La euforia navideña que suplanta las penurias
Entre el griterío por los altos precios y la euforia, reflejada en las compras y otros ajetreos que generan tapones, diciembre avanza raudo.
Como un antiguo libreto, la gente sale a consumir, a divertirse, a deshacerse de la rutina que la aplasta y de las situaciones dolorosas.
Por unos días, la abrumadora carga de violencia, de desigualdad y de miserias es amortiguada con el gustico navideño y las expectativas de mejores tiempos.
Cada uno arma su paquete de planes, de metas que pretende alcanzar, que logran o no pero que podrían dejar en agenda para el año próximo o para otros.
Así, cargados de sueños, los que ilusionados esperan una feliz Navidad y un próspero año nuevo, confían en que vendrán épocas distintas, parabienes, cambios.
Una cosa sí permanece entre la población de todos los estratos, la esperanza de que todo mejorará y las cosas que pesan, que duelen cederán.
Año tras año, tantos mantendrán esa lucecita, algunos cada vez menos encendidas pero otros igual de fortalecida y muchos más olvidarán las cuestiones que día tragan el ya menguado presupuesto familiar.
El cronograma fiestero reinará en un espacio en que el pan y el circo espantan la memoria.
jpm-am
Pero las festividades navideñas lucen fría apagadas desabridas pálidas bajo este desastroso desgobierno ruinoso donde cada día nos enteramos de escándalos de corrupción inseguridad caos y deficientes los servicios publicos etcétera.
La celebraciones navideña tienen origen pagano, y se inician 2 siglo despues del nacimiento de Jesús de Nazaret, en el mundo cristiano esa celebración es parte de la vida cotidiana, la gente vive el momento no importar el devenir, hace más de 4 década trabaje en un pais predominante musulman y no se veia esa celebraciones al estilo de los paises llamado cristiano, la gente debe disfrutar la navidad como lo viene haciendo por siglo.