diciembre 2012 publicamos nuestra reflexión titulada “Santo y seña para la UASD 2013”, apelando que a la conciencia de los universitarios, para que permitieran a la Universidad usar los RD$1,250,000,000.00 que fueron aumentados su presupuesto para 2013, en resolver el tema de la seguridad social de los servidores.
Desafortunadamente primó entre nosotros el economicismos que guía a los dirigentes de los gremios universitarios, así como la miopía de la mayoría de los grupos políticos-académicos, quienes se empecinaron en meter la Universidad en destinar los 1,250 millones de pesos para cubrir un aumento de salarios.
Pasados tres (3) años, la crisis se recrudece, estremeciendo a la UASD, bajo el añejo reclamo de que “es urgente mejorar los laboratorios, reducir la carga docente, Sanear la nómina y por un aumento de 40% a los sueldos de profesores y empleados, porque total, nos corresponde un 5% del presupuesto nacional”, pero con la diferencia de que el presupuesto asignado a la UASD no tiene posibilidad de solventar nada que signifique incremento del gasto.
La experiencia de los últimos treinta años demuestra que la Universidad es paralizada en reclamo de que se mejoren las condiciones para las labores docentes y administrativas, pero alcanzado un aumento en los sueldos, así sea pírrico, esas demandas se archivan, hasta la próxima contienda.
Lo que a la UASD conviene es la construcción de una propuesta de pacto para corregir las debilidades que amenazan su calidad académica, donde todos nos comprometamos a adoptar los correctivos que permitan dejar atrás las carencias y debilidades que nos impiden ser eficientes y eficaces y donde el gobierno se comprometa a apoyarnos durante ese proceso, en la medida que se verifique el cumplimiento de las metas fijadas conforme un calendario de trabajo, que deberá ejecutarse en un plazo de cinco años , incluyendo en el mismo las aspiraciones de mejoras en la remuneración de los servidores.
Jamás nos opondremos a reclamos que son justos, pero estamos obligados a emplearnos a fondo para superar las deficiencias que acusa la UASD en sus procesos académicos y administrativos, y eso no se puede hacer cerrándola, pues esta solo tiene valor abierta, impartiendo docencia a sus alumnos y ofreciendo soluciones para la producción de los bienes y servicios que necesita el país.
Nuestro llamado es a preservar la academia, fortaleciendo su credibilidad, ante la sociedad y nuestros alumnos, de manera que nos perciban como una academia que sirve a sus deseos de superación y progreso, y no como insaciables demandantes de recursos.
Jpm