La selva del periodismo dominicano
En República Dominicana, el periodismo puede ejercerse sin título universitario, colegiatura ni licencia profesional. Esta desregulación, poco debatida, pero de alto impacto, ha permitido que muchas personas sin formación técnica ni ética ocupen espacios de gran influencia mediática. El costo para la democracia, la verdad y la ciudadanía es alto.
En un país donde la libertad de expresión está constitucionalmente garantizada, paradójicamente, el derecho a recibir información veraz y contextualizada sigue en entredicho.
Proliferan figuras mediáticas que, sin distinción clara entre periodismo, entretenimiento u opinión, informan -o desinforman- a miles de personas desde micrófonos, cámaras o plataformas digitales. ¿El resultado? Confusión, polarización y una creciente desconfianza en los medios.
El Colegio Dominicano de Periodistas, creado por la Ley 10-91, tiene atribuciones limitadas. Su membresía es voluntaria, su capacidad de sanción es casi nula y su legitimidad social se ha visto debilitada frente a la realidad de un oficio ocupado por comunicadores que, aunque visibles, no siempre cumplen con estándares profesionales.
No se trata de negar la validez del aprendizaje empírico. El periodismo es, sin duda, un oficio que se nutre de la experiencia.
Pero la experiencia sin principios éticos, sin formación básica en derecho, investigación, redacción y verificación de datos, pone en riesgo la función pública del periodismo: servir a la verdad y a la ciudadanía.
La desregulación del ejercicio periodístico ha alimentado un ecosistema donde la desinformación circula con facilidad y donde los intereses políticos, económicos o personales muchas veces dictan la agenda informativa.
Esto debilita uno de los pilares fundamentales de cualquier democracia: la existencia de una prensa libre, crítica, creíble y profesional.
Es hora de discutir seriamente una reforma que no excluya, pero que sí exija. La creación de una licencia de ejercicio, programas de formación continua accesibles, y una regulación del uso del título “periodista” son pasos posibles y necesarios.
Profesionalizar no significa elitizar: significa dignificar y proteger una labor vital para la salud democrática del país.
Porque informar no es solo comunicar. Es asumir una responsabilidad social que no puede seguir en manos de la improvisación.
of-am
No hay garantía para que la población reciba una información veraz, de calidad, aquí cualquiera produce un programa de televisión y en su vehículo un rotulo con la palabra prensa y ya es periodista. Lo peor del caso es que algunos no lograron un grado de bachiller, es una tragedia. No tienen calidad para ejercer una profesión que exige tanto para cumplir con su rol en la democracia. Es parte de la falencia del sistema para el cumplimiento de las
leyes que se manifiesta en el transporte y se puede hacer un prontuario del desorden exponencial que provocan anomalías en una sociedad que tiene el privilegio de nacer y vivir en el mejor país, pero que no ha sido el norte de la clase política que a gobernado la mayor parte, ese sector conservador- reaccionario que se ha convertido en la muralla para que la patria de Duarte se convierta en los es, !El mejor país del mundo!
Y EN ESTA SELVA,QUIENES SON LOS LEONES,LAS HIENAS.LOS DESPREDADORES.????USTED LOS CONOCES.ESTAN EN SU ENTORNO,DENUNCIELO,