La Catedral Primada de América

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Por Mariela Pérez Valenzuela

SANTO DOMINGO.- El paso de los siglos ha embellecido aún más a la Catedral Primada de América, la que con sus distintos estilos de arte antiguo embelesa a quienes se acercan hasta Santo Domingo, capital de República Dominicana.

Quizás pocos imaginan los tesoros que guarda esta emblemática edificación, conocida en el mundo del catolicismo pordiversasdesignaciones y dedicada a santa María de la Encarnación.

Si usted visita la Ciudad Colonial y pregunta por esos nombres será difícil identificarla. Más fácil entonces, sin faltar a la verdad, es llamarla por su calificativo original y más popular: Catedral Primada de América.

En 1504 ※recuérdese que el colonizador Cristóbal Colón llegó a tierra dominicana en 1492※ el papa Julio II mandó a construirla, pero no fue hasta 1512 que comenzaron los trabajos, interrumpidos en varias ocasiones ya que los españoles de la época se movían entre ínsulas y el continente en busca de riquezas.

La iglesia resultó consagrada como tal en 1541 y cinco años después el papa Pablo III la elevó al rango de Catedral Metropolitana y Primera del Nuevo Mundo.

Una visita a ese histórico sitio Patrimonio Cultural de la Humanidad, título otorgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, permite revivir una bella historia de consagración al arte de siglos anteriores que, sin embargo, parecen cercanos por el excelente estado de conservación del edificio.

Predomina en su arquitectura el estilo gótico con bóvedas nervadas y tres puertas que dan paso a un vasto tesoro artístico con retablos enriquecidos en oro, cuadros ※entre ellos una tabla de la virgen de la Altagracia fechada en 1523※, ebanistería del siglo XVI, mobiliario, monumentos y lápidas funerarias.

Una de sus joyas es el trono arzobispal. Allí cantaba el coro bajo, desmantelado para en su lugar colocar el monumento de mármol que recuerda el sitio donde permanecieron los restos de Colón desde 1544 hasta 1877.

El conjunto eclesiástico ocupa tres mil metros, rodeado de un entorno de tres espacios independientes, la plaza Mayor, hoy parque Colón, la plazoleta de los Curas y el atrio almenado, bella antesala para el ingreso al interior del inmueble.

Cuánta historia pudieran contar las celdas de los canónicos en claustro, las capillas o la torre campanario desde donde fueron avistadas las naves y hombres al mando de sir Francis Drake, que luego invadieron y saquearon la basílica con sus tesoros magníficos.

Leyendas que traspasan las generaciones y aún rodean de misterios la bellísima catedral dominicana.
(Tomado de Orbe)

wj/am

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