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José Ingenieros y la simulación
Analizar el comportamiento humano desde el punto de vista conductual es muy difícil; más cuando cada cabeza en un mundo y un mundo creado bajo enseñanzas, costumbres y disposiciones muchas veces disímiles y contradictorias, las cuales van creando en el cerebro todo un universo de ideas e interrogantes que rigen toda la vida.
También la sociedad de diferentes maneras aporta a esa conducta a través de acciones y estereotipos los cuales van tomando fuerza en la dirección propia del individuo. También a través de las leyes, decretos, normas y disposiciones, esa misma sociedad trata de normar el comportamiento del individuo; pero hay otros tipos de actitudes, actuaciones o proceder que no pueden ser controladas.
Cada individuo es dueño de si y de sus comportamientos, de sus intereses, de su verdad; pero los hechos acontecidos o inventados, deben confluir en una realidad no tergiversada para beneficio común, de la sociedad y muchas veces de la humanidad; por tantos es necesario analizar los acontecimientos desde un punto de vista equilibrado y sin apasionamiento.
En un mundo donde predominan las redes sociales como medio de comunicación; la situación se torna mucho más grave para conocer la verdad de algunos acontecimientos, salvo que los individuos que conformen la sociedad estén formados para discernir sin apasionamiento entre una cosa y la otra.
José Ingenieros, médico, psicólogo, escritor argentino, de corta vida, 48 años; pero de larga y fecunda trayectoria en la literatura, la medicina y la educación. Crítico sobre la sociedad de su época, la cual sigue siendo la misma de hoy; pero ahora un poco más grave, porque está más abierta a los antivalores, los cuales se proliferan con más facilidad y fascinación.
También fue un estudioso del comportamiento de los seres humanos: quien escribió, entre otros, libros como “Las fuerzas Morales”, “la simulación en la lucha por la vida”, “el hombre mediocre”, “los tiempos nuevos y “una moral sin dogma”.
Educación, formación y personalidad
Se habla del índice de analfabetismo y es loable el esfuerzo del gobierno para bajar ese flagelo en la población dominicana; pero muchas veces no depende sencillamente de saber leer o escribir; sino de tener los conocimientos suficientes para poder discernir y de analizar las cosas en su justa dimensión. Aun así, escucho como personas con formación profesional repiten como papagayos noticias e historietas, muchas veces insólitas, sin confirmar, aun viniendo de otras personas de menor nivel escolar e intelectual.
José Ingenieros, en su libro, La simulación en la lucha por la vida, expresa, que debería definirse la “educación”, “como el arte de formar en los hombres la personalidad; vemos, en cambio, que el uso corriente da a esa palabra el sentido contrario, diciendo que son mejores educados los individuos que por su refinada actitud para fingir consiguen disimular completamente su personalidad propia, no haciéndola gravitar nunca sobre los demás”.
La sociedad se encuentra muchas veces en una encrucijada para conocer la realidad de las cosas. La situación es, que los intereses personales y de sobrevivencia sesgan la realidad y se expresan ideas, que hasta los individuos más versados se montan en la cresta de las olas, con fines distorsionados o por el simple hecho de entrar en la moda. Al referirse a este tema José Ingenieros expresó “es común que los hombres sin ideas propias se dejen llevar por la corriente de la moda”
Verdad e intereses.
Los jueces que antes para emitir su dictamen se regían por la más íntimas convicción, ahora con el actual código penal, por las pruebas sometidas por la fiscalía, como órgano acusador. Las mismas son obtenidas en la fase de investigación; pero resulta que, en algunas ocasiones esas experticias llegan maleadas, contaminadas, truncadas o simuladas con fines avieso a la realidad y por tanto el Juez de manera indirecta es impulsado a tomar decisiones con una verdad manipulada.
Podemos ver personas que ayer abominaban unas cosas en pos de una mejor sociedad y resulta que después son defensores furibundos de aquello que adversaban, eso sin haber cambiado, mejorado las causas o las raíces que daban origen a esas otrora ideas, abdicando a esos principios y valores. Esto sin dejar de reconocer que los tiempos cambian; pero los valores deben permanecer. Lo que indica que la verdad cambia de casa.
En ese sentido José Ingenieros, expresa “el fraude tiene la sanción del uso en las costumbres sociales, y por tanto más cuanto mayor es la decadencia moral de una sociedad. La mentira, el engaño, la hipocresía, la ficción, se han desarrollado naturalmente por la imposibilidad de armonizar todos los intereses individuales con el interés colectivo”
El engaño, la traición, la mediocridad, la mentira, la deshonestidad y la simulación sobresalen mucho más, que aquellos valores que se contraponen como una manera de no sucumbir ante los más bajos instintos humanos, y para ser optimista, espero que en esto también prevalezca el principio 80/20 de la ley de Pareto, que las acciones del 20% predomina por encima del 80% de la sociedad.
Un debate justo e imparcial de los hechos, es lo que debe siempre prevalecer; sin que sea bueno cuando favorezca las ideas de unos y malo si favorece las de otros. En realidad, el ser humano es muy complejo y muchas veces reinan en el pugilato otros intereses por encima de la sociedad, creando graves confusiones que repercuten de manera negativa en esa gran franja de juventud que va forjándose y que deberían ser en lo adelante los valores y soportes para una mejor nación.
JPM
