Incomodidades económicas (OPINION)

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EL AUTOR es administrador financiero, contralor general de la República. Reside en Santo Domingo.

Cuando no es una cosa, es otra, así la vida de los seres humanos. No hay tregua, no hay descanso, un mundo de actividades constantes, donde el hombre como actor principal o ente social activo, no deja de producir los eventos que hacen que la vida sea menos tediosa o rutinaria.

Como resultado del accionar cotidiano del hombre, así se comporta la economía global. Esta va de un ciclo económico a otro, llevando la humanidad a repetir los mismos eventos económicos y financieros, los cuales reciben casi siempre las mismas respuestas para contrarrestar sus efectos negativos.

Cuando no es abundancia o bonanza económica, es un estado normal o cuando no, recesión, estanflación y depresión.

Lo anterior generando período tras período un ambiente de incertidumbre. No hace ni 12 años completos, que el mundo vivió momentos económicos y financieros  incómodos, ya que en el año 2008 surgió una verdadera crisis económica y financiera.

Crisis Suprime o burbujas inmobiliarias en los Estados Unidos, con efectos abrasadores globales, con tendencia a permanecer en el largo plazo, pero la humanidad supo ponerse de pie, dejando atrás los efectos negativos de una recesión que por casi 10 años, tuvo efectos devastadores sobre las economías.

Luego, a finales de 2019, surgió la conocida pandemia o Covid-19, con alcances globales, afectando directamente la vida de los dominicanos y el resto de los habitantes del mundo.

La pandemia o crisis sanitaria que llevó a la humanidad a ponerse de rodillas, en principios se decía que fue producida en laboratorios, lo que hasta ahora no ha sido comprobado, llevando las economías de los países a resentirse, al dejar una secuela de inestabilidad económica y financiera lo que incrementó los préstamos y gastos sociales, disminuyó las recaudaciones, paralizó el aparato productivo, aumentó el desempleo, bajó la producción y la demanda.

Pero sin haber salido bien de esa enfermedad respiratoria,  además de los anteriores efectos negativos, dejó inflación por el alza de los precios del petróleo, aumento de los precios de la energía y por ende el aumento del costo de la vida.

Simultáneamente, con la debilidad económica producida por el Covid-19, se desarrolla la guerra entre Rusia y Ucrania, con posibilidades de extender sus tentáculos a gran parte del mundo y convertirse en la Tercera Guerra Mundial, con daños devastadores sobre la humanidad, debido al posible uso de armas biológicas y atómicas.

El inicio de la señalada guerra, ha incrementado los precios dando lugar a que economistas y financistas, se hayan pronunciado, en el sentido de que podría desatarse una estanflación o combinación de estancamiento económico y altos precios, fundamentalmente por los altos precios del barril del petróleo y todos los efectos negativos que ha comenzado a producir la guerra Rusia-Ucrania.

En estos momentos, se impone que la República Dominicana y otros países afectados por las mismas consecuencias guerreras y pandémicas, apliquen medidas monetarias y fiscales intermedias, a los fines de evitar la estanflación, de la que ya se habla.

Se sabe que no hay forma de poner un muro de contención a la inflación, si no se aumentan los tipos de interés de parte de las entidades emisoras y si no se constriñen los gastos innecesarios, los que paralizarán el aparato productivo de la nación dominicana de no hacerse.

Estas medidas, han de tomarse de manera gradual, para ir conociendo los efectos favorables que estas puedan dar origen.

No es secreto para nadie, que la guerra de Ucrania aumentará aún más, los precios del petróleo y los alimentos, llevando la inflación a niveles nunca vistos.

Conforme señalamientos del conocido Nobel de economía, Paul Krugman, la Reserva Federal lleva tiempo centrando su atención en la inflación subyacente, la que excluye los precios de los alimentos y la energía, caracterizados por su inestabilidad o volatilidad, política que anteriormente dio buenos resultados.

El índice de precios al consumidor (IPC) de la nación dominicana, subió en febrero 0.92% por la incidencia de alzas en el transporte, bienes y servicios diversos, alimentos y bebidas no alcohólicas, restaurantes y hoteles y  vivienda. Indica el Banco Central, que en lo va de año 2022, la inflación ha sido de 2.11%.

Agrega dicha entidad emisora, que la inflación interanual medida de febrero de 2021 a febrero del presente año 2022, fue de 8.98% y la subyacente anualizada  de 6.97%.

Los únicos precios que bajaron fueron huevos -2.43%, cebollas -5.70% y ajo -3.80%.

El Banco Central de la nación dominicana indicó en su más reciente informe, que los precios internos son afectados por el alza en los precios del petróleo, por la incertidumbre generada por los conflictos geopolíticos que limitan la producción y el suministro del crudo.

Por más que se hable sobre inflación y su control, la receta sigue siendo la misma: aumento gradual de los tipos de interés, racionalizar los gastos y recortar aquellos sean superfluos.

Asimismo, mejorar los ingresos, invertir más en producir bienes agropecuarios, continuar con los subsidios sociales y energéticos, mediante ahorros que internamente se puedan lograr, al aplicar una política frugal, con el propósito de que las incomodidades económicas que hoy se sienten, producto de la actual crisis que  vive el mundo, pueda ser más llevadera y menos traumática para los dominicanos de menor suerte.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

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