Historia dominicana: mitos y deformaciones

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.

La proporción del saber histórico de los dominicanos ondula en el anclaje temporal de la escasez y la superficialidad, que raya en el bochorno y el escándalo, en el incesante requerir de una urgente transformación curricular, pedagógico, textual y contextual de su instrucción y aprendizaje.

Los que conocen la historia a profundidad pueden ser contados con los dedos: una flor y nata consagrada y altamente familiarizada con las bibliotecas especializadas y el diálogo socrático.

El ramal poblacional mayoritario guarda referencias vagas y orales de sus raíces socio-culturales, la herencia indígena, africana y española; el descubrimiento de la isla de Santo Domingo, la ocupación haitiana, la guerra de independencia, la anexión a España y la gesta restauradora, las invasiones militares norteamericanas y la revolución constitucionalista de 1965.

Por igual, rememoran básicamente los nombres de los padres fundadores de la República: Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella, y los próceres de la patria, como Gregorio Luperón, Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo) y Francisco Alberto Caamaño Deñó. También, de los gobernantes autocráticos Pedro Santana, Ulises Heureaux (Lilís) y Rafael Leónidas Trujillo Molina.

Profesores de casi todos los países de América Latina que participamos en el Congreso Panamericano sobre la Enseñanza de la Historia (1, 8, 15 y 22 de agosto de 2024, en Santo Domingo, en la modalidad virtual), verificamos una constante en la enseñanza de América Latina: deformaciones, mitos e inexactitudes en las narraciones cronológicas de los textos oficiales impuestos por las clases dominantes y las potencias hegemónicas.

Petronila Dotel Matos

Paralelamente han impactado en la negatividad la estrechez de recursos didácticos, como libros de texto, y tecnológicos; la deficiencia formativa de docentes, la desmesurada memorización, el exiguo entendimiento, el bajo hábito de lectura, la evaluación numérica, casi nula investigación y la simplificación expositiva en las aulas, en una disciplina signada por la extensividad en el tiempo y la complejidad por la multiplicidad de informaciones sobre los procesos históricos.

Los relatos sobre los acuerdos relevantes y las contradicciones conflictivas; los cambios políticos, económicos y sociales; las creencias, tradiciones y otras facetas de la vida del pasado remoto y reciente empinaron en el citado evento auspiciado por el Instituto Panamericano de Geografía e Historia, a través de su Comisión de Historia, que preside el dominicano Filiberto Cruz Sánchez.

Rutilaron dos exposiciones: la de Petronila Dotel Matos, integrante de la Comisión de Historia, y la de María Filomena González Canalda, maestra de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

La profesora Dotel Matos recalcó que “Los resultados de las evaluaciones nacionales e internacionales nos siguen diciendo que los avances no son los esperados… siguen siendo preocupantes. Según el Plan Estratégico 2023-2024, solo el 9.8% de estudiantes logra un nivel satisfactorio de competencia en ciencias sociales en la evaluación diagnóstica de tercer grado de secundaria”.

Simétricamente, explicó que “Los maestros de Historia son cada día menos, solo una universidad de las más de 50 que existen en el país tiene la Historia como carrera, además no se comprende la importancia de analizarla desde las Ciencias Sociales a pesar de que las universidades están graduando profesores en esa área”.

Males

En esa misma pendiente, la también profesora González Canalda describió nueve mitos que, a su juicio, están presentes en la historia oficial de la enseñanza preuniversitaria en República Dominicana: 1) Los supuestos cinco cacicazgos en que estaba dividida la isla a la llegada de los europeos”, 2) “El financiamiento del primer viaje de Cristóbal Colón…con la ayuda de la reina Isabel La Católica”, 3) “la Batalla de la Vega Real”, 4) “La composición étnica del pueblo dominicano”, que realza a los españoles y disminuye a los taínos y africanos, 5) “el degüello de Moca de 1805”, 6) “las medidas del gobierno de Jean Pierre Boyer”, 7) “la Guerra dominico-haitiana”, 8) “la usurpación de territorios dominicanos por la República de Haití”, y 9) “los logros de Rafael L. Trujillo durante su dictadura”.

Los dos temas merecen ser desmenuzados durante un seminario, con la intervención de opinantes de distintos horizontes, que formulen planteamientos significativos y urgen en estos procesos y sus actores. Tienen las palabras la Comisión de Historia del Instituto Panamericano de Geografía e Historia, la Academia Dominicana de Historia, el Instituto Duartiano, la Escuela de Historia de la UASD, el Archivo General de la Nación y la Sociedad Dominicana de Bibliófilos.

