La lucha interna en la campaña de Ramfis

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EL AUTOR es abogado. Reside en Panamá.

Ramfis Domínguez Trujillo, nieto del dictador Rafael Leónidas Trujillo, sorprendió al pueblo dominicano cuando el 12 de Febrero del año 2015 anuncio la creación del Partido Esperanza Democrática (PED), haciendo públicas sus aspiraciones presidenciales e intentar llegar al palacio construido por su abuelo.

El surgimiento de un nieto de Trujillo en nuestro escenario político encendió los debates a todo lo largo y ancho del territorio nacional, entre un sector de la población que defiende su entrada al ruedo político y otro que la rechaza.

En los medios de comunicación comenzaron las encuestas para medir el nivel de su aceptación. La repuesta de una sociedad cansada de la corrupción, la criminalidad y la inseguridad, fue apabullante, en cada uno de los sondeos se impuso con amplio margen.

Su slogan de campaña “mano dura sin dictadura” se convirtió en un grito que arrastra a las multitudes donde quiera que realiza un acto político. Por tal razón, la firma encuestadora Gallup tuvo que incluirlo en sus evaluaciones, confirmando el arraigo que había logrado cuando un 42.2 % de los encuestados afirmó que veía con buenos ojos su candidatura presidencial.

Su alto nivel de simpatía destapó la caja de pandora y desde el gobierno comenzaron a lanzarle todo tipo de dardos envenenados para detenerlo.  Iniciaron una campaña para revivir los peores episodios de la dictadura y luego lo acusaron de un fraude que no había cometido, por lo que tuvo que demostrar con pruebas documentales su inocencia. Una acto que fue percibido por la sociedad como una artimaña para descalificarlo. 

Cuando un pueblo está arropado por un manto de males sociales, ese tipo de estrategia no funciona. La propaganda negativa es un arma de doble filo que puede tornarse en contra de quien la utiliza.

¿Qué hacer entonces? La repuesta no se hizo esperar. Para matarle el gallo en la funda, procedieron a negarle el reconocimiento a su partido, no obstante haber cumplido con todos los requisitos. Con este hecho pensaron que lo habían eliminado de la carrera presidencial.  Pero ya había sido ungido con el calor humano de un pueblo desesperado, que lo miraba como una luz al final de un túnel oscuro. El clamor del sufrimiento contagia, despierta los sentimientos más nobles del ser humano y lo impulsan a persistir en la lucha.

Para continuar y no caer derrotado por los golpes bajo, el 18 de enero del 2018 anuncio una alianza con el Partido Demócrata Institucional (PDI) escogiendo a su presidente el Doctor Ismael Reyes como candidato a la vicepresidencia y jefe de la campaña electoral.

La gran experiencia de Reyes sumado al carisma natural de Ramfis siguieron elevando su nivel de preferencia, escalando a la altura de los grandes líderes políticos dominicanos. Pero muchas veces cuando se  comienza a vislumbrar la frontera del éxito, se despiertan todos los demonios provocando disputas internas que pueden llevar al descalabro.

Solo hay que observar las aguerridas luchas a lo interno de los principales partidos políticos tradicionales, mientras son minoritarios están muy unidos trabajando juntos por un mismo ideal, pero después que crecen comienza la guerra entre los mismos lideres, ya que cada uno forma su propio grupo, provocando fracasos y divisiones.

Esto es lo que,  lamentablemente, estamos mirando en el proyecto político de Ramfis, una lucha interna que ya no es un secreto para nadie. Dicen que los trapos sucios se lavan en casa, pero cuando el mal llega al patio, no hay forma de ocultarlo.

No se ha entendido, que una alianza política es un acuerdo entre dos organizaciones para crecer juntas y lograr una meta. Si una de las dos partes trata de absolver a la otra buscando su propio crecimiento, no se logra un objetivo común, pues en el lado que se esta debilitando, comienza el desencanto y se pierde el interés por trabajar.

La insistencia de que el único partido que debe fortalecerse con las inscripciones es el PDI, dejando de lado al PED, que está luchando por su reconocimiento, es un hecho desconcertante, para quienes trabajamos para que Ramfis llegue al poder.

El Sector Externo es la entidad llamada a trabajar con los movimientos de apoyo, atraer a los indecisos y a quienes no desean inscribirse en ningún partido.

Solamente los ignorantes siguen ciegamente a un líder, que no acepta critica y reacciona dando órdenes draconianas, de que se dejen fuera y les den la espalda a todos aquellos que no estén de acuerdo en la forma en que esta dirigiendo la organización. Cuando a un líder no le importa sumar, es porque solo esta persiguiendo sus propios fines.

El sector externo siempre ha sido decisivo. Pero como decía Juan Bosch en política hay cosas que se ven y otras que no se ven. Si no hay cambio en esta actitud prepotente, este proyecto se quedara en la gatera en la carrera del 2020 y el pueblo dominicano habrá perdido una oportunidad para cambiar de rumbo.

Que conste, no estoy inscrito en ningún partido; soy cofundador del movimiento “Proyecto Nación Ramfis 2020” y miembro del Frente de ex militares.

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