En el registro y estudio de los más disímiles aconteceres de los ciclos temporales, la historia se asienta como una de las disciplinas sociales y científicas más ancestrales, y la que está llamada a ser una clarinada para promover los símbolos patrios y la identidad nacional en la creación de la conciencia ciudadana y el pensamiento reflexivo y crítico.

Y para triturar la penetración cultural por intermedio del neocolonialismo, tenemos que comprender cómo fue forjada la nación y cuáles han sido nuestros orígenes étnicos y los personajes heroicos. Nos convoca a aprender de las experiencias y lecciones pretéritas y a redescubrir nuestras fortalezas para contextualizar y apuntalar nuevas perspectivas hacia una colectividad más robusta en valores patrióticos y democráticos. O sea, la conciencia histórica encarna como una senda para la participación y la acción en el presente.

La conciencia histórica, han dicho historiadores y filósofos, ha sido una herramienta para la educación democrática y la forja de ciudadanos libres. Para el alemán Jörn Rüsen (Duisburgo, 19 de octubre de 1938) “crea una relación activa con su pasado mediante una experiencia temporal, que debe ser percibida e interpretada antes de volverse elemento de orientación y motivación en la vida humana”.

oscarlr1952@gmail.com

jpm-am

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Luis de NY
Luis de NY
1 mes hace

Antes del 1838 no se puedes hablar de RD. RD. no existía ni pudo haber existido El ideologo de formar una Rep. con El nombre de RD. nace en 1813+X=1822. que es cuando Haiti libera la parte Este de la Isla, hoy Rep. Dominican. Cuando se habla de los patriotas, no se puedes poner a Luperon y Lili Juntos a los traidores a la patria, como fueron, Santana y Trujillo.

Lazaro ven
Lazaro ven
1 mes hace

Ya que el Prof OscarLopez Reyes, Con su enorme sapiencia y conocimiento de los echos mas relevantes de la historia Dominicana, ha apuntado una serie de echos, que no han sido explicados o expuestos con diafanidad, seria justo que el Prof, tomara parte de su tiempo para aclararnos esos puntos a los cuales los historiadores no han tenido ni la deicadesa ni la seriedad de exponerlos veridicamente como sucedieron.Entonces esperamos su verdad.

Hernando C
Hernando C
1 mes hace

Faltó mencionar lo incongruente de los relatos históricos que ponen a los traidores a la patria como héroes dependiendo de si lucharon o no contra un tipo especifico de invasor. El otro asunto es tener a los héroes al mismo nivel que los anti heroes. Ejemplo, Santana y Duverge, Pimentel y Luperon y todos los otros que yacen juntos en el Panteón Nacional y las páginas de historia. He dicho.

Alfredo Fe
Alfredo Fe
1 mes hace

Las TICs tienen la primacía del presente, por lo tanto, desde que un «historiador(a)» externa o balbucea sus primeras palabras, ya evidencia su patrocinio ideológico y al servicio de quien está.. Significa esto, que a muchos no nos confundirán con el sectarismo y desface que segregan sus glándulas ideológicas.

Alfredo Fe
Alfredo Fe
1 mes hace

Quienes hacen enfoques negacionistas de la historia derribando estatuas de Cristóbal Colón, promoviendo teorías críticas de las razas y despreciando los aportes incomparables del judeocristianismo a la civilización, son los mismos que resaltan a los farsantes y genocidas de la desgracia llamada MARXISMO-LENISNISMO y sus trágicas derivaciones.

Alfredo
Alfredo
1 mes hace

Con el respeto que siempre me ha inspirado el autor, las dos expositoras que refiere simple y llanamente eructan el negacionismo y el sectarismo propios de quienes degradan la historia en moneda de una sola cara.

Roque z.
Roque z.
1 mes hace

Excelente el recorrido que hace de la Historia Dominicana, las grandes naciones del presente han abrevado en el pensamiento de sus fundadores, la R.D. no conoce la historia de su fundador, la vida y obra de Juan Pablo Duarte. El 26 de septiembre de 1981, el Congreso Nacional aprueba la Ley 370, en su esencia postula la obligatoriedad de la enseñanza de la vida del mas dominicano de todos los dominicanos, pero los textos de hoy son muy

Roque z.
Roque z.
1 mes hace
Responder a  Roque z.

superficiales en su contenido. Entre los cambios estructurales que demanda la educación, es necesario una educación que forme ciudadanos, y estos necesariamente deben ser bajo los postulados en primera fase, comprometerse con la patria y el ideal del Padre de la Patria es, «Honestidad, justicia y transparencia».